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Alejandro Rojas Marcos, ex alcalde de Sevilla

"Chaves me ofreció la Alcaldía, con una moción de censura al PP, y dije que no"

  • Ningún concejal ha estado más tiempo que él en el Ayuntamiento: 4 años en la oposición con Del Valle, 4 con el bastón de mando y 4 como teniente de alcalde con Becerril. Luego pactó con el PSOE, Monteseirín fue el alcalde y él se centró en el Metro.

Alejandro Rojas Marcos de la Viesca (Sevilla, 1940) se inició en la política con 15 años. Este histórico del andalucismo, de fuerte personalidad, ha conocido las luces y las sombras de la política municipal, a la que se ha dedicado durante 16 años. Desde 2004 no ocupa ningún cargo público ni de partido. Desde la lejanía que su nueva situación le permite, habla de Sevilla, de sus recuerdos y los valores de la política y de su actual vida, que gira en torno a sus misiones solidarias por el mundo y a su familia: "Mis nietos son palabras mayores".

-Hace seis años que dejó la política. ¿La echa de menos?

-Quien ha estado dedicado como yo 50 años a ella, siempre la lleva dentro. Ahora colaboro con ONG. Un mundo apasionante que ofrece la posibilidad de hacer política con mayúsculas. Y más ahora con el desprestigio que tiene.

-¿A qué cree que se debe eso?

-Es culpa de la clase política.

-¿Y cómo se ve a Sevilla desde ahí?

-Resulta un poco pequeña, porque desde esa perspectiva, inevitablemente se siente la humanidad como la patria, lo que pasa es que yo no renuncio a mi patria, que es Andalucía. Sevilla me sigue enamorando como siempre. La quiero mucho, pero desde el punto de vista político no sigo sus vaivenes…

-Pero se habrá enterado usted de que Monteseirín ya no repite.

-Bueno... He oído de todo... Parece ser que no. Al final Monteseirín ha sido el alcalde que más tiempo ha estado porque los sevillanos así lo han querido, porque  ha tenido votos que otros hubiéramos querido.

-Pero usted es quien más tiempo ha estado en el Ayuntamiento, 16 años, sin contar con su etapa en la época franquista.

-Aquello apenas duró unos meses y acabó como el rosario de la aurora. El entonces embrión del PA aprovechó aquella oportunidad para conectar con la gente  y, claro, acabó como tenía que acabar, con mis huesos en la cárcel y en el destierro. Ese mismo análisis lo hizo el PCE y hubo una candidatura comunista. Sonó la flauta y yo me vi de concejal con 26 años.

-¿Esa rebeldía de la que habla se ha perdido hoy?

-No lo sé. No es lo mismo luchar en la clandestinidad. Yo pensaba: qué le voy a decir a mis  hijos cuando el día de mañana me pregunten qué hice contra la dictadura. Yo había visto ya algo así en Alemania, cuando mis padres me mandaron a estudiar allí con 18 años y veía a los hijos preguntar a sus mayores qué hicieron durante el nazismo.

-Ahora puede contarles muchas cosas, ¿no? Desde la clandestinidad a su etapa de alcalde.

-Cuando estaba en Inglaterra con 15 años me atrajeron los problemas internacionales. Luego me atrajeron los problemas de mi patria, Andalucía. No estaba previsto que yo me dedicara a la política local, pero una mala situación del partido me hizo entrar.

-¿Y nunca soñó ser alcalde?

-No. Estuve en la dictadura luchando por la democracia y la autonomía y luego en la política andaluza. En el Ayuntamiento pasamos de no tener concejales a tener nueve y la Alcaldía.

-Dos alcaldes andalucistas, Luis Uruñuela y usted, y qué distintos.

-Fue un lujo trabajar con él y con Miguel Ángel Arredonda. Ellos no tienen las aristas que yo tengo. A mí no me sobran, pero ahí están para bien o para mal. Los inicios fueron muy duros. No teníamos padrinos extranjeros, como PCE, PSOE y Democracia Cristiana.

-Pero el papel del PA ha sido importante.

