Sevilla

Una Cabalgata de Reyes memorable inunda Sevilla de ilusión

Resumen de la salida de la Cabalgata de Reyes Magos del Rectorado / Foto: José Ángel García / Vídeo: Juan Carlos Muñoz

Todavía no son las tres y media de la tarde cuando el eco de una banda de música se escucha a lo lejos. En la puerta del Rectorado de la Universidad de Sevilla, particular palacio de oriente, los músicos se arremolinan. Es su punto de entrada para formar parte del cortejo más mágico del año. El público impaciente por ver a sus majestades los magos de oriente acude a la llamada de la banda. Son los Gitanitos de la Ilusión los que hacen su entrada triunfal. En la Lonja, tras el chimpún final son acogidos con una ovación por sus compañeros de Virgen de los Reyes que aguardan. Quién habló de rivalidad. O será la magia de los Reyes Magos. “¡Tú sí que vales!”, suena a coro. Los devotos de la Cabalgata de reyes Magos, que son legión, aceleran el paso para coger el mejor sitio en los primeros metros del recorrido. Es la Avenida del Cid la elegida por muchas familias con niños pequeños. Hay pocas apreturas y las carrozas lucen de manera especial con la luz de la tarde. También hay quien elige este lugar porque asegura que se lanzan más caramelos al estar recién salidos. Doctores tiene la Iglesia y en Sevilla hay muchos expertos en cortejos mágicos.

Ya son casi las cuatro. La Lonja de la antigua fábrica de tabacos es un hervidero. Un ir y venir de personas del Ateneo, miembros del cortejo y voluntarios que se afanan para que todo salga perfecto. Todo lo que ocurre aquí es mágico. La magia lo transforma todo. La liturgia está muy marcada. Las huestes beduinas toman forman en los patios y pasillos. Las escaleras van y vienen para subir a los pequeños a sus carrozas. Los responsables de seguridad de las carrozas dan las últimas indicaciones a los niños (y no tan niños que cada vez hay más): “No se tiran bolsas completas de caramelos. Hay que tirar puñados y con fuerza para arriba y hacia afuera. No apuntéis a la gente. Y recordad que no os podéis bajar ni para hacer pipí. Para eso lleváis puesto el pañal”.

La espera se hace pesada. La lluvia que trastocó por completo la llegada del Heraldo, honores para el gran Peña, han dado paso a un cielo prácticamente despejado y a una temperatura fresca. Los de la carroza Un mar de posibilidades se lo pasan bomba mientras se inicia la comitiva. Se les podría dar sin dudarlo el título de la carroza más animada. “Ya estamos aquí, mojama vamos a repartir” o “¿Dónde está la mojama, la mojama dónde está?”. Son algunos de sus cánticos más celebrados. Y por cierto, el lanzamiento de este manjar fue todo un éxito. Fue uno de los presentes más cotizados.

“¡¡Niños y niñas de Sevilla!!”. La inconfundible voz de Luismi Martín Rubio indica que todo está a punto de comenzar. Se anuncian los distintos personajes y se corona a los Reyes Magos. El heraldo, Palas Atenea, el Gran Visir, “embajador de la palabra y cronista de la verdad”, como acertadamente es definido, el Mago de la Fantasía... Todos ellos saludan emocionados. Qué honor más grande llevar la alegría y la ilusión a los niños de Sevilla. Y sus Majestades. El rector, Miguel Ángel Castro, es el encargado de ponerle la presea a Melchor.

Se estrena el arzobispo, monseñor José Ángel Saiz, coronando a Gaspar. El año pasado estaba en Roma por el funeral de Benedicto XVI y el anterior no hubo Cabalgata por la pandemia. “Bien coronado está Gaspar”, sentencia Luismi. Y Baltasar, turno para el alcalde, José Luis Sanz, que también se estrena. Por cierto, al alcalde habría que pedirle que de una vez por todas se atienda la reclamación histórica del Ateneo para que la Cabalgata de Reyes Magos que organizan desde hace más de cien años, ahorrándole bastantes quebraderos de cabeza al Ayuntamiento, disponga por fin de una sede acorde a su categoría en la que, además, se pudiera disfrutar durante todo el año de un museo dedicado al Cortejo de la Ilusión.

En este punto es obligado hacer el elogio anual a la Docta Casa y a los responsables de la Cabalgata: Manolo Sainz, Pedro Lissén, Jesús Corral... Han conseguido una brillantez extrema y una gran belleza en todos los detalles sin que se pierda la esencia. Los sevillanos se emocionan y vibran con su Cabalgata. Nada que ver con los anodinos y fríos cortejos que se pueden ver por la televisión. Así que gracias, gracias, Ateneo.

La Cabalgata de 2024 ha sido la del Mago de la Ilusión más macareno, la del Baltasar más torero, la de la Estrella más Icónica (menos mal que imperó la cordura y no se lanzaron invitaciones para los conciertos), la del Gran Visir que no perdió nunca el blindaje de la inocencia, la de los caramelos blandos (se vieron más que otros años), la de la alegría desbordante en Triana y la locura máxima en Asunción, particular calle Parras de esta procesión que prepara a la ciudad para su noche más mágica.

Después de un paseo triunfal, la única incidencia destacable de la jornada fue una atención sanitaria en la calle Feria que detuvo el cortejo durante algunos minutos, la Cabalgata regresa a su particular palacio de oriente de Sevilla con el deber cumplido. Es la hora de soñar. Empieza la noche más mágica del año.

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