tribuna de opinión

El Museo de las Cofradías junto a la Torre de la Plata

  • El autor reflexiona sobre los inconvenientes urbanísticos que plantea levantar el futuro Museo de las Cofradías en el solar que se conocía como el Corral de las Herrerías del Rey

El Museo de las Cofradías junto a  la Torre de la Plata

El Museo de las Cofradías junto a la Torre de la Plata

Durante los primeros días del presente mes de septiembre se ha producido el desalojo de la actividad de aparcamiento que, durante demasiados años, ha estado ocupando, con manifiesta falta de sensibilidad hacia nuestro patrimonio histórico, uno de los espacios urbanos más valiosos de nuestra ciudad: el extremo suroeste de la Casa de la Moneda, en lo que se conocía como el Corral de la Herrerías del Rey, circundado por la muralla almohade y presidido por la Torre de la Plata. Al visualizarse su disponibilidad se están recuperando anteriores propuestas de uso a las que se van incorporando otras nuevas. Aquí se propuso tanto un Teatro del Flamenco como un Museo (privado) de las Tradiciones Sevillanas como, más recientemente, el Museo de las Cofradías. Antes de avanzar en ese debate creo imprescindible, previamente, conocer las limitaciones que, tanto la arqueología como el planeamiento urbanístico vigente, van a afectar a cualquier intervención edificatoria a plantear en ese espacio.

A nadie puede sorprender que, en espacio tan cualificado históricamente como éste, la afección arqueológica sea determinante dado que, además, cuenta con un nivel de conocimiento de su subsuelo muy extenso y cercano en el tiempo. En efecto, entre los años 2000 y 2001, la Gerencia de Urbanismo llevó a cabo una intervención arqueológica en el antiguo Corral de las Herrerías, dirigida por la profesora Ana Romo, cuyas conclusiones serán de inevitable aplicación como veremos más adelante.

La intención de recuperar la altura original de la muralla es utópicaSi se mantiene la idea de ubicar un museo será inevitable modificar el Plan Especial

A estas limitaciones habrán de unirse, además, las derivadas del planeamiento urbanístico vigente que no es otro que el Plan Especial de Protección del Sector 13.1 Casa de la Moneda, aprobado definitivamente por el Ayuntamiento Pleno el 19 de mayo de 2005.

A este espacio le ha dedicado el Plan Especial una atención específica al incluirlo dentro de la Unidad de Ejecución denominada UE-1 Calle Santander-Corral de las Herrerías, unidad que incluía también el, entonces solar, hoy polémico edificio de nueva planta, de calle Santander. La apertura de la calle Profesor Morales Padrón y los vuelos y retranqueos del citado edificio de nueva planta fueron otras de las propuestas de esta misma Unidad de Ejecución.

Respecto al solar liberado al que me estoy refiriendo, el Plan Especial distingue en él dos parcelas: una calificada con Espacio Libre, contigua a la muralla y Torre de la Plata y, la otra, desarrollada a lo largo de la citada nueva calle hasta calle Matienzo, calificada como Servicio de Interés Público y Social (SIPS).

La parcela calificada como "espacio libre" o "zona verde" tiene la particularidad de que se proyecta, tras la correspondiente excavación, a 15 metros de profundidad respecto la cota actual, con la intención de recuperar la altura original de la muralla, propuesta que nos parece tan bienintencionada como utópica. La razón de este último adjetivo es que, como recoge la Memoria Arqueológica del propio Plan Especial, en las Conclusiones de la citada intervención arqueológica en el antiguo Corral de las Herrerías que constituyen la base de la Normativa de Protección del Patrimonio Arqueológico del Plan Especial, ello no es posible porque entre tales conclusiones se establece:

"La imposibilidad de superar la profundidad de -2,80 m. en la excavación en extensión, por la aparición de las aguas provenientes del freático suspendido, lo que ha impedido alcanzar los niveles medievales. Mediante sondeos puntuales sólo se pudo alcanzar la cota -4,50 m. correspondiente al siglo XVI",

Como la excavación propuesta por el Plan Especial ha de ser en extensión no es posible superar los 2,80 m. de profundidad, esto es, sólo admitiría un único sótano de esta altura. A esta limitación hay que añadir la derivada de la conservación del siguiente interesante elemento descubierto:

"La aparición de una pileta decorada del siglo XVII, elemento muy singular," que no debe ser desmontado por las numerosas referencias documentales que concentraba" situada entre los 14 y los 17 m. desde la Torre de la Plata, y situado entre los -61 cm. y los -1,09 m. de profundidad".

La imposibilidad de una mayor profundización también afecta a la parcela de equipamiento. La edificación de la parcela calificada como SIPS y en la que el Ayuntamiento recientemente ha planteado la posibilidad de levantar el Museo de las Cofradías parece tan irrealizable como la del Espacio Libre en profundidad previsto en el Plan Especial. Sobre esta parcela, de 1.121 m2, se ha proyectado una especie de "edificio-iceberg", de 5 plantas más ático, porque 4 de sus plantas son bajo rasante (4.000 m2) y apenas 620 m2 para planta baja y ático. La edificabilidad emergente prevista por el Plan Especial es muy reducida pues en planta baja no llega a los 400 m2 construidos lo que apenas daría para recepción, taquillas y servicios mínimos, mientras que los espacios expositivos quedarían relegados al ático y a un problemático primer (y único) sótano de escasa altura, lo que evidentemente resulta muy insuficiente para albergar un museo mínimamente admisible.

Evidentemente si se mantiene la idea de ubicar un museo de nueva planta en este emplazamiento será inevitable modificar sustancialmente este Plan Especial de Protección con lo que ello supone en plazos de tramitación y de obras. Bueno será tener todo esto en cuenta antes de adoptar determinadas decisiones, no sólo sobre este espacio sino, también, sobre otras posibles localizaciones del referido equipamiento cultural.

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