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Sevilla

Detectan en dos meses más de 500 puntos de venta ilegal de tabaco

  • Los estanqueros sevillanos presentan, sólo en los meses de junio y julio, más de 2.500 denuncias ante los distintos organismos competentes en la lucha contra el contrabando

Los estanqueros sevillanos han detectado más de 500 puntos de venta de tabaco de contrabando en la capital y en la provincia, sólo en los meses de junio y julio de 2014. Esta labor de investigación, iniciada por la Asociación de Estanqueros de Sevilla, se ha traducido en la presentación de aproximadamente 2.500 denuncias ante la Delegación del Gobierno en Andalucía y ante los distintos organismos implicados en la lucha contra el contrabando de este producto.

De cada punto de venta ilegal salen cinco denuncias por otras tantas infracciones: una ante la Guardia Civil por el contrabando, otra ante la Agencia Tributaria por el fraude fiscal, una tercera ante la Subdelegación del Gobierno en Sevilla, por las competencias del Estado en la venta de tabaco, otra ante la Consejería de Sanidad, encargada del control sanitario del tabaco, y una última ante el Ayuntamiento de Sevilla por la venta ambulante. Cada uno de estos organismos ha recibido, por tanto, 500 denuncias en los últimos dos meses.

El total de las quejas ha sido enviado por los estanqueros a la Delegación del Gobierno, según informaron a este periódico fuentes del sector. En todos los casos se ha enviado por correo certificado con acuse de recibo. Por el momento, ninguna de las administraciones ha respondido a las denuncias ni se ha puesto en contacto con ningún representante del sector de la venta legal de tabaco. Tampoco lo ha hecho el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, ni nadie de su equipo de gobierno, con los que los estanqueros llevan meses pidiendo una reunión para pedirle una mayor implicación de la Policía Local en la lucha contra el contrabando. "A Zoido, en este asunto, ni se le escucha ni se le ve", apuntaron representantes del sector, que lamentaron que en una ocasión la Policía quisiera multar más a una persona que denunció a un vendedor clandestino que a éste último.

La recogida de denuncias forma parte de una campaña contra el mercado negro puesta en marcha por la Asociación de Estanqueros de Sevilla, después de que los niveles de venta ilegal de tabaco se hayan disparado en los últimos años. El sector calcula que la caída de las ventas en los estancos sevillanos son de entre el 50% y el 70% desde el año 2010, coincidiendo con la crisis económica. La situación es crítica en algunos de los pueblos de la provincia, donde se han cerrado estancos, si bien en muchos de los negocios de la capital también han sido despedidos numerosos trabajadores de estas concesiones administrativas. Las denuncias son enviadas por los propios estanqueros a la asociación, que coordina después todas las quejas recibidas y se encarga de tramitarlas ante las distintas administraciones.

De esta forma los estanqueros se mantienen en el anonimato, ya que muchos de ellos no han optado por denunciar antes los puntos de venta ilegales de los que tenían conocimiento por miedo a represalias de las redes mafiosas que controlan la distribución del tabaco ilegal. La mayoría de las denuncias corresponden a personas que venden tabaco por la calle a plena luz del día. En muchos barrios de Sevilla se ha detectado la presencia de personas -en ocasiones señoras mayores- que van con un carro de la compra lleno de tabaco y que lo venden en cualquier esquina o en la puerta de bares y supermercados. También hay pisos en los que se vende tabaco clandestinamente, con cobros y entregas a través de balcones. Los negocios regentados por chinos también suelen vender tabaco de contrabando, así como otras pequeñas tiendas de barrio, tipo frutería o locales de alimentación.

La ley sólo permite la venta manual en los estancos y a través de máquinas expendedoras en los bares y en los puntos de venta de prensa. Todo lo que no entre dentro de estas dos formas de venta es tabaco de contrabando. Las cajetillas legales están gravadas con un 80% de impuestos, por lo que el margen de precios con los que pueden jugar los estanqueros es muy corto. Los vendedores ilegales, al no pagar impuestos, pueden reducir sus márgenes de beneficio y ofrecer precios más bajos. En los últimos años el contrabando no ha parado de subir. Los últimos datos conocidos, actualizados al mes de abril, reflejan una bajada de la venta legal en prácticamente toda España.

En Andalucía la venta legal de cajetillas sólo sube en Jaén, en relación con el año anterior, mientras que cae en todas las demás. En Sevilla lo hizo un 8,72% entre enero y abril de 2014, que se une a un 15% del año anterior y a una bajada paulatina que en el acumulado está en torno al 50%. En Cádiz la caída de la venta legal de tabaco fue mayor aún, con un 10% menos que en los primeros meses de 2013. En Málaga bajó un 5,3%, en Huelva un 4,82%, en Almería un 3,99%, en Granada un 3,30% y en Córdoba un 2,8%. La media nacional refleja una caída del 3,08%.

Los estanqueros consultados por este periódico, que prefieren permanecer en el anonimato, denunciaron también la inacción de la Consejería de Sanidad de la Junta. Uno de los grandes problemas del contrabando es la facilidad de acceso de los menores de edad al tabaco, algo que sí tiene un control muy riguroso en los estancos. "Entendemos que tanto la Junta como el Ministerio de Exteriores han de presionar un poco más a Gibraltar", apuntan los profesionales del sector.

Por el Peñón entraron el año pasado 100 millones de cajetillas de tabaco. Teniendo en cuenta que la población de Gibraltar es de 29.000 habitantes, cada habitante del Peñón habría consumido una media de casi 3.500 cajetillas de tabaco. O lo que es lo mismo, un cigarrillo cada siete minutos durante las 24 horas del día. El tabaco está gravado en Gibraltar sólo con un 1%, por lo que, obviamente, la mayoría de esta mercancía termina en España. Por ello, los estanqueros piden al ministro de Exteriores que se implique en la defensa de sus intereses igual que en los de otros colectivos afectados por el conflicto de Gibraltar, como los pescadores.

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