La Junta de Andalucía retrasará la inauguración del Metro a los primeros meses de 2009 ante las dificultades para retirar la cantidad de lodos (más de 150 metros cúbicos) acumulados dentro de la estación Puerta de Jerez tras el socavón, una situación que impide acabar el suelo y las vías de esta parada el 20 de diciembre para que al menos pase el tren sin detenerse. Para acelerar la extracción con un método más rápido que la cal, los lodos se han mezclado con agua y se bombean hacia fuera.

En su informe oficial enviado a la Junta, las constructoras del Metro atribuyen a causas ajenas a su responsabilidad la filtración de agua que el pasado miércoles provocó un socavón de 36 metros cuadrados junto a la estación Puerta de Jerez, tales como un "comportamiento anómalo" de una pared de la estación, el fuerte empuje de un terreno rodeado de 17 metros de agua y las complicaciones del suelo de Sevilla en esa zona por la aparición de gravas (más permeables al agua) a un nivel anterior al previsto.

En su comparecencia ante la prensa en la sede de Obras Públicas, el presidente de la concesionaria Metro de Sevilla, Antonio Belmonte, negó ayer que el origen del socavón fuera una deficiente ejecución de obra de la pantalla vertical de la estación más cercana al edificio de Cristina: "Hasta ahora pensábamos que estaba bien hecha la pantalla", declaró Belmonte ante las cámaras pasadas las diez de la mañana. Sin embargo, horas después en los pasillos del Parlamento andaluz, admitió a un grupo de periodistas que la pared rota, la que une la rampa de acceso a la estación, era de un material menos resistente que el hormigón (fue la única zona donde se usó mortero para que engarzara bien con la pared perpendicular de pilotes secantes) y que estaba pendiente de que se le aplicara un forro de hormigón armado, con lo que carecía de armazón de hierro.

Sobre las causas del socavón, el informe elaborado el martes por las constructoras Sacyr, Dragados y Gea 21 cita dos elementos. Por un lado, el "comportamiento anómalo" de la pared de la estación que conecta con la pantalla de pilotes con la que se ejecutó el recinto de acceso a la estación y se cita la complejidad de encajar esta estructura con el aparcamiento subterráneo existente, ya que las inyecciones armadas del parking no permitían la excavación de pantallas convencionales con cuchara. Ese aparcamiento fue construido por el Ayuntamiento de Sevilla (con Monteseirín de alcalde y siendo concejal de Movilidad, Blas Ballesteros) y, según Obras Públicas, se permitió porque no colisionaba con la estación del Metro que iba inicialmente en la calle San Fernando.

El informe añade que en ese comportamiento anómalo de la pared influyó "el elevado empuje del terreno y la abundante presencia de agua con origen en la complicada geología de la zona, dado que confluyen las terrazas del Tagarete y el Guadalquivir". En suma, la abundancia de agua en el subsuelo, ya que la obra de la estación está rodeada de 17 metros de agua, equivalentes a una altura de ocho plantas de agua, más la presión del Tagarete.

El segundo factor que ha influido en el fallo del muro que sufrió la fisura, según las constructoras, fueron las complicaciones del suelo "imposibles de detectar", pese a los "numerosos datos de reconocimiento geológico" que se habían recogido para la obra. Antonio Belmonte explicó después que el suelo de gravas, que deja pasar el agua con más facilidad, apareció antes de lo previsto por la cercanía del río. El informe concluye que el riesgo de filtraciones y fisuras desaparecerá con la obra de la estación completamente terminada.

A raíz del socavón, la sociedad Metro de Sevilla podría ser sancionada por la Junta si sus técnicos asesores advierten, en contra de lo que sostienen las constructoras, que existieron deficiencias en la ejecución de la obra de la estación tras revisar el informe de las constructoras sobre el accidente, según dijo ayer el consejero de Obras Públicas, Luis García Garrido.