La Policía Nacional detuvo a dos de los presuntos autores de la violación de la Cartuja en un bloque de okupas de Camas. El edificio está situado en la calle Alcalde Manuel Marín, frente a la Jefatura de la Policía Local de este municipio. Allí fueron arrestados el pasado miércoles dos ciudadanos rumanos de 30 años, identificados mediante las iniciales N. M. y D. D. Al día siguiente fueron detenidos otros dos sospechosos, también de nacionalidad rumana y de 26 y 30 años. En esta ocasión fueron apresados en Guillena, en una vivienda de la calle Portugalete de esta localidad, si bien también frecuentaron el edificio de Camas.

El bloque es fácilmente reconocible. Por la fachada suben dos manojos de cables de la luz enredados y al telefonillo de la entrada le faltan piezas. La puerta del garaje está amarrada con una cadena y de ella sale un intenso hedor. Una de las personas que vive en el bloque habla por teléfono móvil en uno de los balcones y a la puerta se acercan tres jóvenes que empujan un carro de la compra lleno de chatarra. Dicen que no conocen a ninguno de los cuatro detenidos y que no se han enterado de nada. "Nosotros sólo nos dedicamos a trabajar", explica a este periódico.

Fuentes del caso apuntaron que a los presuntos autores de la agresión sexual se les relaciona con la prostitución masculina. Algunos de ellos ejercen habitualmente de chaperos, si bien su abogado defensor sostiene que trabajan en el campo y se opuso a su ingreso en prisión porque entiende que la víctima incurrió en numerosas contradicciones en sus tres declaraciones. La Policía cree que se turnaron para violar a la víctima, una joven de 27 años de nacionalidad paraguaya, en el interior de un vehículo aparcado en las inmediaciones del estadio de la Cartuja. Los investigadores recuperaron el coche cerca del edificio okupado. Las primeras hipótesis apuntan a que la víctima conoció a los presuntos agresores porque tenía una amiga en común con uno de ellos.

Los hechos ocurrieron la madrugada del 22 de abril. Unos trabajadores de Emasesa encontraron a la chica, desorientada y en estado de shock, cerca del estadio. Los operarios llamaron al 112 y éste derivó el aviso al 061 y a la Policía. La joven fue trasladada en ambulancia al hospital Virgen del Rocío, donde estuvo acompañada en todo momento por los agentes. Luego, una vez recibida el alta médica, la llevaron a comisaría para presentar la denuncia. La mujer relató lo ocurrido y explicó que había sido violada por cuatro personas de nacionalidad rumana, que llegaron a turnarse en el coche para perpetrar la agresión sexual.

En apenas cinco días, la Policía localizó a los sospechosos en el bloque de okupas. La existencia de este edificio ha sido denunciada en varias ocasiones por los vecinos de Camas, si bien este bloque no ha generado tantos problemas de convivencia como el de la calle La Cartuja del mismo municipio, en el que recientemente hubo una reyerta multitudinaria entre dos clanes gitanos, y en el que también fue detenido un atracador que se refugió en el edificio tras irrumpir armado en una sucursal de La Caixa.

En Guillena, la detención de los otros dos sospechosos también pasó desapercibida entre los vecinos. La calle Portugalete es una vía situada en un extremo del pueblo y en ella está el cementerio municipal, presidido por el túmulo a las 17 rosas, las mujeres republicanas que fueron fusiladas en 1937, con sus banderas tricolor. Nadie vio nada extaño la mañana del jueves y los que paseaban ayer por esta zona de Guillena sólo habían oído rumores. Señalan una casa en la que viven rumanos, pero no hay nadie una mañana de sábado. Los detenidos están en prisión desde la mañana del viernes. El miércoles, la juez de Instrucción número 1 de Sevilla, que investiga el caso, tomará declaración a la denunciante y a varios testigos, mientras que también celebrará una rueda de reconocimiento.