El abogado sevillano Joaquín Moeckel retiró este miércoles la pintura roja arrojada el domingo sobre la escultura de Curro Romero, sita junto a la plaza de toros de la Real Maestranza. El letrado justifica esta acción ante "la desidia municipal". Dicha limpieza la ha llevado a cabo con la ayuda de los abogados que integran su despacho, especializado en la defensa de varios toreros.

Este asunto generó desde primera hora una gran polémica, especialmente en las redes sociales. El Ayuntamiento -que no descarta denunciar esta acción- asegura, a través de la Gerencia de Urbanismo (a la que compete el mantenimiento del patrimonio municipal), que la limpieza estaba prevista este miércoles, a partir de las 10:30, debido a que no se podía adelantar pues hay que esperar a que la humedad de la mañana desaparezca para actuar. Fuentes de Urbanismo explican que tuvieron constancia del ataque a la escultura el lunes, momento en el que empezó a tramitarse la actuación con la toma de fotos de la zonas dañadas. El martes se tramitó la intervención y este miércoles se iba a llevar a cabo.

El Ayuntamiento detalla que cuando se personaron los técnicos de la empresa Metis -contratada por Urbanismo para la limpieza y protección antigrafiti de los monumentos- se encontraron "con un grupo de personas", entre ellas, Joaquín Moeckel. La Gerencia recuerda que el monumento al Faraón de Camas es un bien de propiedad municipal, por lo que su conservación es "competencia exclusiva del Ayuntamiento".

También inciden en que los productos usados por el despacho de abogados son "disolventes de uso común y de fácil adquisición, no recomendados en restauración debido a las consecuencias negativas que pueden ocasionar sobre las superficies". Entre dichos efectos, los técnicos de Urbanismo citan "la pérdida de las pátinas y una reacción química que conlleve a la corrosión del bronce", un daño que califican de "más grave que el vertido de pintura que se pretendía retirar". La Gerencia ha decidido paralizar, ante estos hechos, la limpieza del monumento hasta valorar las consecuencias de una actuación que el Ayuntamiento no descarta denunciar por daño al patrimonio.

El letrado sevillano considera "vergonzoso" que "se persiga al que limpia y no al que pinta el patrimonio". "Aquí siempre hay una permisividad con la actuación de los grupos de izquierda, que sí pueden romper puertas antiguas del Rectorado, pero no se agradece la labor desinteresada de los ciudadanos por mantener limpio el bien común", añade Moeckel.