Patrimonio

El Alfonso XIII cambia de entrañas

  • Los trabajos de reforma ya están ejecutados al 50% y se prevé recepcionar la obra el 28 de febrero · Se ha cambiado todo el sistema de suministro y ahora se procede a limpiar y restaurar el revestimiento.

Igual corazón, idéntica piel, pero distintas entrañas. Así resumieron ayer los técnicos encargados de la reforma del Hotel Alfonso XIII los trabajos que se llevan a cabo en este emblemático edificio desde junio pasado. Las obras van a buen ritmo y ya están ejecutadas en un 50%. De esta manera, si no surge ningún imprevisto, la obra se recepcionará el 28 de febrero, con lo que la cadena Starwoord -concesionara de este hotel de propiedad municipal- comenzará a gestionar las reservas en marzo con vistas a que la reapertura tenga lugar el 1 de abril (Domingo de Ramos), tal como se había acordado con el Ayuntamiento.

Durante estos cinco meses se han cambiado las instalaciones del hotel. Todas sus entrañas. Los sistemas de electricidad, agua, climatización, contra incendios o aislamiento acústico, entre otros, han sido sustituidos, ya que algunas canalizaciones (como las tuberías) databan de la última gran reforma llevada a cabo en 1976. Dicha sustitución ha obligado a construir cuatro nuevos castilletes en la azotea del hotel para cobijar la maquinaria. Estos nuevos elementos tienen una configuración acorde con los ya existentes. También se ha renovado la cubierta debido a las filtraciones. Esta labor ha supuesto la sustitución en un 80% de las tejas existentes, ya que la mayoría se encontraban en muy mal estado. Las que se han colocado nuevas son idénticas a las retiradas.

Una vez finalizada la instalación de las nuevas redes de abastecimiento (hasta 36 tubos de suministro por habitación), ahora queda limpiar y restaurar todo el revestimiento. En la mayor parte del edificio (sobre todo en las zonas comunes) se respetará el estilo característico del hotel, referente arquitectónico del regionalismo. Sí habrá pequeños cambios en las habitaciones, sobre todo en las llamadas de estilo isabelino, que pasarán a ser de estilo "andaluz", mientras que permanecerán inalterables las que tienen decoración árabe y castellana. En este sentido, hay que destacar que la reforma supondrá el aumento en el número de habitaciones, que pasarán de 147 a 151. Tres de ellas se han habilitado en la planta baja en salas dedicadas hasta ahora a oficinas, dos de las cuales servían originariamente para alojar a clientes. A ellas se suman dos suites nuevas: la Suite Reales Alcázares, cuya decoración está inspirada en el dormitorio de María de Padilla, y la Suite Torreón, con conexión a este elemento arquitectónico, uno de los elementos más identificativos del hotel. Para la creación de las escayolas que decoran los techos y paredes se ha creado un taller donde se utilizan los moldes de las originales.

Entre los salones de la planta baja que también son objeto de reforma destaca el Salón Real, donde los frescos que decoran su techo están siendo sometidos a una profunda restauración. En esta dependencia también se cambiará el parqué del suelo. Además, la reforma permitirá la creación de nuevos espacios de restauración: el bar americano, que duplica su superficie con una barra de 10 metros; la Bodega Alfonso, especializada en tapas; y el restaurante de los Jardines (en el antiguo restaurante japonés), que ofrecerá cocina mediterránea.

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