Traslado del Gran Poder

El misionero de la alegría

El Señor del Gran Poder pasando por la Plaza del Búho. El Señor del Gran Poder pasando por la Plaza del Búho.

El Señor del Gran Poder pasando por la Plaza del Búho. / José Ángel García

Una hora antes de la salida del Señor del Gran Poder de la parroquia de la Blanca Paloma, a las nueve de la mañana, ya había cola en la churrería del Mercado de la Candelaria. "Hoy va a haber menos gente que el otro día", le decía un cliente a otro refiriéndose al primer traslado, el que fue de la Plaza de San Lorenzo al barrio de Los Pajaritos. Al calor de los calentitos se reunían los vecinos en el bar de la plaza de abastos, llamado El Cautivo, aunque todos hablaran del nazareno hecho por Juan de Mesa hace más de 400 años. Su salida, precedida de medio centenar de parejas de cirios tiniebla y una nube de incienso, hacía sonar las campanas mientras varios voluntarios repartían estampitas del Señor. En ellas se podía leer una oración y se pedía la colaboración con la Bolsa de Caridad de la hermandad a través de Bizum (00241).

El Señor, llegando a la parroquia de la Candelaria en Tres Barrios. El Señor, llegando a la parroquia de la Candelaria en Tres Barrios.

El Señor, llegando a la parroquia de la Candelaria en Tres Barrios. / José Ángel García

Los primeros pasos de las andas daban calor y color a los fieles que lo esperaban en una fresca mañana que tornó en caluroso mediodía a su regreso a la zona, pues el Gran Poder no fue por el camino más corto a su destino, la parroquia de la Candelaria. Realizó un recorrido pausado que salió de Los Pajaritos, visitó Santa Aurelia y regresó junto al Parque Amate. Un camino de contraste entre las casas más humildes de la Plaza del Búho, en la que varios pájaros enjaulados rompían el silencio del cortejo, y las flamantes Viviendas de Protección Oficial (VPO) de las calles Gavilán y Flamenco, frontera invisible entre barrios. Cerca de aquel punto, en el parque Fábrica de Contadores, terminó uno de los relevos. Curiosamente, el de jóvenes hermanos de la Macarena. "Ha sido una experiencia única y muy bonita", explicaba Javier Bernabé tras terminar su turno. A Paula Delgado, otra de las portadoras, le costaba encontrar las palabras para describir la sensación de llevar al Gran Poder sobre su hombro: "Tengo los pelos de punta y ha sido impactante ver las caras de alegría de la gente mirando al Señor".

El Señor del Gran Poder por el barrio de Los Pajaritos, en imágenes. El Señor del Gran Poder por el barrio de Los Pajaritos, en imágenes.

El Señor del Gran Poder por el barrio de Los Pajaritos, en imágenes. / Antonio Pizarro

Una de esas caras era de la saetera Mercedes Gómez, que rezó cantando al nazareno de San Lorenzo. "Hace 10 años me dio un ictus y perdí la voz", explica una habitual protagonista de la Semana Santa de Sevilla durante décadas. Además, recuerda con cariño "como iba desde pequeñita a ver al Gran Poder". Algo que comparte con Manuel Delgado, vecino del Cerro del Águila que se acercó hasta Los Pajaritos. "Quería ver al Señor en el barrio de mi padre", revela emocionado, pues su progenitor, criado en la calle Pegaso, falleció hace casi cuatro años. "Él iba todos los viernes a la Basílica a verlo", añade Manuel, que resta los días para que las andas del Gran Poder acudan a la iglesia de los Dolores el próximo fin de semana. Entre el público se distribuían vendedores ambulantes de productos relacionados con la Santa Misión. Calendarios con el rostro del Señor y pulseras moradas con medallas se anunciaban entre la bulla en movimiento que rodeaba constantemente la parihuela, presidida por miembros de la junta de gobierno de la corporación y representantes del Ayuntamiento, destacando la presencia de Juan Carlos Cabrera, delegado de Gobernación, y Juan Manuel Flores, delegado del distrito Cerro-Amate.

Tras la cruz del Señor, que brillaba bajo el sol y sobresalía de las sencillas andas, también caminaban decenas de devotos. Algunos iniciaban cantos religiosos, siendo Pescador de hombres, compuesta por el sacerdote guipuzcoano Cesáreo Gabaráin, el más repetido. Al discurrir del traslado se fue sumando público conforme avanzaba, obligando a los presentes a esperar la llegada del Señor con varios minutos de antelación. Las inmediaciones de la parroquia de San Lucas Evangelista, punto álgido de la jornada, era un hervidero y presentaba el aspecto de una salida cofradiera previa a la pandemia. Un coche de Protección Civil tenía que abrir paso a la cruz de guía en la calle Dobla. Más holgado fue el paso por las calles Amor y Carlos Marx, lindando con el Parque Amate. En los bares de la zona se mezclaban devotos vistiendo sus mejores galas con clientes habituales que aprovechaban el veraniego mediodía. Las masas se reencontraron de nuevo en la Candelaria, tramo final del traslado y hogar del Señor del Gran Poder hasta el próximo sábado 30 de octubre, en que emprenderá el camino a la parroquia de Santa Teresa.

El Señor del Gran Poder por el barrio de Los Pajaritos, en imágenes. El Señor del Gran Poder por el barrio de Los Pajaritos, en imágenes.

El Señor del Gran Poder por el barrio de Los Pajaritos, en imágenes. / Antonio Pizarro

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