Pájaros: no molestar
investigación Algunas aves usan el ruido de los coches como despertador
Una tesis doctoral de una bióloga de la Hispalense demuestra tras cuatro años de trabajo el perjuicio del ruido del tráfico en la biodiversidad de los parques de la ciudad
Que el ruido del tráfico es algo que obstaculiza la biodiversidad de la avifauna en los parques de Sevilla es algo que se puede intuir. Otra cosa es demostrarlo científicamente, como ha hecho la bióloga por la Universidad de Sevilla Aída Arroyo Solís, quien el pasado día 21 de septiembre leyó su tesis Efectos de la perturbación antrópica en las aves urbanas.
Tras cuatro años de trabajo de campo y tras patearse los 23 parques de la ciudad, Aída ha demostrado cómo las perturbaciones producidas por el hombre, y especialmente el ruido del tráfico rodado, impiden el desarrollo de la biodiversidad de las aves en los espacios verdes, con todo el perjuicio para el bienestar humano que ello conlleva. Hay que tener en cuenta que uno de los conceptos más en alza en los estudios ambientales, la biofilia, establece que el contacto del hombre con elementos naturales (pájaros, plantas...) produce un evidente bienestar. En tanto que las ciudades tengan más biodiversidad, sus ciudadanos vivirán mejor.
En la primera parte de su estudio, Aída Arroyo se centró en estudiar cómo la distribución de las poblaciones de aves en los parques la ciudad estaba influida por factores tales como el tamaño de la zona verde, su vegetación y arbolado y la perturbación antrópica (ruidos variados, visitantes, etcétera). Tras reunir toda la información, Aída llegó a la conclusión de "sólo los parques con una superficie entre las 10 y las 14 hectáreas pueden garantizar la biodiversidad de las aves. Es el espacio mínimo y todas las nuevas zonas verdes deberían construirse teniendo en cuenta el dato".
Asimismo, y tras certificar que los parques más antiguos y con una vegetación más densa facilitan la aparición de diferentes especies de aves, también llegó a la conclusión de que los parques de la periferia, "aquellos que están más cerca del campo y los sembrados", también tienen más biodiversidad. "En cuanto te acerca más al centro, la variedad de especies baja considerablemente".
En la segunda fase del estudio, Aída Arroyo se centró más en las perturbaciones producidas por el hombre y en cómo éstas afectaban el canto de los pájaros. "Hay que tener en cuenta que el canto en las aves no es un adorno, sino que tiene una gran importancia en la delimitación del territorio o en la reproducción". En especial, hizo un estudio con cajas-nido en el parque Infanta Elena . "Nos dimos cuenta de que, por ejemplo, los carboneros comunes escogían para anidar las cajas que estaban alejadas de las calles del parque con más perturbaciones".
Además, Aída Arroyo comprobó que las aves que tienen el canto más grave corren el peligro de que sus trinos se solapen con el ruido del tráfico, cuya frecuencia es también grave, por lo que éstas solían evitar los parques más ruidosos. Otras, como el verderón común, llegaron a ajustar las frecuencias de sus cantos, haciéndolos más agudos, para evitar así los sonidos del tráfico.
Aída Arroyo, asimismo, comprobó tras un experimento con altavoces que aves como el estornino negro o el gorrión común suelen usar el ruido del tráfico como despertador. "Normalmente, estas aves se despiertan en la hora punta del tráfico matutino, entre las 7:30 y las 10:00. Dos horas antes, pusimos con altavoces unas grabaciones de ruido de tráfico y estas dos especies se despertaron".
Una de las conclusiones de la tesis es que, en el entorno de los parques, el ruido no debería sobrepasar los 50 decibelios (algo que no se cumple en mucho de ellos) para garantizar la biodiversidad. "Los espacios verdes más silenciosos son el Alamillo, el Infanta Elena o los Jardines de la Pradera. Los más ruidosos, el Paque de los Príncipes o los bordes exteriores del de María Luisa, entre otros".
La flamante doctora en Biología recomienda la instalación de barreras para evitar que el ruido del tráfico afecte a la biodiversidad de las aves. También que "se realicen planes destinados a disminuir el uso del vehículo privado, aumentando el uso de la bicicleta y el número y calidad del transporte público que llegue adecuadamente a todos los barrios y pueblos del área metropolitana de Sevilla ". La tesis se enmarca en una tendencia de la biología que comenzó hace unos 15 años y que estudia los ecosistemas urbanos, sin limitarse en exclusiva a la naturaleza en estado más salvaje. La oficina de Sostenibilidad de la Universidad de Sevilla ya ha mostrado su interés por este trabajo científico.
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