La Policía investiga una agresión con porras eléctricas en Sevilla Este

Un hombre disfrazado de repartidor de pizzas abordó a una mujer en un ascensor

Fernando Pérez Ávila

24 de octubre 2008 - 05:03

La Policía Nacional está investigando una agresión ocurrida el miércoles en Sevilla Este en la que el agresor utilizó unas porras eléctricas para inmovilizar a la víctima. Los vecinos de esta zona de la ciudad mostraron ayer su preocupación porque creen que el móvil de este hecho fue sexual, si bien la Policía no ha tramitado el caso como tal porque el agresor no llegó a realizar tocamientos ni actos libidinosos, según confirmó a este periódico un portavoz oficial de la Jefatura Superior.

La víctima es una mujer de unos 30 años de edad que fue abordada por un individuo disfrazado de repartidor de pizzas de una conocida cadena de alimentación y con un casco de motorista que le cubría el rostro. Los hechos ocurrieron a las cuatro de la tarde del miércoles en la avenida de Emilio Lemos. La mujer entró un bloque de esta calle en el que vive un familiar y el agresor aprovechó para entrar también en el edificio. Los dos entraron en el ascensor al mismo tiempo. La mujer pulsó el botón del segundo y el repartidor de pizzas dijo que iba al quinto. Esto despertó las sospechas de ella, ya que en este edificio no hay quinta planta.

En ese momento el agresor atacó a la víctima con una porra eléctrica para tratar de inmovilizarla. Con la otra mano, el hombre intentó pulsar el botón de parada del ascensor, sin conseguirlo. La mujer gritó y el elevador llegó a la segunda planta. El familiar que esperaba a la víctima fue quien abrió la puerta del ascensor y se encontró con la mujer en el suelo y el repartidor de pizzas saliendo a toda carrera escaleras abajo.

El familiar trató de pedir ayuda por el balcón de su casa a unas personas que se encontraban en un bar próximo al portal, pero a nadie le dio tiempo a interceptar al agresor. Los agentes del distrito Este-Torreblanca de la Policía Nacional están investigando este asunto y no descartan que el ataque se deba a otros motivos que no sean de índole sexual y que pueda tratarse simplemente de un intento de robo.

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