Fallece Don Luis Rey Romero, director del colegio San Francisco de Paula

Don Luis Rey Romero, director del Colegio de San Francisco de Paula entre 1977 y 1997, fallecía este lunes en Sevilla a los 74 años de edad. La misa córpore insepulto por su alma tendrá lugar este martes, a las 11:30 horas, en la Parroquia de San Pedro.

Don Luis Rey Romero nació el 5 de enero de 1935, se licenció en Químicas con Premio Extraordinario y fue Doctor Cum Laude. Casado con Doña Maribel Goñi, actual directora de la Escuela Infantil, y padre de Don Luis Rey Goñi, actual director del Colegio, con Don Luis Rey Romero llegó la tercera generación de la familia Rey a la Dirección del Colegio de San Francisco de Paula, entre 1977 y 1997; previamente, fue jefe de Estudios entre 1973 y 1977.

Durante esos veinte años al frente del Centro educativo sevillano, al que llegó como profesor en 1957, estableció un objetivo fundamental: la formación de su alumnado desde la excelencia humana y académica, procurando la consecución de la mayor libertad e independencia posibles.

La confrontación ideológica y social del país fue coetánea a sus primeros años como director del Centro. No obstante, y siempre abanderando el lema que aún sigue vigente en el Centro, ‘Respeto y trabajo’, y con su carácter dialogante y conciliador, logró implantar una correcta y edificativa convivencia entre alumnos, profesores y padres con distintas ideas.

D. Luis Rey Romero diseñó, implantó y desarrolló las bases educativas de su proyecto: la labor social del Colegio, la coordinación de las distintas materias y grados, la conveniencia de redactar un currículo del Centro para lograr un plan de estudios coherente y sólido y la cooperación entre colegios de distintos países para alcanzar una internacionalidad en la educación. Igualmente, restauró el carácter mixto del Colegio, que ya existía en la Segunda República y fue eliminado durante el franquismo, suprimió su internado y protagonizó la conversión definitiva del Colegio en Centro privado. Fue el único de Sevilla que renunció en ese momento a la concertación, medida que se tomó para preservar la independencia y hacer posible la convergencia hacia los parámetros de calidad europeos.

En su etapa de director, el Colegio de San Francisco de Paula celebró su Centenario, establecido al tomar como referencia el año de su traslado a la sede actual, 1886. Durante ese curso, 1996-1997, el Centro alcanzó su cuota más alta de alumnos, 1.495. Un año después, D. Luis Rey Romero, y tras un periplo de veinte cursos con grandes resultados académicos por parte de sus alumnos, tuvo que dejar por motivos de salud la Dirección a su hijo D. Luis Rey Goñi, cuya llegada supuso la cuarta generación de los Rey al frente del Centro. Años antes, en 1993, se creó la Asociación de Antiguos Alumnos, que adoptó la denominación ‘Rey Guerrero’ como póstumo homenaje a las dos primeras generaciones de la Dirección del Colegio.

D. Luis Rey Romero recibió numerosos homenajes como reconocimiento a su vasta trayectoria docente e investigadora y sobre todo a su labor al frente del Colegio San Francisco de Paula durante dos décadas. Uno de los más significativos tuvo lugar el 12 de junio de 2006, cuando el Ayuntamiento de Sevilla acordó la concesión de una calle con su nombre, “un acto de justicia para uno de nuestros mejores ciudadanos, que ha contribuido con su labor docente a formar a muchas generaciones de sevillanos, transmitiéndoles el gusto por el conocimiento y la necesidad de ser personas libres, justas y responsables”, afirmó el Alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín. Asimismo, la Asociación de Antiguos Alumnos ‘Rey Guerrero’ organizó un homenaje a D. Luis Rey Romero a través de una amplia batería de actividades temáticas como una Exposición Antológica del Colegio, una Selección Musical, distintas ponencias de ex compañeros y antiguos alumnos, o una Cena celebrada en el Hotel Alfonso XIII.

A pesar de sufrir una enfermedad degenerativa, D. Luis Rey Romero asistía a diario al Colegio para continuar con su labor investigadora en el laboratorio y para asesorar a la Dirección y a todo el claustro de profesores y miembros de la comunidad educativa del Centro, para los que siempre estuvo disponible. Eran, de hecho, muchos los docentes, empleados, alumnos, e incluso padres de alumnos, que se le acercaban diariamente para solicitarle consejo o conocer su opinión.