El Palquillo

El motivo por el que la Hermandad de Los Gitanos nunca llegó a procesionar desde San Nicolás

Por entonces la hermandad rendía culto a los antiguos titulares

Por entonces la hermandad rendía culto a los antiguos titulares / Juan Carlos Vázquez

Hace algunos meses recibíamos la felicísima noticia de que el Ayuntamiento de Sevilla cedía gratuitamente a la Hermandad de los Gitanos los suelos donde se levanta el Santuario. De este modo, por primera vez en casi trescientos años, esta corporación de la Madrugada conseguía una sede canónica propia, de pleno derecho.

Casi doscientos setenta y cinco años de vida que han estado marcados, de una manera u otra, por la itinerancia. Desde prácticamente su fundación, la Hermandad de los Gitanos ha residido en diferentes sedes canónicas a lo largo de la ciudad de Sevilla. Abandonada Triana -lugar por donde jamás llegó a procesionar, a pesar de ser el barrio donde vio la luz- la cofradía se trasladó al Convento del Pópulo, donde estuvo hasta la Desamortización de Mendizábal. Los agustinos fueron expulsados y todos los bienes expropiados. 

De ahí se trasladó a San Esteban, donde arribó en 1837. Años más tarde, concretamente a finales de 1860, el hermano mayor de entonces, José de Campo y Tinoco, escribió al Arzobispado con la petición de traslado de la hermandad a la parroquia de San Nicolás. Así rezaba dicho escrito, conservado en el Archivo General del Arzobispado: “Noticioso el Sr. Cura y los individuos de la Hermandad del Santísimo Sacramento de la parroquia de S. Nicolás de Bari de nuestro estado, se han avistado con la nuestra y manifestado el deseo que tienen, de que en este templo se coloquen las imágenes de nuestra cofradía. por carecerse en ella de una imagen de Jesucristo, para lo que nos facilitan un buen retablo en el centro de una de las naves…”

Recreación del altar donde recibirían culto las imágenes de Los Gitanos Recreación del altar donde recibirían culto las imágenes de Los Gitanos

Recreación del altar donde recibirían culto las imágenes de Los Gitanos / Blog De Triana a San Román

A todo ello accedió el párroco de San Nicolás, por lo que la cofradía se trasladó a este templo por el que han pasado otras cofradías de nuestra ciudad. Sin embargo, el infortunio volvió a cernirse sobre la historia de esta entrañable y, diríamos, superviviente hermandad. Las imágenes quedaron depositadas en un retablo jaspeado de la nave de la epístola que aún existe, y en el que hoy se venera a Nuestra Señora de Gracia. Durante los veinte años que allí permaneció nunca pudo hacer su estación de penitencia en Semana Santa por una sencilla razón: no cabían los pasos por la puerta. En sustitución, la cofradía realizaba diferentes ejercicios de triduo en el mes de diciembre, misas o cultos al Santísimo, que estuvo estrechamente ligado a la corporación desde los tiempos del Pópulo. Por tanto, aunque no procesionó, la cofradía mantuvo cierta actividad interna en un siglo bastante complejo para las cofradías sevillanas. De todo ello informan detenidamente José Luis Dorado y Juan Carlos Vázquez en la página De Triana a San Román

Tanta devoción despertó el Señor de la Salud en la feligresía que, cuando la corporación se traslada a San Román en 1880, se solicita al Arzobispado que fuera trasladado a San Nicolás un nazareno que fuera titular de la Antigua y Siete Dolores, quien recibió la advocación de Salud y hoy día es titular de la hermandad de la Candelaria. 

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