La Guardia Civil ha imputado al dueño de una cobra venenosa que se había escapado de una vivienda y se encontraba libre en una calle de Triana. La serpiente estaba en un terrario en una casa en la que había otras dos pitones. El dueño del animal ha sido imputado como presunto autor de una falta penal contra los intereses generales, ya que estos animales peligrosos no pueden estar en un domicilio y mucho menos en la vía pública. 

Los hechos ocurrieron el sábado 27 de septiembre en una calle del barrio de Triana. El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil recibió una llamada de un ciudadano que había capturado la serpiente. El informante decía que parecía un reptil peligroso y que se hallaba en la calle, muy cerca de la puerta de su casa, según informó este martes la Guardia Civil en una nota de prensa. 

Los guardias civiles dieron aviso a los servicios de emergencias y al personal del zoosanitario del Ayuntamiento de Sevilla, que retiraron el animal rápidamente, evitando así que causara algún daño a los viandantes. Una vez en las dependencias del zoosanitario, los técnicos practicaron un reconocimiento a la serpiente para determinar su especie. Se trata de un ejemplar de cobra de monóculo -cuyo nombre científico es naja kaouthia-. Es albina y venenosa, y es una hembra. 

El Seprona inició una investigación en el lugar en el que fue hallada la serpiente, para tratar de averiguar quién era el dueño y para asegurarse de que no había más ejemplares sueltos por la zona. Tras diversas pesquisas, los agentes consiguieron averiguar la identidad del propietario. El animal se había escapado de un terrario que posee en el interior de su domicilio. 

En una inspección de la vivienda, los guardias civiles se incautaron de otras dos serpientes, ambas ejemplares de pitón regius, que estaban metidas en cajas de plástico. La identidad del dueño responde a las iniciales J. F. S. A., de 28 años, y ha sido imputado por dejar al animal abandonado en la calle y no dar aviso de su pérdida.