Emotiva jornada la que vivieron los hermanos de la Sed el pasado domingo. La corporación celebró este pasado domingo, como recogen sus Reglas, el rosario público con la Virgen de Consolación, que en esta ocasión visitó el Hospital de San Juan de Dios. La imagen permaneció durante varias horas en el interior del complejo hospitalario, expuesta a la veneración de todos los residentes y fieles. 

La Granada de Oro que luce, de nuevo, la Virgen de Consolación

Durante su breve pero fecunda estancia en este enclave, concretamente al término de la Solemne Misa oficiada por D. José Manuel Granados, la Orden Hospitalaria repuso a la Virgen la Granada de Oro, pieza que fue sustraída a la imagen de Nervión en el robo sufrido el pasado mes de noviembre del año 2020. Esta joya, de nueva factura pero idéntica a la original, ha sido impuesta por el Superior de la Orden, D. Guillermo García, quien ha estado acompañado del director gerente del centro Manuel González. 

La Virgen de Consolación con la Granada de Oro a la derecha de la Medalla de la Ciudad

Por su parte, el hermano mayor, José Cataluña, "ha agradecido este bello y emotivo gesto por parte de una orden religiosa hermanada con la Hermandad de Nervión desde el año 2000", apunta una nota de prensa. Tal es la vinculación que la hermandad de la Sed es la única de la ciudad que posee el título de Hospitalaria, a raíz del hermanamiento entre ambas instituciones en el año 2001. Por su parte, en mayo de 1998, la cofradía de Nervión otorgó el Escudo de Oro corporativo a la Orden como muestra de agradecimiento y fraternidad. 

Momento de la reposición de la Granada de Oro

El robo de la original 

Efectivamente, la Granada de Oro original, la que fue concedida hace ya casi treinta años, desapareció en el robo sufrido por la cofradía en noviembre del año 2020. En concreto, durante aquel robo -que fue perpetrado con máximo sigilo y con conocimiento del lugar, en este caso la casa hermandad- desaparecieron varias joyas del ajuar de la Virgen, como el barco de Marmolejo (felizmente recuperado hace unos meses) y los pectorales de los cardenales José María Bueno Monreal y Amigo Vallejo, así como los rosarios regalados por diferentes hermandades y joyas particulares. Asimismo, también fueron sustraídas las potencias del crucificado.