Real Academia de Buenas Letras de Sevilla

El Duque de Segorbe lamenta los obstáculos a la gestión de la conservación del patrimonio

Ignacio Medina, Duque de Segorbe (derecha), junto al director de la Academia, Pablo Gutiérrez-Alviz.

Ignacio Medina, Duque de Segorbe (derecha), junto al director de la Academia, Pablo Gutiérrez-Alviz. / José Ángel García

La Real Academia de Buenas Letras de Sevilla ha celebrado este viernes su sesión de apertura del curso académico 2022-2023 con una conferencia pronunciada por el académico numerario Ignacio Medina Fernández de Córdoba, Duque de Segorbe, sobre el modelo de gestión de la conservación que aplica la Fundación Casa Ducal de Medinaceli desde su creación hace más de cuatro décadas.

La presentación del acto ha corrido a cargo del director de Buenas Letras, el notario Pablo Gutiérrez-Alviz, y posteriormente se procedió a la lectura de la memoria del curso anterior por parte del secretario primero. 

En su discurso inaugural, el Duque de Segorbe ha explicado que la Fundación Casa Ducal de Medinaceli se basa en el modelo del National Trust inglés, aunque en mucha menor escala.

Medina ha señalado los obstáculos institucionales y culturales que limitan la aplicación completa de este modelo, poniendo como ejemplo a la Fundación Casa de Medinaceli. "La Fundación es hoy muy consciente de la dificultad de trasponer un modelo como el National Trust, muy exitoso en países de tradición anglosajona, a unas sociedades modeladas por estados con una tradición jurídica que limita mucho más la acción privada", ha dicho en referencia a lo que sucede en España. 

El Duque de Segorbe poco antes de su discurso inaugural en Buenas Letras. El Duque de Segorbe poco antes de su discurso inaugural en Buenas Letras.

El Duque de Segorbe poco antes de su discurso inaugural en Buenas Letras. / José Ángel García

El Duque de Segorbe ha abundado en que el National Trust es una institución privada fundada a fines del siglo XIX que hoy gestiona una parte sustancial del patrimonio histórico y natural de Inglaterra, así como que funciona con éxito creciente en Gran Bretaña desde hace más de cien años y que ha sido exportado con diferentes resultados a otros países también de tradición jurídica anglosajona. 

Según Medina, el esquema de funcionamiento del National Trust consiste en que el conjunto de bienes formen una red en la que los monumentos con más ingresos sostengan, permanente o temporalmente, a los que tienen menos, de suerte que el complejo patrimonial se restaure y conserve con los propios ingresos que genera. El modelo funciona tanto mejor cuanto más extensa y densa es la red y mayor el interés de la sociedad por su patrimonio histórico.

De la Fundación Medinaceli ha detallado que su escala es mucho menor: gestiona 18 monumentos, dos archivos históricos y una importante colección mueble, un modelo del National Trust a pequeña escala que es a la vez su fuerza y su debilidad. Su fuerza, en la medida en que le permite una gran independencia de criterio. Su debilidad, pues en España el interés por el patrimonio histórico es todavía mucho menor que en el resto de Europa como muestra que, al contrario que en Inglaterra, el grueso de los visitantes de nuestro patrimonio monumental no sean nacionales, sino extranjeros.

Medina ha criticado lo que sucede en España en materia de gestión del patrimonio. "El estado español, a su vez, a diferencia de otros países de Europa, descarga toda la obligación de conservación sobre el propietario. De esta forma elude la recomendación del Consejo de Europa de subvencionar entre un 20% y un 50% la rehabilitación de los monumentos catalogados, como forma de compensar la utilidad pública que, de ella, en detrimento del derecho de propiedad, se deriva".

"Y no se limita a descargar la conservación sobre el propietario, sino que, además, carga a éste de obligaciones inéditas en el resto de los países desarrollados, como es la gravosa apertura gratuita a la visita pública para todos los ciudadanos de la Unión Europea un día a la semana. Mientras que, en el resto de Europa, la apertura de un monumento a la visita pública se estimula mediante subvenciones directas o indirectas que trasmiten a la ciudadanía la idea de que la conservación tiene un coste, la gratuidad como única política estatal de acceso al patrimonio transmite la idea contraria, es decir que al ciudadano no se le puede pedir ningún esfuerzo, que el patrimonio histórico es suyo e incluso que forma parte de su identidad, pero únicamente para su disfrute y recreo como un derecho más, sin obligación alguna".

"Así, el ciudadano español se sitúa o lo han situado ahí las administraciones públicas, en las antípodas de los cerca de 60 euros de media anual con que contribuyen cada ejercicio los más de 5 millones de socios del National Trust para la conservación de una parte sustancial del patrimonio de Inglaterra, socios quesigue creciendo anualmente, demostrando que el coste genera concienciación y la gratuidad indiferencia".

Asimismo, Medina presentó el patrimonio material e inmaterial que gestiona la Fundación desde su constitución en 1978 y su sucesiva ampliación a lo largo de sus más de cuarenta años de existencia.  

El Duque de Segorbe se ha definido como una persona que se dedica como actividad principal a la conservación del patrimonio. Y ha expuesto que su labor en este campo ha ido "más allá" desde su función como promotor inmobiliario al servicio de la conservación hasta la de asesor del Ayuntamiento de Sevilla, periodo en el que contribuyó a la restauración de su sede y participó en la creación del patronato delAlcázar, pasando por "la extraña figura de marchante sin ánimo de lucro", ha destacado, para crearla colección del Museo de Artes y Costumbres Populares y finalmente su militancia en asociaciones conservacionistas.

El origen de la casa de Medinaceli se encuentra en el linaje del príncipe Don Fernando, conocido por el sobrenombre "de la Cerda", primogénito de Alfonso X, rey de Castilla y León.

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