-Hemos gobernado en Sevilla 16 años, con PP, PSOE y PCE y 8 años en la Junta, con el PSOE. El PA tiene un buen currículum en la democracia y un gran papel en la autonomía. En nombre del hoy PA, la planteé por primera vez en el casino de Estepa en los años 60.

-¿Cree que ha sido el partido que más ha contribuido en el desarrollo y transformación de Sevilla?

-En este terreno hablar de mí o de mi partido me resulta incómodo. Criticar a los demás también. Esta pregunta es incomodísima.

-No tiene por qué responder.

-Para mí es agradable salir a la calle, a tapear con mis hijos, con mi mujer, con amigos... Y tengo la oportunidad de hablar con gente a la que yo no conozco. Ahora, cómo se acuerden de mí... no lo sé.

-Se acuerdan, pero hay pocas placas que le recuerden en la ciudad.

-En mi política municipal estaba no aceptar placas, medallas, homenajes… una calle.

-Pero usted se la dio a Luis Uruñuela y Manuel del Valle.

-Yo creía que se la merecían. Y el mismo día que se las daba tuve que decir públicamente que yo no la aceptaría, porque si yo no digo eso cualquiera hubiera pensado que se las daba para que luego me la dieran a mí. Yo estoy en contra de que  se le dé una calle a todos los alcaldes, hay que dársela al que lo haya hecho bien. Me imagino que cuando Zoido llegue a la Alcaldía, que digo yo que alguna vez el hombre llegará, porque se lo está trabajando, Soledad Becerril le pedirá una calle, y se la dará.

-¿Y le parecerá bien?

-Me parecerá bien si se la merece. Pero por ser alcalde, una calle o una medalla, un homenaje, un aplauso y una vuelta al ruedo… no.

-Esta ciudad es muy dada a eso.

-Sevilla es una ciudad de medalleo. La única placa que yo puse conscientemente fue la de la restauración del Ayuntamiento: Manuel del Valle la inició y yo la terminé y estamos los dos en la placa.

-Una estación de Metro le podrían haber puesto también...

-(Ja, ja, ja) No lo hubiera aceptado. En la política hay que ir a cambio de nada. Ya tenemos bastante campo para la vanidad. La gente, que nos vote o no nos vote simplemente.

-¿Y por qué no se vota al PA?

-Hay pequeñas causas: la falta de padrinazgo, los errores cometidos, el éxito de un partido, ya sea IU o  PSOE -no el PP- que han hecho cosas buenas por Andalucía... Y una causa principal: Andalucía todavía no tiene la suficiente conciencia de pueblo como para apoyar a un partido andaluz.

-En el escenario municipal, donde se vota más a la persona, ¿quizás falta un candidato carismático?

-Pero los demás ponen a líderes que no son carismáticos y ganan las elecciones. Aquí hemos tenido un presidente de la Junta, Chaves, que él mismo reconocía que no era carismático y ha estado más de 20 años, una barbaridad. Y Monteseirín. Él  mismo decía que lo suyo no era el carisma. Espero que las dificultades que pasa ahora el andalucismo sirvan para que la gente tome conciencia.

-No parece que lo tenga fácil Pilar González.

-Representa lo mejor del PA. En el PA ha habido gente culta, con clase, con buenas maneras, con nivel. Y Pilar tiene de todo eso. Yo me siento muy representado por ella y luego le está echado mucho valor.  Creo que la gente va a apreciar que la secretaria general venga a Sevilla porque es como decir que aquí nos lo jugamos todo. Sevilla es una ciudad en la que llegamos a tener casi 100.000 votos, aquí debe haber una memoria histórica andalucista y eso tiene que funcionar.

-¿Ese papel pudieron jugarlo en su día José Núñez o Paola Vivancos?

-Pepe Núñez fue un magnífico delegado de Urbanismo y fue una pena que se retirara. Fue una decisión respetable y catastrófica para el partido. Lo de Paola, una gran líder, con gran personalidad y que lo hizo muy bien, fue otra cosa.

-Ahí pudieron más las tensiones internas, ¿no?

-Sí, le hicieron la vida imposible. Otra catástrofe que, de alguna manera, explica también por qué el PA no está en el Ayuntamiento.

