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Aparecen dos cadáveres con signos de violencia en el interior de un transformador abandonado en Sevilla

El cordón policial junto al centro de transformación de luz donde han aparecido los cadáveres.

El cordón policial junto al centro de transformación de luz donde han aparecido los cadáveres. / Juan Carlos Vázquez

Los cadáveres de un hombre y una mujer de mediana edad han aparecido en la madrugada de este sábado en el interior de un antiguo transformador de luz abandonado en la antigua sede de Abengoa, en la calle Manuel Velasco de Pando, junto al centro comercial Los Arcos. La Policía Nacional ha abierto una investigación para esclarecer las circunstancias en las que habrían tenido lugar las dos muertes, así como para la identificación de los fallecidos.

Según ha podido saber este periódico, los cuerpos han sido localizados en el interior del transformador de luz sobre las 3:00 horas cuando la Policía Local, en un control rutinario por la zona, se percató de la presencia de un vehículo Toyota Corola con el maletero abierto en un descampado al final de la calle Manuel Velasco de Pando. Tras acercarse y comprobar que no había nadie, se percataron de la cercanía de un antiguo centro de transformación eléctrica, donde tras una inspección encontraron a los dos cadáveres con evidentes signos de violencia. Las mismas fuentes concretan que el cuerpo del varón se encontraba encima de la mujer.

Detalle del centro transformador donde han sido localizados los dos cuerpos. Detalle del centro transformador donde han sido localizados los dos cuerpos.

Detalle del centro transformador donde han sido localizados los dos cuerpos. / Juan Carlos Vázquez

La Policía Nacional ha confirmado los hechos y concreta que la mujer presenta claros signos de estrangulamiento, mientras el cuerpo del hombre ha aparecido con numerosos golpes y, al menos, una herida provocada por un objeto punzante por la espalda. 

Tras el hallazgo de los cadáveres, la Comisión Judicial se desplazó hasta la zona donde los forenses y la Policía Científica han acordonado la zona tras realizar de madrugada una primera inspección ocular tanto del transformador donde se encontraban los cuerpos como del vehículo hallado en la zona para tratar de esclarecer las circunstancias en las que habrían muerto las víctimas, como de los propios cadáveres, que han sido trasladados al Instituto Anatómico Forense para que les sean practicadas las respectivas autopsias. 

Es el segundo crimen que tiene lugar este verano en la capital sevillana. El primero, aunque tuvo lugar en abril, se esclareció el pasado mes de junio cuando fue localizado el cadáver de una mujer que llevaba unos dos meses desaparecida en Sevilla. El hallazgo se produjo el 21 de junio en el río Guadalquivir, a la altura de San Jerónimo, después de que su ex pareja confesara que la había matado. El Grupo de Homicidios detuvo al autor confeso de los hechos, ex compañero sentimental de la víctima, sobre el que la Policía ya había estrechado el cerco semanas antes hasta que finalmente habría terminado confesando el homicidio. Después de su arresto, y ante las evidencias probatorias que le incriminaban, acabó declarando a los agentes el lugar en el que se deshizo del cadáver. Los investigadores se desplazaron hasta este punto con el detenido, y encontraron el cuerpo de la mujer oculto entre unos juncos. 

Anteriormente, en mayo, tuvo lugar un matricidio en la barriada de Padre Pío. Un hombre de 49 años mató a su madre, de 72, a la que estranguló con un cinturón. Después, llamó al 091 y confesó el crimen. Luego ratificó esta confesión en las dependencias policiales y delante de su abogado, por lo que, automáticamente, ingreso prisión provisional. Los hechos fueron verificados por los agentes que se trasladaron a la vivienda donde tuvo lugar el crimen, los cuales descubrieron allí el cadáver de la mujer y comprobaron que todo cuadraba con la versión del matricida. Éste vivía con la madre en la misma casa. Es una persona que no estaba casado ni tenía hijos, y la relación con su madre era muy mala desde hace años. Tras una discusión, el asesino cogió un cinturón y la estranguló. No tenía antecedentes. 

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