Medallas por salvar vidas

Una llamada de una mujer que denuncia que su hermano se ha ido de casa con una cuerda y que está decidido a cometer cualquier atropello puso en alerta a José Carlos Rodríguez, Ignacio Rodrigo y Antonio Jiménez, guardias civiles adscritos al puesto principal de los Alcores que, decididos y sin pensarlo un instante, se dispusieron a buscar al hombre cuyo fin era quitarse la vida. Éste sería el breve relato de la historia en la que los tres agentes convencieron a aquel hombre para que no decidiera suicidarse. Éste no fue un servicio más, sino que los tres se convirtieron en héroes por un día y por ello un año después han sido distinguidos con la condecoración al Mérito de Protección Civil.

Pero no sólo ellos han sido protagonistas. Joaquín Jiménez de la Rosa y Omar Abiad también han recibido esta distinción. Estos dos agentes se encontraban patrullando por La Rinconada cuando fueron alertados de que una mujer a punto de dar a luz necesitaba ayuda. Su constante iniciativa a la hora de realizar los servicios los llevó de manera fortuita a convertirse en improvisados asistentes de un parto del que nació una niña. Esta experiencia que se presentó de manera inesperada se convirtió en "una vivencia única y que jamás podremos olvidar", según palabras de los propios agentes.

Ser capaz de adaptarse a cualquier circunstancia que se presente es una de las premisas vitales dentro del desarrollo de la actividad de los agentes de la Guardia Givil. Así lo demostraron cada uno de estos cinco guardias que por momentos se pusieron en la piel de un psicólogo o de una matrona para desarrollar su misión del modo más eficaz. De esta maner, obtener una condecoración por el hecho de realizar su trabajo es muy satisfactorio, pero aún es más gratificante si se percibe esta medalla por haber salvado una vida o haber ayudado a que una persona nazca. "Este reconocimiento no es algo que obtengamos todos los días y aunque fue una experiencia fuerte, el hecho de que nos condecoren por un caso así es muy gratificante", comenta Ignacio Rodrigo.

Esta condecoración también supone un honor para sus familiares, puesto que como cuenta Isabel Gallego, madre del agente José Carlos Rodríguez, "me llena de orgullo que mi hijo, siendo eventual, realizara esta actuación".

Recibir la condecoración al Mérito de Protección Civil llena de satisfacción a los agentes que han sido galardonados, pero a pesar de la gratificación que aporta este reconocimiento, la verdadera recompensa se produce en el momento de realizar la actuación y ver que verdaderamente su trabajo ha servido para ayudar a alguien. "Me siento contento con esta distinción pero verdaderamente me sentí feliz cuando le salvé la vida a aquel hombre", afirma José Carlos Rodríguez Gallego.

La Guardia Civil realiza unos 300.000 servicios humanitarios al año. Por esta razón, las intervenciones más destacadas son merecedoras de un nombramiento especial. De esta manera, distinguir servicios de relevancia sirve para que los 102 nuevos guardias civiles que se incorporaron ayer a la Comandancia de Sevilla sean conscientes del alcance que pueden tener sus servicios, ya que como comenta el delegado del Gobierno, Juan José López Garzón, "estas condecoraciones son un ejemplo de entrega al servicio y de profesionalidad".

Para estos cinco guardias civiles, ser condecorados al Mérito de Protección Civil en categoría de bronce con distintivo azul, no supone obtener una simple medalla o una felicitación por alguna intervención especial. Este homenaje significa la valoración de un trabajo en el que la vocación es la pieza esencial que lleva a cada uno de los agentes a actuar del modo que creen más correcto, pero siempre con un fin determinado: ayudar a todos aquellos ciudadanos que por algún motivo lo requieran.