La Comisión Provincial de Patrimonio ha autorizado las obras de recalce de la cimentación del edificio de la iglesia del Sagrario de la Catedral, así como el refuerzo de estructuras y la rehabilitación de las bóvedas interiores y de las cubiertas y fachadas, con el fin de proceder a la reparación de la sintomatología de los daños existentes. Además, el visto bueno permite “acometer la reparación y reposición de la calidad constructiva y ornamental de aquellos elementos colaterales, como particiones, carpintería, revestimientos y acabados que resulten afectados por la ejecución de la obra, y que acabarán definitivamente con la patología mantenida de estabilidad de la construcción”.

Casi 1,6 millones de inversión para salvar una joya del patrimonio eclesiástico. Una obra compleja que puede hasta generar daños en elementos del edificio que se deberán ir resolviendo durante su realización. La parroquia del Sagrario de la Catedral tendrá que ser cerrada al culto un año. El estudio concluye que la cimentación “no satisface las exigencias básicas de seguridad estructural”.

Se trata de una rehabilitación parcial con motivo de los daños y patologías de carácter estructural que se han ido detectando en un edificio que forma parte del templo metropolitano. El ámbito de intervención del proyecto se centra en las obras de recalce de la cimentación, en actuaciones de refuerzo estructural y en la rehabilitación de las bóvedas, las cubiertas y el tramo completo de la fachada Este, que es la que corresponde con el Patio de los Naranjos.

El proyecto deja abierta la posibilidad de que durante la obra sean necesarios trabajos de reparación y reposición de la calidad constructiva y ornamental de elementos que resulten dañados por la propia ejecución de las obras.