Mariano cayó con la libreta puesta
El veterano periodista deportivo Martín-Benito fallece a los 80 años de manera repentina en la localidad toledana de Camuñas · Actualmente trabajaba en 'Marca'.
De repente y a la edad de ochenta años se ha ido de entre nosotros Mariano Martín-Benito Palomo, un periodista total que lo mismo cerraba la edición del día como entrevistaba a un entrenador de fútbol o al mismísimo gobernador civil, ese personaje plenipotenciario en la España de aquel tiempo en que él llegaba a Sevilla. Ha muerto en su querida Camuñas, localidad toledana que fue importante en aquella división cantonal del XIX, y allí recibió ayer tierra, lejos de una ciudad que le acogió como a uno de los suyos y donde formó hogar con la muy macarena Araceli Margarita.
Mariano abandonó los estudios en el seminario para abrazar la fe del periodismo. Empezó en unas prácticas en el Abc que dirigía Luis Calvo, aprobó las oposiciones de redactor para la cadena del Movimiento y fue destinado a Sevilla, al vespertino Diario Sevilla que se ubicaba en la calle Santander 1. Y llegó para cubrir el hueco que dejaba José Antonio Blázquez, que se iba al Abc sevillano que entonces dirigía Joaquín Carlos López Lozano.
Su llegada a Sevilla fue el Martes Santo de 1962 y este pasado mes de abril, el Sevilla Fútbol Club le dedicaba un sentido y cálido homenaje como celebración por los cincuenta años de su estancia a la sombra de la Giralda. Socio número 4 de la Asociación de la Prensa de Sevilla, desde el principio, Martín-Benito se dedicó a la información deportiva, futbolística dicho más propiamente, como redactor. Y ahí estuvo hasta que llegó al periódico Manuel Benítez Salvatierra en calidad de director, reservándole el puesto de redactor jefe.
Y como redactor jefe vivió el trasvase del periódico vespertino en un matutino llamado Sur/Oeste que se hallaba en el Polígono Store y que fue pionero del sistema de impresión ofset en nuestra ciudad. Simultaneaba esta jefatura de redacción con la que llevaba a efecto en la Hoja del Lunes y posteriormente sería nombrado director del periódico hasta su cierre en enero de 1983. Mariano también llevaba por delante la corresponsalía del diario Marca desde el principio de la década de los setenta.
Muy amigo de sus amigos, Martín-Benito era hombre afable, de cultura enciclopédica y muy del Atlético de Madrid, fe pelotera de la que no abjuró jamás por muchas presiones recibidas, que las recibió, desde las dos aceras futbolísticas de la muy dual ciudad que tan bien lo acogió. Y esa filiación deportiva le sirvió como escudo en el ejercicio siempre difícil de la profesión de periodista deportivo en la ciudad, un escudo que él esgrimía reconociendo con orgullo el marchamo de independencia que el bético le considerase sevillista y viceversa.
De lo que nunca renegó fue de su predilección por la Macarena, algo en lo que resultaron fundamentales los buenos oficios de su mujer, la muy macarena Araceli Margarita. Otra de sus aficiones estaba en los días señalaítos de Feria, donde en su caseta Los Hispalitos ejercía de generoso anfitrión para su gran legión de amigos. Aunque llevaba lustros jubilado continuaba colaborando en Marca, donde era una institución y un espejo en el que se miraban y seguirán mirando unos jóvenes compañeros que le veneraban y que hoy le lloran. Un infarto cerebral cuando disfrutaba de su anhelado agosto toledano nos lo ha arrebatado y bien puede decirse que se fue con la libreta puesta.
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