¿Por qué la Virgen de la Encarnación de San Benito es conocida como la 'Palomita de Triana'?
La Virgen de la Encarnación conserva un detalle singular que recuerda sus orígenes trianeros
Sigue en directo la jornada del Martes Santo en Sevilla
Programa de la Semana Santa de Sevilla 2025

En este Martes Santo, Sevilla vuelve a vestirse emoción con la salida procesional de una de las hermandades más popularesde la Semana Santa: la Hermandad de San Benito. Con sus más de 2.500 nazarenos, esta cofradía pone en la calle un imponente cortejo que atraviesa el barrio de La Calzada hasta llegar a la Santa Iglesia Catedral. Tres pasos –el misterio de la Presentación al Pueblo, el Cristo de la Sangre y la Virgen de la Encarnación– conforman una de las estaciones de penitencia más esperadas del día, tanto por la belleza de sus imágenes como por la devoción que despiertan. En este contexto, es interesante conocer una anécdota curiosa que hay tras una de las imágenes titulares.
La Virgen de la Encarnación de la Hermandad de San Benito mantiene el sobrenombre de la 'Palomita de Triana' como recuerdo de sus orígenes en el arrabal trianero, pese a que actualmente realiza su estación de penitencia desde la iglesia de San Benito Abad. Este apelativo tiene su origen en 1845, cuando en el techo de su palio figuraba una paloma de plata, elemento que sigue conservándose como seña de identidad de la imagen.
La historia de esta advocación se remonta a 1554, cuando se fundó la Hermandad del Santísimo Cristo de la Sangre y María Santísima de la Encarnación en el antiguo convento de Nuestra Señora de la Victoria en Triana, siendo la primera hermandad de penitencia del arrabal trianero. Inicialmente realizaba su estación de penitencia a la parroquia de Santa Ana en la tarde del Jueves Santo con la imagen del crucificado, pasando a partir de 1634 a efectuarla en la tarde del Viernes Santo, incorporando entonces a la dolorosa bajo palio.
Un hito histórico para la hermandad fue el Viernes Santo de 1845, cuando realizó por primera vez su estación de penitencia hasta la Catedral, atravesando el puente de barcas que unía Triana con Sevilla. El paso de palio, considerado uno de los más ricos de la época por estar labrado en plata, presentaba en su techo una paloma, motivo que dio origen al popular sobrenombre de la 'Palomita de Triana'.
Del arrabal trianero a La Calzada
La Revolución de 1868 marcó un punto de inflexión para la hermandad, cuando la Junta Revolucionaria decretó el cierre al culto de su capilla. Como consecuencia, en 1875 la imagen de la Virgen fue trasladada a la iglesia de San Benito, mientras que el crucificado fue enviado a Sanlúcar la Mayor para ser titular de la Hermandad de la Vera Cruz.
Un importante cambio llegó el 6 de junio de 1921, cuando fueron aprobadas nuevas reglas que establecieron su sede canónica en la iglesia filial de San Benito Abad. En este momento se añadió el título de la Sagrada Presentación de Jesús al Pueblo y se fijó su estación de penitencia en la tarde del Martes Santo. Tras un periodo de inactividad, la Hermandad volvió a procesionar en 1928 con el nuevo misterio de la Presentación, obra de Castillo Lastrucci, aunque la Virgen no se incorporó al cortejo hasta 1930.
Las inundaciones de enero de 1948 obligaron a trasladar las imágenes primero a la capilla de la residencia de las Hermanitas de los Pobres y posteriormente a San Roque, donde permanecieron durante dos años. Ya en la época contemporánea, el 6 de marzo de 1966 se bendijo la nueva imagen del Cristo de la Sangre, tallada por Francisco Buiza.
Actualmente, aunque la hermandad ya no procesiona por las calles de Triana (territorio ahora recorrido por otras cofradías como la Estrella, San Gonzalo, la Esperanza de Triana, el Cachorro y la O), la paloma de plata sigue adornando el techo del palio de la Virgen de la Encarnación, conservando así la esencia del apelativo que recuerda sus orígenes trianeros y su rica historia en la Semana Santa sevillana.
También te puede interesar