El asesinato de Marta

La Policía trasladó a Carcaño con máximo sigilo y el rostro cubierto

  • En las dos salidas de prisión se protegió su identidad con un casco y un pasamontañas. Los agentes fingían buscar el botín de un atraco para no levantar sospechas.

Todas las actuaciones que ha realizado la Policía en los últimos meses se han desarrollado con un gran sigilo, para evitar que la nueva búsqueda trascendiera y se truncara el hallazgo de los restos de Marta. Para ello, en las dos ocasiones en las que Carcaño ha sido excarcelado, los investigadores han logrado que éste pasara desapercibido en los traslados llevados a cabo y para ello no han dudado en cubrir su rostro, de sobras conocido, con un pasamontañas y un casco de motorista.

También para evitar sospechas, durante las excavaciones que se han realizado en hasta seis fincas de La Rinconada, los agentes han establecido como excusa que estaban buscando el botín de un atraco, unas joyas que habrían enterrado unos ladrones en dicha zona. De esta forma, habrían conseguido dar respuesta a las preguntas de algún que otro vecino que hubiese sospechado de los movimientos de tierras realizados con máquinas excavadoras y en los que se ha empleado incluso hasta georradares.

La zona que Carcaño apunta como destino final de los restos de Marta se sitúa en la carretera de La Rinconada, en un camino agrícola y con difícil acceso de una finca de este término municipal, donde habrían localizado una zanja la noche del 24 de enero de 2009 donde echaron el cuerpo y lo cubrieron en principio con escombros, para volver la noche siguiente y rociarlo con cal viva para tratar de acelerar el proceso de descomposición.

Por otro lado, el titular del juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla, Francisco de Asís Molina, citará en breve a Miguel Carcaño para que ratifique su nueva versión de los hechos, en la que incrimina directamente a su hermano en el asesinato de Marta del Castillo. El magistrado, que investigó en su día el asesinato de la joven, ha incoado unas nuevas diligencias previas por homicidio, tras conocer el atestado policial con las últimas revelaciones del hasta considerado como el asesino confeso de Marta del Castillo.

El juez tomará declaración a Carcaño en calidad de testigo y si éste, que cumple su condena de 21 años y tres meses de cárcel por el asesinato, ratifica esta nueva versión de los hechos, la séptima que ha dado desde que se cometió el crimen hace cuatro años, decidirá si imputa a su hermano, Javier Delgado.

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