"Bob Dylan pidió un solomillo y se comió tres platos de patatas"

los invisibles

Mariano García Romero. Desde los 16 años a los 58 que tiene, toda una vida en el bar de la calle Canalejas, junto al hotel de los toreros y la radio de los iconos del periodismo

24 de octubre 2015 - 01:00

LLegó en el esplendor de la estación de Córdoba, de las pensiones de Gravina y Bailén. Mariano García Romero (Camas, 1957) es uno de los tres socios de Donald. Lleva 42 años trabajando en el mítico bar de la calle Canalejas.

-¿Dónde se formó?

-Mi padre tenía un bar en Camas, el Mesón de los Monos. Con 16 años me enfado con él y me voy al restaurante Nuria, cerca de la otra estación de tren, la de Cádiz. El dueño también llevaba el bar de la Escuela de Ingenieros. Mi única Universidad.

-¿Cómo llega al Donald?

-Pasé un día por la calle Canalejas con mi Vespino y me gustó porque era una cafetería supermoderna. El dueño, don Manuel Ávila Romero, estaba en la puerta y yo le pregunté si le hacía falta un camarero. Me dijo que cuánto tardaría en conseguir una camisa blanca. Y hasta hoy.

-¿El nombre de dónde viene?

-El primer propietario era un policía, hijo de procurador, que le puso Pato Donald. Recibió una carta de Disney que le pedía 700.000 pesetas por usar ese nombre. Le quitó el Pato.

-Ha sido el bar de Radio Sevilla.

-Cuando llegué estaba Iñaki Gabilondo de director. He conocido a Botana, Pepe da Rosa padre, Marisa Carrillo, Elvira Velasco, Juan Tribuna, Manolo Bará, Filiberto Mira, Rafael Santisteban.

-Menos Queipo de Llano, todos.

-Araújo, María Esperanza Sánchez, Carlos Herrera, Paco Lobatón... Llevé el catering de Jesús Quintero con el Loco de la Colina. Fui con él a hacer el programa en la Giralda, en la cárcel y el cementerio, donde una noche habló con Machín. Una vez llegó sin cenar al estudio y vine con un infernillo, un perol de aceite y cuatro huevos para freírlos en directo. El micrófono se lo guardaban en una caja fuerte.

-Lo que habrá visto en la barra.

-Concha Piquer y don Antonio Márquez venían todos los días de Feria. Toreros todos. Estaba en mi salsa, me crié con ellos en el bar de mi padre. Nos dio un premio el club taurino de San Francisco y mi nombre y el del bar salen en francés en un libro de Jean Cau titulado Por sevillanas.

-42 años. Cátedra de la barra...

-Somos de la escuela de don Manuel Ávila Romero, que llegó aquí después de estar en el Líbano, Palacio Central y la Hostería del Laurel. Era la época de Enrique Becerra, Luis Senra, Pepe de Jamaica, Paco Ramos. Mis dos socios, Juan Pazos y Manolo Japón, y yo somos de una escuela muy antigua y no nos queremos modernizar. Era cliente nuestro el arquitecto Eleuterio Población, el que hizo todos los Meliá. Le pedí un proyecto para modernizar el local y me dijo que lo único que necesitaba era blanquearlo todos los años. Que la gente que venía quería ver las mismas sillas, los mismos cuadros, las mismas tapas, la misma gente.

-¿Eso se ha acabado?

-Ahora todos los modernos quieren darle forma de viejo, pero sin solera ni tradición. Eso no se estudia. Se ve en el trato al cliente. Éste es de los pocos sitios de Sevilla donde se cantan las tapas. El otro día vino un microbús con 16 personas de Algeciras sólo para probar nuestra ensaladilla

-Vivió el Mundial 82, la Expo 92.

-Fue muy importante para la proyección en el extranjero. De economía no entiendo, pero una de las primeras fuentes de ingreso es la hostelería.

-¿El Burladero pesa mucho?

-Nunca fuimos competencia.

-¿Cuándo es temporada alta?

-A partir de enero nos están reservando mesas para la Feria desde México, desde Venezuela, desde toda España. Siempre las mismas personas.

-¿Es verdad que usted también tiene ocho apellidos vascos?

-Dos por lo menos. Un día pasó por aquí José Ignacio Iriarte Aramburu, de la comisión de la Feria de Azpeitia. Nos hicimos amigos y desde entonces voy al campo con ellos a ver las reses, vamos a embarcar los toros.

-¿Tienen las mismas estrellas que el hotel Colón?

-Dígame un bar de Sevilla donde le pongan mantel de tela y servilletas de tela para tomarse unos boquerones en vinagre.

-¿Cómo se reparten el trabajo los tres mosqueteros?

-Juan Pazos, el cocinero, va a Huelva y a los mercados de Triana o las setas a por el pescado y marisco. Manolo Japón va a la sierra por la chacina. Hace 43 años compramos el jamón en un matadero de Corteconcepción.

-Eran vecinos de Planeta...

-Los primeros BMW que vi eran los de los agentes de Planeta. Todavía viene por aquí Helenio a pedir su tapita de riñones al jerez. Era el que recogía a Lara en el aeropuerto, que comía en el Colón y tomaba café en Donald.

-¿Qué escritores recuerda?

-No entiendo mucho. De música sí. Aquí ha estado Plácido Domingo. Un día vino Bob Dylan con varias personas. Pidió un solomillo de ternera con patatas fritas. Dejó más de la mitad de la carne, pero se tomó tres platos de papas con cuatro o cinco coca-colas.

-¿Y futbolistas?

-A mí no me gustan el fútbol ni el tenis. Era vecino de la familia de Sergio Ramos.

-El bar está en el corazón de la Semana Santa...

-Aquí paran las hermandades del barrio, como yo digo: Quinta Angustia, Calvario, Montserrat. Las demás hacen tertulias. Después se van de copitas al Iscariote.

-¿Salió de nazareno?

-Una veza en Santa Marta, la patrona de la hostelería.

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