Aire funky en el Arenal

l Calle Adriano, 10.

16 de abril 2009 - 05:03

ELEFUNK

A todo el mundo le gusta el centro. A mucha gente le gusta la música funky. Fácil decirlo. Y aprovecharlo, si se tiene en cuenta el continuado éxito del Elefunk, que acumula ya seis años de vida con llenos a reventar cada fin de semana y un muy animado ambiente a partir del martes, porque el lunes se conceden un descanso. Merecido.

Pero hay que reconocer que quienes lo pusieron en marcha, Carlos y Josu, anduvieron listos, porque no parecía tan sencillo en 2003, cuando se lanzaron a la aventura en un local que llevaba cerrado una larga temporada. La calle Adriano había pasado ya su gran momento nocturno y noctámbulo y parecía una zona poco propicia para montar un bar de copas. Pero nació el Elefunk, y al poco tiempo todo el mundo lo conocía. ¿Qué ofrecía? Pues un ambiente tirando a alternativo, la garantía de entrar con zapatillas de deporte, con camiseta, o como fuera, unos precios razonables, música funky, soul, jazz o setentera y un espacio más o menos amplio para bailar, sobre todo a medida que avanza la noche.

Porque a primera hora, abre siempre a las 22:30, la cosa es más tranquila, y más de uno aprovecha para acodarse en la barra, y deja las profundidades del local, donde habita el dj de turno, para posteriores aventuras. Hay quien se sienta, aunque no es fácil encontrar hueco.

Aunque con modificaciones en su decoración, el Elefunk mantiene las constantes que lo llevaron al éxito. Sí varía su ambiente entre unos y otros días. Entre semana abundan los extranjeros, y aquí Carlos aclara que los sevillanos andan más retraídos para salir por la noche, por aquello de minimizar gastos, al menos hasta que llega el fin de semana. La barra se resiente, claro, pero el fin de semana es diferente. La mayoría es público local, que no está dispuesto a quedarse en casa viernes y sábados.

Con la ventaja añadida de que mucha gente puede acceder hasta él andando, el Elefunk ofrece además una amplia programación de dj. Esta noche pincha Reyes Estrada; mañana, Simon Bensoussan; el sábado vuelve Reyes Estrada, y el domingo, Lagarto.

Todo esto, y el hecho de ser el primero de los bares de copas que Carlos tuvo, hacen que sea el que más le gusta. Además de ser más abierto al exterior, sobre todo si se compara con su otra criatura: el Jackson, en la calle Relator, hermano menor en esto de la música funky y entre cuyos alicientes no se encuentran las ventanas.

La decoración setentera del Elefunk ha encontrado hueco incluso en la gran pantalla. Porque en su interior se rodó a finales del año pasado After, del director sevillano Alberto Rodríguez, habitual del local y que acabó por incorporarlo, como escenario clave, a su película.

De manera que quien quiera bailar sin ir a una discoteca; o salir por el centro con zapatillas de deporte, o escuchar música sin oír a bisbales o shakiras, no debe olvidar el Elefunk. Seguramente no lo hace.

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