La ciudad y los días
Carlos Colón
Montero, Sánchez y el “vecino” Ábalos
El tráfico viario se consolida como principal generador de contaminación acústica en Sevilla, según los resultados del último Mapa Estratégico de Ruido (MERSE), realizado por la consultora Inerco Acústica por encargo de la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente del Ayuntamiento. La actualización de este diagnóstico, que abarca el término municipal y los principales distritos de la capital, confirma que el ruido vinculado al transporte por carretera es el factor predominante en la exposición acústica de la población, especialmente en zonas residenciales densamente pobladas y en barrios con intenso flujo de vehículos. La estimación para las diferentes franjas horarias (día, tarde y noche) muestra que el tráfico rodado supera a la industria y al transporte ferroviario o aéreo como factor principal de contaminación acústica urbana.
El estudio, encargado para dar respuesta a la cuarta fase de la Estrategia Europea de Evaluación y Gestión del Ruido Ambiental, ha identificado quince zonas de conflicto prioritarias donde los niveles sonoros no sólo exceden los umbrales fijados por la normativa, sino que también representan un riesgo potencial para la salud y el bienestar de los sevillanos, así como para edificios sanitarios y educativos. “En la aglomeración de Sevilla, un 10% de la población se encuentra sometido a niveles sonoros por encima de los 65 decibelios durante el periodo diurno y más de un 25% a valores superiores a los 55 decibelios en horario nocturno”, advierte el documento. Estas cifras reflejan la necesidad de poner en marcha medidas eficientes y sostenidas en el tiempo para reducir el impacto del ruido ambiental en la ciudad y sus efectos perniciosos para la salud y el bienestar de la población.
Los resultados del estudio especifican que, durante los periodos de mayor tráfico, hasta un 70% de la superficie urbana experimenta niveles sonoros por encima de 55 dB(A), llegando a superarse los 75 dB(A) en un 2% del territorio evaluado. Estos datos son especialmente significativos en distritos como Cerro-Amate, San Pablo–Santa Justa, Nervión y Macarena, donde la densidad de población y la configuración viaria incrementan la exposición al ruido.
En términos de impacto sobre edificios sensibles, se han detectado más de 40 centros sanitarios y alrededor de 350 centros docentes sometidos a valores superiores a los 60 dB(A) en horario combinado de día y tarde. Además, la ordenación de los focos de conflicto acústico integra también las servidumbres asociadas a grandes ejes viarios como la SE-30, la A-4 o la AP-4, así como corredores ferroviarios y áreas industriales que, aunque de menor impacto general respecto al tráfico viario, requieren acciones correctivas específicas en su entorno inmediato.
De manera detallada, el estudio sobre el ruido pone el foco en 15 zonas denominadas de conflicto prioritarias donde los niveles de ruido superan los límites establecidos, principalmente debido al tráfico viario y, en algunos casos, a la actividad industrial. Algunas de estas zonas incluyen:
Las superaciones en estas zonas pueden llegar a ser de hasta 5 dBA en periodos día y tarde, y más de 7 dBA o incluso 15 dBA en el periodo noche. Las medidas de mitigación propuestas para estas zonas se centran en la gestión del tráfico (fomento de vehículos de bajas emisiones, movilidad sostenible, transporte público) y la implementación de barreras acústicas donde sea factible.
El MERSE ha permitido la identificación de zonas tranquilas, definidas como espacios con niveles sonoros 5 dBA por debajo de los límites establecidos por la normativa, que tienen una superficie mínima de 10.000 m2, son de uso público y tienen un interés especial en mantener un ambiente sonoro tranquilo. Entre ellas, se destacan:
El MERSE servirá como base para el desarrollo de un Plan de Acción contra el Ruido que buscará minimizar el impacto acústico y cumplir con la legislación. El Ayuntamiento de Sevilla ya ha implementado diversas medidas en el pasado y mantiene acciones vigentes, que incluyen:
La puesta en marcha de estas medidas, coordinadas con el Plan de Movilidad Urbana Sostenible, busca construir una Sevilla más habitable, saludable y respetuosa con el medio ambiente, mejorando la calidad de vida de su población.
La Organización Mundial de la Salud advierte que la exposición sostenida a niveles elevados de ruido ambiental está relacionada con el aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, alteraciones del sueño y problemas psicológicos, como estrés o ansiedad. El documento oficial del MERSE estima también el número potencial de personas que podrían desarrollar enfermedades cardíacas atribuibles a la contaminación acústica, destacando la necesidad de integrar los resultados acústicos en la planificación de la salud pública.
El Mapa Estratégico de Ruido de Sevilla es una herramienta oficial diseñada para identificar, analizar y gestionar los niveles de contaminación acústica en el entorno urbano. Desarrollado conformemente a directrices europeas, nacionales y autonómicas, permite identificar zonas conflictivas, cuantificar la exposición de la población y orientar políticas municipales de reducción del ruido ambiental. Su alcance abarca tanto la aglomeración principal como el entorno metropolitano, incidiendo especialmente en áreas residenciales, vías principales de tráfico rodado y edificios considerados sensibles.
El procedimiento para la elaboración de este mapa estratégico de Sevilla ha requerido una recopilación exhaustiva de datos sobre el entorno físico (topografía, vegetación, obstáculos y edificaciones), las fuentes emisoras (carreteras, ferrocarriles, industria y actividad aeroportuaria) y la distribución de la población edificada. Los modelos de simulación acústica han sido generados a partir de sistemas de información geográfica (SIG) y el software profesional CadnaA, siguiendo la metodología CNOSSOS-EU establecida para toda la Unión Europea.
El análisis de las isófonas (curvas de igual nivel acústico) ha permitido delimitar con precisión las áreas más afectadas, así como cuantificar la exposición de la población y de los edificios sensibles, entre los que se incluyen hospitales, centros educativos y entornos culturales.
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