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"Llego al Tribunal Constitucional con la misma ilusión que el primer día"

Martínez-Vares, que pasó la mayor parte de su carrera en Sevilla, ya forma parte del Alto Tribunal.

El magistrado Santiago Martínez-Vares, en una imagen institucional cedida por el CGPJ.
Jorge Muñoz

08 de junio 2013 - 05:03

El magistrado Santiago Martínez-Vares (Santander, 7 de marzo de 1942) fue elegido este viernes por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para formar parte del Tribunal Constitucional y llega avalado por una larga trayectoria en la carrera judicial donde ha prestado servicio desde hace 44 años. El juez, que ha pasado la mayor parte de su ejercicio profesional en Sevilla, a la que considera su "primera casa" y donde ha nacido su hijo Santiago -sus hijas María del Mar y María Victoria nacieron en Zaragoza-, explicó ayer a este periódico que asume el nombramiento con "satisfacción y con la responsabilidad de seguir haciendo Justicia en una jurisdicción distinta, pero siempre al servicio de los intereses generales de los españoles y con el respeto que merece la Constitución".

Martínez-Vares reconoce que este nombramiento le llega en un momento en el que se encuentra desde una perspectiva profesional al "final de una carrera enormemente gratificante" porque, continúa, lleva "44 años de ejercicio profesional y está con la misma ilusión que el primer día".

Martínez-Vares, que hasta ahora era magistrado emérito del Tribunal Supremo, ingresó en la carrera judicial en 1969 y desempeñó sus primeros destinos en los juzgados de Fregenal de la Sierra (Badajoz), Bergara (Guipúzcoa) y Calahorra (Logroño). "Sevilla ha sido mi primera casa, donde he pasado 32 años de servicio en la carrera y donde ha nacido mi hijo Santiago, y allí habremos de volver" cuando finalice su etapa profesional, comentó el juez.

Cuando se le pregunta por las nuevas responsabilidades que, como miembro del Alto Tribunal, deberá afrontar a partir de ahora, como los recursos contra la Ley del Aborto o los ajustes sociales emprendidos por el Gobierno, Santiago Martínez-Vares explica que "hay que procurar que las cosas se hagan bien" y recuerda que los tribunales colegiados, formados por varios magistrados, tienen "responsabilidades colectivas". En cualquier caso, el magistrado insiste que todos estos asuntos se resolverán en función del interés general y en todos ellos "se hará justicia".

Santiago Martínez-Vares pasó más de 14 años en la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), y en abril de 2003 fue nombrado magistrado de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, en la que permanece en la condición de emérito desde que se jubiló en 2012.

Como magistrado de la Sala Tercera del Supremo fue uno de los jueces que suscribió una de las sentencias que estableció que el castellano, como el catalán, debe considerarse lengua vehicular en los colegios de Cataluña.

Martínez-Vares fue presidente de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), mayoritaria en la carrera y de carácter profesional, y fue condecorado en 2003 con la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort, la máxima distinción que concede el Ministerio de Justicia.

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