Retahílas

Devota de Frascuelo y de María

El monumento a Antonio Machado en la fachada del Palacio de las Dueñas.

El monumento a Antonio Machado en la fachada del Palacio de las Dueñas. / José Ángel García

Antonio Machado muere en Colliure el 22 de febrero de 1939. Diez años antes, en 1929, el año de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, se estrena en Madrid La Lola se va a los puertos, la obra que escribió con su hermano Manuel, que un año antes de la muerte de Antonio, en 1938, pronuncia en San Sebastián, en zona nacional, su discurso de ingreso en la Academia de la Lengua. Hay una fotografía de aquel estreno teatral en el segundo volumen del libro de Daniel Pineda Novo Manuel Machado. El gran desconocido (Ediciones Rilke), en la que a los hermanos Machado les acompañan Miguel Primo de Rivera, que ejercía como dictador en la monarquía de Alfonso XIII, y su hijo José Antonio. Antonio Machado con el fundador de Falange. El abogado y político muere en la cárcel de Alicante, el poeta en una pensión de Colliure.

El 22 de febrero de 1981 se cumplían 42 años de la muerte de Antonio Machado. Fue la víspera del 23F, demostración empírica de los versos del poeta: “De diez cabezas, nueve / embisten y una piensa. / Nunca extrañéis que un bruto / se descuerne luchando por la idea”. Hoy se cumplen 42 años de la intentona golpista de Tejero. Los mismos que entonces habían transcurrido desde la muerte de Antonio Machado en el destierro francés.

El 23 de febrero de 1981, Rafael Alberti pronunciaba disfrazado de marinero el pregón del Carnaval de Cádiz mientras en Madrid un teniente coronel de la Benemérita con bigote se trabucaba con el Romance de la Guardia Civil de Lorca. Alberti había vuelto del exilio cuatro años antes y Antonio Machado murió en el destierro. Sus vidas se cruzan mucho antes, con el poeta vestido de marinero como en el pregón gaditano. En 1924 escribe en Rute Marinero en tierra. En 1925 es galardonado con el Premio Nacional de Literatura por un jurado del que forma parte Antonio Machado.

Unos días después muere en Colliure su madre, Ana Ruiz, trianera de la calle Betis, que el 22 de mayo de 1873, tres meses después de proclamarse la Primera República, se casa con Antonio Machado Álvarez, Demófilo, padre del Folklore andaluz, que muere en la calle Pureza, a escasos metros de la Capilla de los Marineros, después de una breve etapa como registrador de la propiedad en Puerto Rico.

El Palacio de las Dueñas

Manuel Machado nace en 1874 en la calle San Pedro Mártir, la misma calle donde nacerán Alejandro Sawa, Rafael de León y el pintor Gonzalo Bilbao, y Antonio un año después en el Palacio de las Dueñas, donde varias familias vivían en régimen de alquiler y el duque de Alba le encarga al padre de los poetas la administración de esas viviendas.

El perfil cofradiero de Manuel es mucho más marcado que el de Antonio. Bautizado en la Magdalena, Manuel se casará con Eulalia Cáceres en la iglesia de San Juan de la Palma, de donde cada Domingo de Ramos sale la Amargura. En el primer volumen del libro citado, Pineda Novo incluye unos versos de Manuel Machado al Gran Poder (“Jesús del Gran Poder, Señor, Dios mío, / si en medio de la noche sevillana / aparece tu efigie soberana / entre gotas de llanto de rocío…”) y un soneto que le escribió a la Macarena que en su última estrofa une ambas advocaciones: “¡Ay, mi Sevilla, que lo tiene todo, / cuando el Señor del Gran Poder le ofrece, / la Fe, la Caridad… Tú la Esperanza”. Manuel Machado fue hermano de la Hermandad de la Macarena de Madrid, ciudad a la que se desplazó la familia cuando los poetas eran niños y de la que Manuel vuelve a Sevilla para estudiar en el Instituto San Isidoro.

Antonio nace en verano. “Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, / y un huerto claro donde madura el limonero; / mi juventud, veinte años en tierra de Castilla; / mi historia, algunos casos que recordar no quiero”. El cartel de fiestas primaverales del poeta de Dueñas es muy conocido: “La España de charanga y pandereta, / cerrado y sacristía, / devota de Frascuelo y de María…”.

De poema a marcha procesional

Pese al perfil más cofradiero de su hermano Manuel, es Antonio el que ha quedado en el imaginario popular de la Semana Santa. El poema La Saeta forma parte de Campos de Castilla. “¡Oh, la saeta, el cantar / al Cristo de los gitanos, / siempre con sangre en las manos, / siempre por desenclavar!”. Quién le presta una escalera para subir al madero, para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno”. El Cristo de los Gitanos no es un crucificado, pero se anticipaba Machado a la devoción que a esa imagen le tendría Cayetana de Alba. La duquesa, una niña de 12 años cuando el poeta muere en Colliure, fallece en 2014 en el palacio donde nació el poeta. Antonio Machado, ese letrista de Serrat, como decía Benedetti en un poema.

El cantante barcelonés le puso voz y su música ha devenido en partitura de una marcha procesional. La cuadratura del círculo, tributo al poeta que se pierde en la Madrugada con el llanto por la muerte de don Guido: “Gran pagano, / se hizo hermano / de una santa cofradía; / el Jueves Santo salía, / llevando un cirio en la mano / -¡aquel trueno!- vestido de nazareno”. El don Guido de la novela de Antonio Burgos Las cabañuelas de agosto.

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