-De volver, sería con un pacto. 

-La ley electoral favorece el pacto, trata de evitar el poder absoluto.  Eso no lo veo mal, luego hay veces que el pueblo ve claro que hay que darle todo el poder a un partido y para eso está la mayoría absoluta.

-La cohabitación es complicada.

-La mía con el PP fue muy cómoda, tanto cuando fui alcalde como cuando lo fue Soledad Becerril.  Es curioso, cuando fue alcaldesa Becerril subimos de votos, llegamos a cerca de 100.000, pero el PP tuvo un éxito mayor que el nuestro y a mí no se me cayó ningún anillo por ser primer teniente de alcalde.

-¿Y con el PSOE?

-Extraordinariamente mala. Yo sé que hay gente que critica que nosotros llegáramos a un acuerdo con Monteseirín, porque luego él ha sido muy criticado. A mí me hace gracia la crítica: ha sido el alcalde que más tiempo ha estado porque los ciudadanos así lo han querido.

-Usted también le dio los votos.

-Nosotros llegamos a un acuerdo con el PSOE porque no hubo forma de llegar a un acuerdo con el PP. Un año antes, dijimos que pactaríamos con el que gobernando en España o gobernando en Andalucía sacase el Metro adelante. El Ayuntamiento solo no podía hacerlo. El Gobierno central lo tenía el PP y no lo entendió. El PSOE sí. El pacto lo hago yo con Chaves directamente, Monteseirín no intervino para nada. Luego acabamos como el rosario de la aurora. Sin embargo, la cohabitación con el PSOE, en la Junta en los primeros cuatro años, fue buena y, en los segundos cuatro, fue demasiado buena para el PSOE, aquello no era cohabitación, era ya cama redonda. Llegué a plantear en el seno del partido salirnos del Gobierno, pero entonces no estaba en la dirección y ésta no lo consideró.

-Al final, el Metro que se hizo y se proyecta, ¿es el que usted quería?

-Ahí no entro. Para el PA fue una apuesta muy seria. Lo inició Uruñuela y luego, entre 1987 y 1999 hay doce años en los que nos dejamos las pestañas por el Metro.

-Hubo un paréntesis en el que la Alcaldía la tenía el PP.

-El PSOE había presentado a José Rodríguez de la Borbolla como candidato. Y a los pocos meses de las elecciones Chaves me llama y me ofrece la Alcaldía presentando una moción de censura al PP y yo le digo que no. Si eso me lo plantea cuando las elecciones, lo hubiera aceptado. Había subido de votos, no me sentía censurado, pero el PP tenía más votos. La lista más votada fue el PSOE con Luis Yáñez y, sin embargo, el PP no dudó  en quitarle la Alcaldía al partido más votado. Para mí la política son valores. Y mire que me hubiera gustado muchísimo volver a ser alcalde.

-¿Cómo fue su relación con Monteseirín?

-Cuando llegó Monteseirín yo decidí no participar en el gobierno, por lo tanto yo no tuve relación con él para nada. El lío fue con los demás, con Mariano Pérez de Ayala, que llegó a una incompatibilidad manifiesta y se tuvo que marchar, otra catástrofe. Luego vino lo de Paola... Estaba fuera, asumí la responsabilidad del Metro, por lo tanto no lo viví en primera persona.

-De aquella época es la campaña del urbanismo bajo sospecha del que acusaba el PSOE al PA. 

-El PSOE y el PP han utilizado con nosotros toda clase de armas, honestas y deshonestas. Y, claro, al final cada uno queda en su sitio. El PP, fíjese la que tiene liada en muchos sitios de España con la corrupción. Y el PSOE, la que tiene liada aquí mismo. En el PA hemos estado gobernando ocho años y todo eso que largó el PP, lo que largó el PSOE, ha quedado en nada.

-No habéis pisado un juzgado. 

-Yo he pactado con el PSOE gobernando el PP en Madrid y he pactado con el PP gobernando el PSOE en Madrid.

-¿Qué quiere decir?

-Quien gobierna en Madrid tiene el Ministerio de Hacienda y del Interior. A mí me han tenido que mirar por delante, por detrás, de costado... Cuando se tiene la conciencia tranquila no pasa nada. 

