Sevilla

Cierra el multicines de Plaza de Armas: El último tren de Gun Hill

  • Última sesión. El multicines Plaza de Armas, que abrió en el centro comercial de la antigua estación de ferrocarril, echó este lunes el cierre

Taquilla cerrada de los cines de Plaza de Armas. Sólo queda un cartel, el de ‘Dolor y gloria’, la última película de Pedro Almodóvar.

Taquilla cerrada de los cines de Plaza de Armas. Sólo queda un cartel, el de ‘Dolor y gloria’, la última película de Pedro Almodóvar. / Belén Vargas (Sevilla)

¿Recuerdan el famoso chiste? Una cabra mordisquea unos metros de película y la otra le dice: “Me gustó más la novela”. En vísperas del Día del Libro, cierra sus puertas el multicines de Plaza de Armas. Una oferta cultural para el gran público que abrió en el centro comercial ubicado en la antigua estación de tren del mismo nombre, la de Córdoba para el vulgo, que la distinguía así de la estación de Cádiz, también conocida como la de San Bernardo.

En el centro comercial todavía se pueden ver fotografías de ese importante nudo ferroviario, la vía del tren que corría paralela al muro de Torneo derribado para hacer las obras de la Expo 92. La empresa Cinesa dio ayer por terminada su aventura en Plaza de Armas. Fue la última sesión. Había abierto hace veinte años.

Reyes, toreros y galanes de Hollywood llegaban a Sevilla por esa estación, llamada de Córdoba, pero situada donde actualmente está la salida para Huelva una vez que se atraviesa el puente del Cachorro diseñado por la empresa del ingeniero y arquitecto José Luis Manzanares.

La antigua estación de ferrocarril, ya convertida en centro comercial, acogió el rodaje de una de las películas de la trilogía andaluza de Carlos Saura. Artistas del flamenco pasaban junto a las antigua vías del tren con la luz de Vittorio Storaro, el iluminador de Bernardo Bertolucci y tantos otros cineastas.

La empresa Cinesa dio ayer por terminada su aventura en Plaza de Armas tras 20 años

El multicines Plaza de Armas ya será historia, como lo fueron los Corona Center en Pagés del Corro, un proyecto de cine de arte y ensayo que tampoco cuajó en el corazón de Triana. El Plaza de Armas cuenta con cinco salas y está emplazado en un centro comercial que nunca llegó a levantar el vuelo. No funcionó la discoteca que tenía entre sus socias a la modelo y actriz Jacqueline de la Vega; también cerró Foster’s Hollywood, de la conocida cadena gastronómica norteamericana.

Los grandes estrenos y el cine infantil han sido dos de los principales reclamos de la cartelera de Plaza de Armas, a escasos metros del Avenida Multicines, dedicado a la proyección de películas en versión original con subtítulos. Un cine selectivo que sin embargo ha contado con el favor del público y largas colas para conseguir la entrada de películas muchas veces alejadas de los circuitos comerciales. En este caso, el Avenida Multicines fue lo único que quedó en el fallido proyecto del Avenida, que nació como un hermano del Alameda Multicines.

El multicines Plaza de Armas ya será historia, como lo fueron los Corona Center

La metáfora de que Sevilla es una ciudad acostumbrada a perder los trenes de la modernidad encuentra su justa réplica en su prehistoria ferroviaria. Ni la estación de Cádiz ni la de Córdoba encontraron una definición funcional y arquitectónica que las haya hecho atractivas para el gran público. Las generaciones más jóvenes ni siquiera imaginan que Plaza de Armas era una terminal de trenes, que muchos de los residentes en esta ciudad lo primero que descubrimos fue el entorno de esa estación, entre Arjona y Marqués de Paradas.

El complejo, nombre antiguo de la estación, da nombre también a un hotel que diseñaron los arquitectos Antonio González Cordón y Víctor Pérez Escolano. El Día del Libro nace sin películas en Plaza de Armas. Por fuerza, les tendrá que gustar más la novela.

El cierre de los cines es la segunda parte de la película que se inició con el cierre de la estación. El último tren de Gun Hill. La calle Marqués de Paradas había conseguido un curioso marchamo de pluralidad cultural, dos multicines separados por un semáforo. En uno, con subtítulos; en otro, con palomitas. En la planta baja, abundan los talleres de fotografía, artesanía y escultura.

Arriba, junto a los cines, había sesiones de tango los fines de semana. Ni numeradas ni sin numerar. El acomodador fue el último en cerrar la puerta. El The End que nadie quería ver en la pantalla. Junto a las dos antiguas estaciones de ferrocarril, la de Córdoba y la de Cádiz, la de Europa y la de América, sobreviven sendas estaciones de autobuses.

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