Cenicienta en el Parque Jurásico

Calle Rioja

Infancia. Shalakabula es una ludoteca que una antigua profesora de Infantil y Primaria de Sevilla Este ha puesto en marcha en la Alameda y en la que celebra cumpleaños temáticos.

Cenicienta en el Parque Jurásico
Cenicienta en el Parque Jurásico
Francisco Correal

21 de octubre 2013 - 05:03

FUE su hija Carmen, que tiene 6 años, la que dio con el nombre. Shalakabula es el reclamo de una canción del cuento de Cenicienta y así le puso Reyes Reina (Sevilla, 1973) a la ludoteca que abrió en agosto en la Alameda de Hércules. Quince niños de la quinta de su hija convirtieron el local en un parque temático. Niños nacidos en 2006, 2007 y 2008 que se dieron cita para celebrar el cumpleaños de uno de ellos. Sus padres llevan los cinco, seis y siete años que tienen sus hijos oyendo hablar de la crisis, cuando no padeciéndola. Esta ludoteca es un remanso en el que se celebran cumpleaños temáticos y Paco quería para sus siete años en un parque jurásico. Reyes también los hace de vaqueros, princesas, bandidos, piratas...

Arturo venía del cumpleaños de su primo. Miguel hacía doblete: esa misma tarde su padrino lo había invitado al circo. Quince niños con el número de la niña bonita. "Las niñas normalmente relajan más, pero ellos son más activos, más divertidos", dice Reyes. Habla con conocimiento de causa: Carmen, la niña que bautizó la ludoteca, tiene un hermano, Nico, de 4 años.

Shalakabula está en el lado de la Alameda del Fun Club, la escuela de Adelita Domingo y El Corto Maltés. Reyes se instaló en el local que había sido la librería La Extravagante, que se trasladó junto a la Casa de las Sirenas. Reyes es una sevillana de Montequinto afincada en Guillena. Estudió Magisterio y lo ejerció durante quince años en el colegio Las Artes de Sevilla Este, donde se familiarizó con los niños como profesora de Infantil y Primaria. Un centro con aulas para niños autistas y alumnos de integración, a los que también abre las puertas de su local. Para los primeros está dándole vueltas a un módulo de repostería.

Es un trabajo en equipo. Reyes vive en Guillena y allí reside también Laura, autora de las tartas temáticas. Tiene un colaborador de excepción, Miguel Ramírez, que hizo las delicias de los niños con sus números de magia. Y dos socias capitalistas, Mónica, licenciada en Derecho que trabaja en el Registro de la Propiedad, y Auxi, ingeniera destinada por razones laborales en Estados Unidos.

Hay ludoteca por horas, cuentacuentos, talleres de baile, de disfraces. Como no puede abrir en horario escolar, quiere compartir el local con otras actividades: una escuela de payasos, otra de au pair.

Los amigos del parque, pues fue aquí donde se conocieron los niños que acudieron al cumpleaños de Paco, han encontrado en el parque, en una antigua librería, este cuento de historias vivas puesto en pie por una lectora incondicional de El conde de Montecristo. Los padres se quedan fuera para no romper el encanto de este falansterio infantil, comuna de los enanos que se hacen caballeros andantes a lomos de dinosaurios. Cada uno con su globo. Globos globales: una madre argentina, una italiana; una madre de Elda, otra riojana. Y las sevillanas.

Reyes Reina quería seguir trabajando con los niños. "Descarté montar una academia porque prefería otra cosa. Las ludotecas son más frecuentes por el norte, donde llueve mucho y no se puede estar tanto tiempo en la calle. Aquí hay guarderías que se inscriben como ludotecas sin serlo".

Dieron cuenta de la tarta. Delicias de triceratops. Los padres, gigantes y cabezudos, esperaban en la puerta la salida de sus vástagos, que daban rienda suelta a su imaginación sin más herramientas que la fantasía y el afecto. Ellos no saben de crisis. De aquellos niños de la posguerra a éstos que nacieron con un pan bajo el brazo, dos Eurocopas y un Mundial.

stats