-¿Cuesta digerir esa acusación?

-No le vuelvo a dar la mano a una persona que me haga eso.  Tengo mi dignidad y con ella no se juega.

-Y hablando de juegos, de otros. ¿Todavía sueña con los olímpicos?

-No fue un sueño, fue una realidad. La gente que no conoce el Movimiento Olímpico cree que es una carrera que si se gana bien y si se pierde es un desastre. No es así. Ésa es una carrera en la que vale la pena participar porque las ciudades sacan beneficios. La promoción de Sevilla en el mundo fue excepcional. Mi estrategia era promocionar a la ciudad en lo grande y cuidarla en lo pequeño.

-Sevilla, barrio a barrio.

-Ésa era mi filosofía, sí.

-El estadio se criticó mucho en su día, y también después. 

-Esas críticas resultan de broma. ¿Una ciudad como Sevilla se puede sorprender de tener un estadio como ése? ¿Sevilla es una ciudad de tercera? Aquello surge por acuerdo de las cuatro Administraciones. Pero llega un momento en el que el PP quiere darle el estadio a Lopera y yo me planto. Y entonces el PP inicia una campaña desaforada contra el estadio y contra mí. Lopera me llegó a amenazar diciéndome que me atuviera a las criaturitas béticas que salían de permiso de fin de semana de la cárcel y que sabían dónde vivo yo con mi familia. Le contesté que el Ayuntamiento ponía el estadio a disposición tanto del Betis como del Sevilla. Además, con  la fama que tenía Lopera  de buen pagador. Ése es el origen de la campaña del PP contra el Estadio.

-Parece que ahora ya se está rentabilizando.

-Su economía está saneada, saca dinero del  alquiler de las oficinas.

-Recordando aquella época ahora sale el nombre de Rafael Carmona, que ha fichado por el PP. 

-Cada uno es libre de hacer lo que quiera. Todo se puede hacer, pero hay que hacerlo bien. Y Rafael Carmona lo ha hecho muy mal. Puede entrar en el PP, pero no por la gatera. Ha sido muy amigo mío, he creído en él, lo he defendido siempre frente a los que hace años anunciaban que haría lo que ha hecho. La verdad es que me ha dolido.

-Hablando de carreras, ¿ha perdido Sevilla el ritmo?

-Estoy en otra cosa. Puedo dormir en Sevilla un día de cada tres. Cuando estoy aquí, estoy en mi casa o disfrutando de la calle.

-¿Y cómo se ve en el extranjero?

-Sevilla es una ciudad que tiene mucho nombre. Ahora mismo  España está a la baja, Andalucía también. Y Sevilla más. Sin embargo, la imagen de Sevilla tiene mucho tirón y muchas posibilidades, pero hay que  salir  fuera a pelearla. No viajar por viajar. Hay que amar a Sevilla y luchar por ella.

-Amo Sevilla. Fue una campaña muy impactante.

-Apasionante. Yo decía que iba a ser el próximo alcalde, lo decía por entusiasmo, porque veía que era prácticamente imposible. Lo más bello de la política es conseguir hacer posible lo imposible, lo utópico.  

-Ahora pasea también por la Sevilla que recorrió en la jardinera, como denominó al autobús electoral.

-Sí. Tengo una minibicicleta y la uso muy a menudo. Me gusta pasear. La gente de Sevilla es excepcional. Con liderazgo y la marca de la ciudad se puede llegar muy lejos.

-¿Usa los carriles bici de Torrijos?

-Están muy bien, no sé quién los ha hecho. Nosotros hicimos los primeros, pero no fue el momento. Ahora lo han logrado con gran éxito.

-¿Y la Sevilla peatonal? ¿Le gusta? 

-Yo peatonalicé Tetuán y planteé Asunción, pero me quedé con las ganas porque me faltaron votos.

-¿Y por la Encarnación no pasea?

-La arquitectura moderna no me molesta, pero en Sevilla tiene  que ser de mucha categoría, de lo contrario se carga su casco histórico. Y no me tire más de la lengua...

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