Sevilla

Búsqueda infructuosa en la zanja de Camas

  • La Policía comprueba con tres excavadoras que el cadáver de la menor no se encuentra en la acequia de Caño Ronco

Quienes tenían más esperanzas de que apareciera el cuerpo de Marta del Castillo en una zanja de Camas eran sus familiares. Desde Getafe, su destino actual de trabajo, Antonio del Castillo explicó el martes a la prensa que confiaba en que esta pista fuera la buena, que por una vez la ex novia de Miguel Carcaño dijera la verdad y su nuevo testimonio condujera a esclarecer totalmente el caso. Su suegro, José Antonio Casanueva, se fue la tarde de ese mismo día por su cuenta y riesgo a buscar a su nieta en el descampado de la barriada de Caño Ronco señalado por la ex novia del asesino. Allí encontró una sábana manchada y se la entregó a la Policía por si aquello significaba algo.

Ayer, el abuelo de Marta del Castillo se presentó en Camas a las siete de la mañana, con la chapa con el rostro de su nieta en la solapa, esperando que apareciera alguna pista, algún indicio. "Estoy esperanzado", decía, a la vez que recordaba que el sentimiento que le abordaba era el mismo que cuando se buscaba en el río. "Tengo momentos de euforia y luego me vengo abajo". Allí, en la calle Camino del Monte, pudo ver cómo fueron llegando un rosario de periodistas, fotógrafos, unidades móviles de radio y televisión... Tantos que la Policía Local de Camas -con el ex alcalde Juan Pazos entre sus agentes- tuvo que cortar el acceso a la vía y la unidad de Caballería de la Policía Nacional desalojó la parte más alta de la calle.

A José Antonio Casanueva le dijeron que la sábana encontrada el día antes no tenía manchas de sangre y que quizás la búsqueda se demorara un día porque tenían que comprobar en qué fecha se terminó la obra de adecentamiento del arroyo Caño Ronco. Fue el alcalde de Camas, Rafael Recio, quien confirmó que la zanja estaba abierta la noche de la desaparición de la menor, la del 24 al 25 de enero. Los trabajos comenzaron en diciembre y terminaron en febrero. La zanja en cuestión era una abertura de entre 20 y 30 metros de largo que se abrió para depositar en ella toda la suciedad y maleza acumulada en el cauce del canal y evitar así futuras riadas.

Al mediodía, una excavadora cedida por el Ayuntamiento de Camas accedió a la vaguada existente entre el cerro del Carambolo y la carretera de Camas a Valencina para comenzar a excavar. Los trabajos se aceleraron a última hora de la mañana con la llegada de dos máquinas más. A las cuatro de la tarde ya estaba abierta toda la zanja. Las excavadoras sacaban tierra y la depositaban en montones. Aparecieron troncos, piedras, maleza, pero nada más.

A medida que pasaban las horas, las esperanzas de la familia se diluían. El abuelo se retiró a la hora de comer y no volvió, posiblemente tras mantener un encuentro con los responsables policiales que le explicaron que allí no había nada. A las seis las máquinas cubrieron la zanja. Acababa así la tercera búsqueda de Marta del Castillo.

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