Sevilla

Florencia endurece aún más el modelo sostenible de Sevilla

  • La capital toscana cierra por completo la zona monumental y construye a la vez tres líneas de tranvía que conectarán puntos como el aeropuerto y la estación de tren

2012. Lejos de apocalípticas ficciones cinematográficas, es la fecha fijada para la finalización de las obras del tranvía de Florencia, ciudad turística donde las haya y que ha apostado por acorazar su centro histórico de vehículos de una manera similar a la emprendida hace algunos años por el Ayuntamiento de Sevilla. Los plazos incluían que la línea 1 estaría lista antes del final de 2009, y el cierre al tráfico de la zona monumental es sólo el primer paso de un largo proceso en el que Sevilla ha servido de referencia.

La idea es similar a la de Sevilla, pero no igual. Tres líneas completas de tranvía para un total de casi 30 kilómetros y una red de carril bici de 120 kilómetros para vertebrar el área metropolitana de la joya toscana. Y una concepción mucho más restrictiva de la circulación en los alrededores del Duomo, la catedral de Santa María de las Flores.

Desde el 25 de octubre está prohibida la circulación de coches particulares, taxis y autobuses. La consulta popular de febrero de 2008 para permitir el paso del tranvía fue revocada por el actual alcalde, que al menos autorizó que las bicicletas transitaran por el entorno catedralicio. También podrán pasar los coches de caballos -en Florencia sí usan pañal-, pero no estacionar.

La excesiva polución que sufría la zona más famosa de la ciudad ha provocado el final de un debate ciudadano de varias décadas. Hay 75.000 toneladas de carga diaria y 2,6 toneladas de emisiones anuales de dióxido de carbono en el área monumental de Florencia, la mayoría procedentes de autobuses: 22 de las 93 líneas cambian su recorrido por la peatonalización. En Sevilla, todas las líneas con terminal en Plaza Nueva salieron del centro.

El proyecto de tranvía, que incluye la conexión del aeropuerto con la estación de ferrocarril, cuenta con tres líneas y un presupuesto total que supera los 700 millones. A diferencia de Sevilla, que cuenta con una línea de 1,5 kilómetros que costó 90 millones y que será ampliada de manera sensiblemente menor que la propuesta toscana, la red tranviaria florentina se realiza con la presencia, como socio mayoritario, del gigante francés RATT, gestor del transporte público de París.

En el carril bici, Florencia presume de 96 kilómetros y alcanzará 120 durante 2010, mientras Sevilla ya cuenta con 80 kilómetros; en ambos casos se enclavan básicamente en zonas residenciales. El servicio de alquiler de bicicletas no llegará a Florencia hasta el año próximo, con la instalación de 50 puntos automáticos y la compra de 750 bicicletas.

El tranvía florentino tendrá 30 kilómetros y 40 paradas. La línea 1 unirá la estación de tren de Santa María Novella y Scandicci, municipio al oeste de Florencia (7,5 kilómetros y 15 paradas). La línea 2 (7,5 kilómetros y 18 paradas) conectará el aeropuerto con la Plaza de la Libertad -iba a cruzar la catedral pero su recorrido será revisado-. La línea 3 se divide en dos tramos: del hospital general a la fortaleza de San Juan Bautista, la antigua muralla (4,5 kilómetros y 10 paradas), y de ahí hasta Bagno a Ripoli, municipio al este de Florencia (8 kilómetros).

"Siempre he declarado que entre los casi dos mil autobuses diarios que pasan cerca del Duomo y el tranvía, prefiero sin duda el tranvía. Pero entre el tranvía y la Plaza del Duomo completamente peatonal, prefiero esto sin duda", asegura Matteo Renzi, el joven y flamante alcalde de Florencia. El Obama de la ribera del Arno, como se le conoce en la ciudad, tomó posesión el pasado junio y una de sus primeras decisiones fue tumbar la consulta popular de su antecesor -de su mismo partido-. Los ideales no salen gratis, como se ha comprobado repetidamente con la peatonalización en Sevilla: "Hace falta que en los próximos meses la obra de la línea 1 se culmine por fin, mientras que la línea 2, cuyo proyecto original contemplaba pasar junto al Duomo, deberá ser revisada; habrá que trabajar en ello algunos meses... Incluso para la línea 3 deberemos revisar bien el recorrido para posibles cambios", sostiene Renzi.

Para la prensa local, el tranvía reaviva divisiones medievales entre güelfos, partidarios de los papas, y gibelinos, del imperio alemán. Para Renzi no hay debate en su apuesta por lo que llama vivilidad: "Nos volvimos a adueñar de la plaza más bella del mundo".

2012

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