Cambio horario, trastornos en la salud

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Los relojes adelantarán una hora, a las dos de esta madrugada marcarán las tres

El nuevo ciclo puede ocasionar cansancio, cefalea, irritabilidad y nerviosismo

Las doctoras Carmen Menéndez, jefa del servicio de Neurofisiología Cínica, María Aguilar y Carmen Gutiérrez, en luna sala del Hospital Macarena.
Las doctoras Carmen Menéndez, jefa del servicio de Neurofisiología Cínica, María Aguilar y Carmen Gutiérrez, en luna sala del Hospital Macarena.
Noelia Márquez

25 de marzo 2017 - 02:30

Los relojes se adelantarán la próxima madrugada una hora, cuando las agujas lleguen a las 2:00 esta madrugada deberán marcar las 3:00, un cambio horario diseñado principalmente para favorecer el ahorro energético y aprovechar la luz del Sol, pero que puede repercutir en el correcto funcionamiento del organismo, especialmente en la población más vulnerable a los cambios. Fatiga, cansancio, ansiedad o problemas del sueño pueden aparecer en los primeros días del cambio horario.

"La población que puede verse más afectada son los niños y los ancianos. Ellos son más vulnerables de manera generalizada", explica la doctora María Aguilar Andújar, especialista responsable de la Unidad de Sueño de Neurofisiología Clínica en el Hospital Macarena. Las personas que padecen problemas del sueño, especialmente insomnio, también pueden notar ciertos trastornos a causa de la hora de sueño perdida.

No obstante, la doctora Aguilar incide en que "el cambio horario de una hora no afecta de manera significativa a la mayor parte de la población. Es un cambio pequeño que no debe variar el funcionamiento de nuestro reloj interno. Aunque como todos los factores externos, la mayor o menor repercusión dependerá de las características de cada persona".

La pérdida de una hora dedicada al sueño puede afectar al estado de ánimo. "Algunas personas afirman que el cambio horario afecta negativamente a su humor", asevera la especialista en Neurofisiología. Algunos problemas referidos por los pacientes: cambios en los patrones del sueño, nerviosismo, irritabilidad, cefalea, astenia o alteración de la concentración y atención. Los trastornos no suelen ser especialmente significativos y suelen desaparecer a los tres o cuatro días tras el cambio de hora.

Para prevenir estos problemas "es muy importante mantener unos buenos hábitos de sueño durante todo el año", añade la doctora Aguilar, que subraya que "se debe mantener un horario regular para acostarse y levantarse".

El servicio de Super Premium Diet dedicado al asesoramiento nutricional de farmacias del Grupo NC Salud destaca la alimentación como uno de los recursos para evitar que los cambios horarios afecten de manera negativa. Este grupo farmacéutico aconseja alimentos ricos en vitamina C y magnesio (fresa, kiwi o naranja) por la mañana; evitar siestas prolongadas y comidas ricas en grasas, entre otras recomendaciones.

Los especialistas en esta materia sugieren una serie de normas para afrontar de manera óptima los cambios del horarios, especialmente en las personas con problemas del sueño y las poblaciones más vulnerables. Entre los consejos destacan: ejercicio suave; hábitos regulares del sueño durante todo el año; exposición a una la luz brillante (solar) a primera hora de la mañana; modificar el horario de las comidas; y evitar la ingesta de cafeína y alcohol; o adaptación al cambio horario unos días antes. Para las poblaciones más vulnerables puede resultar necesario la administración de melatonina unos días para lograr la regulación del nuevo ciclo. "La melatonina es la hormona que regula el reloj biológico interno de nuestro cuerpo. La segregamos todos. También puede suministrarse externamente en estos casos y en otros trastornos de sueño como en trastorno por retraso de fase o trastorno por adelanto de fase. También se administra a veces en los problemas de jet lag", concreta la doctora Aguilar.

Neurofisiología Clínica atiende 600 casos al año

El Servicio de Neurofisiología Clínica del Hospital Universitario Virgen Macarena cuenta con una Unidad de Sueño especializada, que se encarga de valorar, estudiar y tratar todo tipo de patologías del sueño, siempre en muy estrecha relación y colaboración con otras unidades para dar una atención multidisciplinar al paciente. La Unidad del Sueño atiende una media de 600 pacientes al año y realiza unos 250 estudios polisomnográficos (prueba exploratoria de múltiples parámetros usada en el estudio del sueño). Esta unidad mantiene una línea abierta de investigación respecto a las hipersomnias centrales, para intentar caracterizar de manera más detallada la microestructura del sueño en estos casos.

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