La iglesia de Santiago y sus hermandades: una historia de siglos

Reportaje

Numerosas cofradías han tenido su sede en esta iglesia que celebra su festividad este 25 de julio

Desde el Amor hasta la Redención, pasando por salidas puntuales como Los Gitanos o San Roque

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La iglesia de Santiago el día de su reapertura, en septiembre de 2023
La iglesia de Santiago el día de su reapertura, en septiembre de 2023 / Juan Carlos Muñoz

Bien desde el Muro de los Navarros o bien a la sombra de la torre mudéjar de Santa Catalina, asomarse a la calle Santiago significa transitar a caballo entre la historia y la fantasía, entre lo cierto y lo imposible. Caminando por sus estrecheces, sus balcones callados y sus viejos corralones se nos ofrece el trazado de una ciudad que guarda infinidad de relatos y de episodios. En sus vértebras, en su corazón, se alza firme la espadaña azul y blanca, faro de esta collación a caballo entre San Román y San Ildefonso.

La iglesia de Santiago el Mayor o el Viejo, de orígenes confusos -teorías legendarias señalan que ahí tuvo su hogar el apóstol durante sus predicaciones y otras indican que se erigió sobre un primitivo templo a la diosa Venus- es un ejemplo a priori de una de aquellas parroquias erigidas en tiempos de la reconquista. Se sabe que padeció reformas en 1556 y que fue renovado en 1789. En su interior, en la antesacristía y sacristía, los únicos restos mudéjares del XIV.

Sin embargo, sus recientemente remozados muros han conocido el devenir de la religiosidad hispalense y sirvieron de escenario en momentos trascendentales de numerosas cofradías con una más que respetable singladura histórica. En este 25 de julio repasamos por ejemplo que ya Félix González de León señalaba que la primitiva cofradía del Amor de Cristo tenía su sede en esta parroquia allá por 1598, con noticias anteriores sobre la misma a mediados del XVI. Allí permaneció hasta principios de la siguiente centuria, cuando se traslada a la vecina iglesia de Los Terceros y se fusiona con la de la Entrada en Jerusalén. La presencia del apóstol entre los titulares de la hermandad no es, por tanto, baladí: de hecho, la corporación cuenta con una bula concedida por Clemente VIII en la que otorga privilegio por el cual todos los fieles que visitasen la parroquia donde se halle el Santísimo Cristo del Amor los días 24 o 25 de julio ganan las mismas Gracias e Indulgencias Plenarias del Año Santo Jacobeo como si personalmente lo hiciesen en peregrinación a la Santa Iglesia de Santiago de Compostela.

Ya en 1638 tenemos noticia del traslado a Santniago de la recién instituida, por el gremio de cocheros, hermandad de las Tres Caídas, que hoy conocemos con el sobrenombre de su actual templo, San Isidoro. Allí arraigó una profunda devoción a la primitiva imagen de Pedro Nieto, y permaneció en ella un total de treinta años, hasta que decidió trasladarse a la Costanilla. Entonces sucedió una anécdota ya referida en esta cabecera: una serie de desavenencias con el párroco (que amarró la imagen a la reja de la capilla mediante unas cadenas para evitar que la desplazasen) motivó el encargo de la talla actual de Alonso Martínez.

Podíamos apuntar también, a modo anecdótico, que muy cerca de allí, en el primitivo Hospital de San Cosme y Damián, tuvo su sede un tiempo la cofradía de la Coronación de Espinas, concretamente desde 1576 hasta 1588, cuando regresa a San Martín, su sede fundacional allá por 1540.

De Las Cigarreras a La Redención

El Cristo de las Aguas en Santiago
El Cristo de las Aguas en Santiago / Hermandad

Por entonces la iglesia emprende un periodo de cierta inactividad cofradiera hasta que en el siglo XIX se instala una nueva cofradía, que padecía por entonces graves dificultades económicas. Se trata de la cofradía de la Columna y Azotes -una de las más peregrinas de la ciudad-, que en 1810, tras la expulsión de los franciscanos de la iglesia de Los Terceros con motivo de la invasión francesa, hubo de trasladarse a la calle Santiago. Concretamente, las imágenes quedaron dispuestas en la capilla sacramental, debido en buena medida a que numerosos hermanos cigarreros lo eran también de la sacramental del citado templo. Aunque las imágenes parece ser que en algún momento se trasladaron a la capilla propia de la calle Sol, lo cierto y verdad es que estuvo establecida hasta 1819. El 5 de marzo de 1820 ya tenemos noticia de la cofradía nuevamente en Los Terceros.

Ya en el siglo XX se produce una revitalización más que notoria, en primer lugar con la llegada de la cofradía de Las Aguas que había perdido buena parte de su patrimonio en el incendio de San Jacinto, su sede fundacional, en 1942. Desde Triana marchó a Santiago, lugar donde permaneció hasta 1955, y de ahí en San Bartolomé, templo donde fue bendecida la Virgen de Guadalupe. El mal estado del templo motivó el traslado a la Judería, donde terminaría por recomponerse.

Los pasos de San Roque el Domingo de Ramos de 2014
Los pasos de San Roque el Domingo de Ramos de 2014

Unos años después, en torno a 1960, y tras haberse fundado precisamente en 1955 en Santa María la Blanca, la hermandad de la Redención se establece en la iglesia de Santiago, su actual sede, y desde donde salió por primera vez la Virgen del Rocío tras aquella primera salida desde la Misericordia con el paso de misterio en 1959. En 1970 recibió por parte del Arzobispado la cesión «en uso y perpetuamente» del templo.

Por último, y como apunte anecdótico, señalar que en el año 1990 la hermandad de Los Gitanos hizo su estación de penitencia desde este templo con motivo de las obras en San Román, antes del traslado definitivo al Santuario, y en 2014 hizo lo propio la hermandad de San Roque, por la misma razón que los cofrades de la Madrugada con su respectiva sede canónica.

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