José Manuel Cervera Grajera

"Milité en tres partidos, pero siempre he pensado lo mismo"

  • Es abuelo y en 1979 entró como el concejal más joven. Volvió el 91 en la lista de Luis Yáñez y pasó a la oposición. Fue delegado de Tráfico, Chaves lo llevó a Madrid y dirige en Cartuja la Fundación Tres Culturas.

EL director de la Fundación Tres Culturas es padre de tres hijos y militó en tres partidos. Con dos de ellos, José Manuel Cervera (Huelva, 1953) fue concejal. En 1979, el más joven de todos.

-¿Por qué nace en Huelva?

-A mi padre, que era policía, lo trasladaron a Huelva. Los cinco hermanos nacimos allí.

-¿Comunista hijo de policía?

-Fue muy traumático, sobre todo para mi padre. Empezó con mi hermano mayor. Lo detuvieron en 1969 durante la huelga de la construcción. Salimos rojos casi todos. Yo diría que todos.

-¿Quién le llama para ir en las listas del PCA de 1979?

-Yo era secretario de organización del Partido y era el que hacía las listas. El que tomó la decisión debió ser Juan Bosco Díaz de Urmeneta, que era secretario general en Sevilla. A todo el mundo le pareció bien, de esa forma dejaba de estar activo en el Partido.

-Estuvo en la mesa de edad.

-Con el más veterano, Sebastián Vázquez Risueño, un dirigente vecinal de la UCD

-Cuatro años de comunista en el gobierno; ocho años de socialista en la oposición...

-Desde ese punto de vista fue un mal negocio.

-En vez de coche oficial, usted iba en autobús...

-Fui delegado de Tráfico y Transportes y al final también asumí la Delegación de Sanidad cuando el alcalde Luis Uruñuela destituyó a Pepe Villa por la crisis de la planificación familiar. Cuando dimitió Alonso Balosa, fui portavoz del grupo y segundo teniente de alcalde. En más de una ocasión tuve que representar al alcalde.

-Como Rodríguez Almodóvar...

-Pero yo no ocupaba su sillón. El año del 23-F, invitaron al Ayuntamiento a un acto en el patio de Eritaña. Una misa solemne con motivo del día del Pilar y la Guardia Civil. Ni Uruñuela ni Almodóvar quisieron ir y me mandaron a mí. Entre guardias civiles, militares y policías había más de quinientos. Cuando llegó la consagración, todos se pusieron de rodillas y yo era el único que estaba de pie. Debió ser una buena foto. Después, en la copa, un coronel del Tercio se me acercó y me dijo que para ser comunista no parecía mala persona. Muchas gracias, igualmente.

-¿Se lo contó a su padre?

-Sí. Él estaba muy contento de que fuera concejal. Le hicieron muchas faenas porque sus hijos le habían salido un poco ranas.

-¿Llegó a Transportes con carné del PC y de conducir?

-Y con el Libro de Familia, porque estaba casado y tenía dos niños. Siempre he sido muy precoz.

-Ilustró las hemerotecas con su frase de los champiñones...

-El Metro era competencia del Gobierno de la nación porque entonces no había comunidades autónomas. El pozo que abrieron en la Puerta de Jerez estaba produciendo grietas en La Equitativa y en la Casa Guardiola. Le pedimos garantías al Gobierno (de la UCD) y el Ayuntamiento decretó la orden de paralización de las obras del Metro para abrir un periodo de reflexión. Pero yo siempre fui partidario del Metro. Por eso pregunté a qué íbamos a destinar los túneles, ¿a cultivar champiñones?

-¿Una imagen de esa época?

-Dos. Cuando llevamos los autobuses urbanos a San Jerónimo, ejemplo de discriminación de las barriadas obreras, y la noche del 23-F. El grupo comunista fuimos los únicos que estuvimos en el Ayuntamiento. Al fin y al cabo era la casa de la ciudad.

-¿Lo local es lo universal?

-Es la etapa más bonita para un político y también la más dura.

-¿Qué ministro fue su interlocutor?

-Me acuerdo del socialista, Enrique Barón. En el Gobierno de la UCD hubo ocho o nueve.

-¿Convirtieron la Caseta Municipal en la versión primaveral del Palacio del Invierno?

-Aquello fue una chorrada. Tomamos posesión el sábado antes de Feria y decidimos abrir la Caseta Municipal. La gente iba a mirar, miraba y se iba. Fue simbólico.

-Militó en tres partidos.

-Pero siempre he pensado lo mismo. En el PC me consideraban un reformista, un traidor revisionista. En el Partido de los Trabajadores como éramos pocos nos poníamos enseguida de acuerdo y en el PSOE me tachaban de izquierdista. Siempre he pensado lo mismo. Si soy algo, soy carrillista.

-¿Qué le dejó el padre policía?

-A mi madre, Concha, que era maestra, le debo el gusto por los libros; a mi padre, Félix, por el ajedrez. Disfruto con un buen libro, una buena música, una buena película. Y me encanta el bricolaje.

-¿Qué hacen los niños con los que llegó al Ayuntamiento?

-Lara es arqueóloga y gestora cultural. Me hizo abuelo de dos nietos. Carlos vive en Ibiza, organiza eventos. Después vino Manuel.

-¿Es tiempo de otro tripartito?

-La izquierda es plural porque es crítica, pero la gente que vota a la izquierda la vota para que gobierne. La izquierda cometería un error trágico si empujara a Ciudadanos a la derecha. A España y a la izquierda les interesa que se consolide un partido de centro.

-¿Los del 79 lo miraban mal cuando volvió en el 91?

-En absoluto. Tuve una excelente relación personal y política con Luiz Pizarro.

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