Jugar al golf, al alcance de cualquiera

La existencia de campos públicos de golf ha sido una asignatura pendiente en nuestro país, comparado con otros como Inglaterra. No digamos ya en Sevilla. Esta carencia será paliada con la inauguración, en unos días, del campo de golf público de la Cartuja, haciendo accesible a miles de personas un deporte considerado por muchos como elitista.

De hecho, asegura José Luis Pérez, director del complejo deportivo de la Cartuja, a la que pertenece el nuevo campo de golf, la apertura de la escuela de golf y el tee de prácticas en 2007 ha constituido un verdadero boom, con 3.750 usuarios registrados y más de 1.000 alumnos matriculados en el segundo trimestre.

Para hacer uso continuado de las instalaciones, tan sólo es necesario pagar los 25 euros que cuesta hacerse socio de las mismas. A partir de ahí, explica José Luis Pérez, todo aquel que tenga hándicap y sea federado puede utilizar ya libre y gratuitamente el tee de prácticas (de 10:00 a 22:00), donde hay máquinas que expiden bolas.

Para los que no tengan hándicap, estar federados también será necesario para salir al campo, "para estar cubiertos en caso de accidentes, bolazos, etcétera", apunta José Luis, y además necesitarán una autorización del profesor para poder utilizar el campo. Los alumnos tendrán precios especiales, mientras que para los visitantes (federados y con hándicap), el green fee será de 12 euros (8 euros antes de las 12:00), los días laborables, y 19 los festivos, a cualquier hora.

El campo, explica el director de las instalaciones deportivas de la cartuja, es un executive, que como los pitch and putt, tienen nueve hoyos, pero no todos son pares tres ni con un límite de 150 metros. En el caso del de la Cartuja, tiene dos pares cuatro, el primero y el séptimo hoyos, con 277 y 270 metros respectivamente. "Así, los alumnos pueden practicar el drive que han estado practicando en la escuela. Si no, no tendría sentido".

Se trata, explica José Luis, de un campo "de una dificultad mediana, sobre todo por el lago, que interviene en cuatro hoyos. Se han plantado 2.400 árboles, pero de momento son pequeños, salvo los cipreses que hemos colocado junto a la carretera por protección. Es un campo llano, donde el novato puede aprender, y los que ya saben, divertirse".

El campo no tiene, de momento, iluminación artificial, a diferencia del tee de prácticas, cuya utilización es libre para los socios de las instalaciones (de nuevo, con el requisito de que tengan hándicap o bien, que hayan recibido ya al menos la primera clase de la escuela). Existen 84 puestos en el tee, por lo que es raro que, pese al éxito de público, haya overbooking. "Sólo lo hemos tenido dos sábados".

La gran afluencia es una de las razones para que se planteen con precaución, apunta José Luis, aumentar el número de clases. De momento hay una plantilla de seis profesores que ofrecen cursos de una hora semanal, por 95 euros el trimestre. No son individuales, sino de grupos de 4 a 6 personas (como mucho), y se les presta los palos durante la misma al alumno, aunque también se alquilan para practicar por libre.