La sevillana de Pascual González al Cachorro que fue premio nacional

Corría el año 1995 y Pascual González había escrito su libro Chicotá pa Sevilla. Camino a una de las reuniones sobre esa publicación, algo llamó su atención. Ese mismo año habían colocado un impresionante retablo cerámico del Santísimo Cristo de la Expiración, en la fachada que cae a la espalda del templo, en la calle Odiel.

Pascual iba de copiloto en el coche de su editor, Francisco Javier Sosa Martín, y al detenerse en el semáforo que hay junto a Chapina, detuvo su mirada en este azulejo. El Cachorro mirando al cielo a través los pinceles de Salvador Valencia Carrasco, en un retablo cocido en la Cerámica Santa Ana. Fue entonces cuando la inspiración brotó del poeta nacido en la Calzada.

"El Cachorro nunca ha visto ni Sevilla ni Triana, solo a visto los balcones y las tejas de la Cava", pronunció en el silencio del coche. Se mantuvo esa mudez mientras su mente iba trazando los siguientes versos de la que se convertiría, meses después, en uno de los grandes éxitos de su carrera musical, obteniendo un premio nacional de sevillanas.

No se llegó a producir la reunión a la que iban en camino. Pascual decidió coger un taxi y marcharse a casa rápidamente para escribir. Nació la sevillana del Cachorro. "Porque mira el cielo azul, de esta tierra mariana que busca en su cara la luz, mala puñalás gitanas quien te clavara en la cruz", dice su estribillo.

Esta anécdota fue narraba en una de sus últimas entrevistas, concedida al programa La Pasión que dirige el periodista Víctor García-Rayo.