Sevilla

Implicar a las familias, asignatura pendiente en el Polígono Sur

  • Los directores de los centros educativos del Polígono Sur se reúnen con la inspección de la Junta tras agredir unos padres a un docente.

Implicar a las familias en la comunidad educativa. Éste es el principal reto al que se enfrentan las administraciones públicas y los profesionales de la enseñanza en el Polígono Sur. La agresión sufrida el miércoles por un docente del Colegio Nuestra Señora de la Paz por parte de los familiares de un alumno ha puesto de relieve esta necesidad que, aunque generalizada en muchos barrios, se hace aún más urgente en esta zona con un alto índice de exclusión social.

José Vílchez es jefe de estudios del IES Polígono Sur. Califica de "muy grave" la agresión a un compañero en la Paz. Afirma que el alumnado de estos centros "es muy complicado", aunque "rara" vez se produce un episodio como el vivido el miércoles. "Lo ocurrido demuestra que la asignatura pendiente en el Polígono Sur son las familias", asegura Vílchez, que trabaja en un instituto donde hay escolarizados 800 alumnos de 12 a 18 años, una etapa marcada por la adolescencia y que en muchas ocasiones se vuelve bastante conflictiva. Para este docente, "es esencial que los padres valoren la figura del docente, que asuman su parte de responsabilidad en la educación del menor y que se impliquen en la comunidad escolar".

Dicha carencia la ratifica Raúl Moreno, jefe de estudios del Colegio Fray Bartolomé de las Casas, también en el Polígono Sur. Este centro desarrolla programas propios para la integración de las familias en la comunidad educativa y también participa en las que lleva a cabo el comisionado y la Consejería de Educación. "Es una asignatura pendiente, pero también es cierto que cada año se percibe cierto progreso, aunque lejos aún de los niveles deseados", señala este profesor, que con 29 años ha trabajado previamente en centros que se encontraban también en zonas con riesgo de exclusión social.

"En estos colegios se viven situaciones más complicadas a nivel académico, pero nunca he sufrido una agresión", relata Raúl Moreno. Asegura que muchas familias llegan "alteradas" al colegio cuando se les comunica algo negativo sobre sus hijos, pero que suelen "serenarse" cuando se charla con ellos a solas. "Los padres, por norma general, siempre han mantenido conmigo las buenas formas. Como ocurre en otros barrios, si valoran mal a un maestro es porque se creen la versión que les han dado los hijos", asegura este docente, quien incide en un aspecto fundamental para lograr una buena convivencia escolar: la autonomía de los centros para desarrollar proyectos adecuados a su entorno.

Sin embargo, el temor a sufrir una agresión como la del miércoles no desaparece de la mente de los profesionales de la enseñanza que trabajan en el Polígono Sur. "Si le ha pasado a un compañero, igual me puede pasar a mí", apostilla Raúl Moreno. Este miedo que no acaba de desaparecer también lo siente un profesor de informática que imparte clase en uno de los institutos de esta zona de Sevilla y que por "precaución" no quiere que trascienda su nombre. "Cuando hablas con los alumnos te percatas de que proceden de un entorno donde impera la mayoría de las veces la ley del más fuerte y en el que la violencia es el único medio para solucionar los problemas", explica este docente, quien añade que "el trabajo en estos barrios es totalmente vocacional, porque no se trata sólo de transmitirles unos contenidos, sino de hacerles ver otra forma de encarar la vida". Sin embargo, aunque considera que en la relación entre profesores y alumnos apenas se originan graves conflictos tras años de experiencia, no ocurre así con los padres de éstos, cuya relación -en su opinión- "ha empeorado".

"En general se tiene una imagen muy equivocada del profesorado, no se le respeta la autoridad, una pérdida que se agrava en zonas como ésta", afirma este profesional de la enseñanza, quien afirma que en su centro se estuvo a punto de vivir un episodio similar al del Colegio de la Paz hace varios meses: "la dirección del centro amonestó a un alumno y su padre llegó queriéndole pegar una paliza al jefe de estudios". Este profesor matiza que "dichos casos no son muy comunes, pero a nadie se nos quita el temor de que muchas de estas familias guardan armas en sus casas y que cualquier día pueden hacer uso de ellas".

Este periódico intentó ponerse en contacto, sin éxito, con la directora del Colegio Nuestra Señora de la Paz, donde se produjo la agresión el pasado miércoles. Tanto ella como los directores de los centros educativos del Polígono Sur acudieron este jueves a una reunión con los inspectores de la zona para analizar la situación tras el incidente. Por la mañana, organizaciones vecinales, representantes de servicios públicos y diversas entidades del Polígono Sur acudieron a una concentración en apoyo del maestro agredido en el que participaron, entre otros, la comisionada, María del Mar González; el director de Zonas de Especial Actuación del Ayuntamiento, Javier Zumárraga, y los portavoces municipales del PSOE e IU, Juan Espadas y Antonio Rodrigo Torrijos, respectivamente. Por su parte, el delegado del distrito Sur, José Luis García, mostró ayer su "rechazo" a dicha agresión que calificó de "tráfico suceso".

El sindicato CSIF se hizo eco también este jueves de este hecho y reclamó un estatuto docente que regule las condiciones laborales del colectivo. "Estas situaciones no tienen una normativa que les respalde ni que sancione conductas inapropiadas por parte de los padres o de los alumnos", señala el sindicato en una nota, en la que exige una Ley de Autoridad del Profesorado.

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