Qué supondría tener una fecha fija para la Semana Santa en Sevilla: todas las claves

La Iglesia estudia un acuerdo con los ortodoxos para unificar la fecha de la Pascua

Un cambio de fecha para la Semana Santa de Sevilla

La hermandad de San Gonzalo en la Semana Santa de Sevilla
La hermandad de San Gonzalo en la Semana Santa de Sevilla / José Angel García

Sevilla, 20 de noviembre 2025 - 09:55

La posible modificación de la fecha de la Semana Santa, para que pase a celebrarse los mismos días todos los años, ha dejado de ser un debate teórico para convertirse en una opción real dentro de la agenda de la Iglesia. Las recientes declaraciones del obispo auxiliar de Sevilla, Ramón Valdivia, evidencian que Roma contempla un acercamiento a las Iglesias ortodoxas para unificar la celebración de la Pascua, un gesto ecuménico con profundas implicaciones religiosas… y también sociales.

De concretarse, el cambio afectaría de lleno a Sevilla, donde la Semana Santa es un pilar cultural, económico y turístico. Y, como efecto dominó, alcanzaría a la Feria, al Rocío o al Corpus. Estas son todas las claves para entender qué supondría un acuerdo histórico sobre la fecha de la Pascua.

¿Quién propone el cambio y por qué?

El obispo auxiliar de Sevilla, Ramón Valdivia, ha abierto la puerta a modificar la fecha de la Semana Santa dentro de un posible acuerdo con las Iglesias ortodoxas. Como presidente de la Subcomisión Episcopal para las Relaciones Interconfesionales y el Diálogo Interreligioso, asegura que la Iglesia católica está dispuesta a aceptar una fecha común para celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

La propuesta se enmarca en el impulso ecuménico mantenido por los últimos pontífices y por el actual papa León XIV, y coincide con la conmemoración de los 1.700 años del Concilio de Nicea, que fijó el modo de determinar la Pascua. Valdivia insiste en que las diferencias entre católicos y ortodoxos son “más de calendario que teológicas”, lo que anima a mantener el diálogo.

¿Cómo se decide actualmente la fecha de Pascua?

Actualmente, la Pascua se calcula según lo establecido tras Nicea: se celebra el domingo siguiente a la primera luna llena de primavera.

Ese condicionante lunar provoca que la Semana Santa pueda caer en un intervalo muy amplio, desde finales de marzo hasta la segunda quincena de abril, como ha ocurrido este 2025. Además, la diferencia entre el calendario gregoriano (católico desde 1582) y el juliano (usado por los ortodoxos) explica que ambos ritos celebren la Pascua en fechas distintas, a veces con semanas de separación.

¿Cuál sería la opción sobre la mesa?

La idea ya se planteó en 2015: fijar la Pascua siempre el segundo domingo de abril, lo que situaría el Domingo de Ramos en el primero. Esto comprimiría el calendario en un arco muy concreto, entre el 1 y el 7 de abril, y eliminaría los amplios márgenes actuales.

De alcanzarse el consenso, la Iglesia católica no tendría “ningún problema” en asumir esa fecha fija, según Valdivia, aunque reconoce que implicaría ajustes en numerosos ámbitos.

¿Qué cambiaría en Sevilla?

La consecuencia más directa es que la Semana Santa sería siempre en abril, lo que supondría el fin de las celebraciones en marzo, cuando se concentrarían los cultos y vía crucis de Cuaresma. También desaparecería el constante baile de fechas: el calendario quedaría mucho más estabilizado y las hermandades trabajarían con un margen temporal fijo.

Este cambio tendría impacto en una ciudad donde la Semana Santa, además de su dimensión religiosa, es un motor social y turístico, y donde cualquier modificación del calendario afecta a numerosos sectores.

¿Qué pasaría con Feria, Rocío y Corpus?

Una Pascua fija desplazaría automáticamente el resto del calendario religioso. La Cuaresma comenzaría siempre en fechas similares, lo que obligaría a las hermandades a reorganizar cultos y preparativos.

El Rocío, cuyo Lunes de Pentecostés se celebra 50 días después de la Pascua, también quedaría condicionado, celebrándose a finales del mes de mayo. Y lo mismo ocurriría con el Corpus Christi, que en Sevilla se celebra 10 días después de Pentecostés, y por tanto quedaría fijado en el primer o segundo jueves de junio.

En el ámbito civil, la Feria de Abril se vería afectada: con una Semana Santa siempre a primeros de abril, la Feria caería sistemáticamente a final de mes, evitando retrasos como el de este año, cuando la celebración llegó a mayo para respetar los 15 días exigidos por la ordenanza municipal.

Impacto económico y turístico de un cambio de fecha

Si la Semana Santa se celebrara siempre a principios de abril, coincidiendo cada año en el mismo mes con la Feria, Sevilla viviría un pico de actividad concentrado en hoteles, restaurantes y comercios. Actualmente, la separación variable entre ambas celebraciones permite que los ingresos turísticos se distribuyan a lo largo de la primavera (marzo, abril y mayo), pero un calendario fijo generaría un efecto económico más intenso en pocas semanas, beneficiando especialmente al sector hostelero y a los servicios vinculados al turismo.

Este cambio también reforzaría la planificación de paquetes turísticos y eventos, al tener fechas previsibles y estables, aunque obligaría a ajustar la logística de la ciudad para gestionar un flujo masivo de visitantes en un periodo más concentrado.

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