En una acción perfectamente coordinada desde los despachos de la calle San Fernando, apenas dos horas después del anuncio de las elecciones en la Universidad de Sevilla para el 23 de febrero y de la no concurrencia a éstas del actual rector, Joaquín Luque, un comunicado anunció la candidatura para el sillón rectoral del vicerrector de Infraestructuras, Antonio Ramírez de Arellano, que ya se puede considerar como candidato oficialista.

La elección de este catedrático de Física de la Materia Condensada como delfín de Luque está vinculada, evidentemente, al reto de encontrar una salida al callejón de la paralización de la biblioteca del Prado, la gran espina clavada en la garganta de la Hispalense. Nadie como Ramírez de Arellano conoce los entresijos del problema, pero también nadie como él es parte del problema.

Más allá de su discutible actuación en el asunto del Prado, Antonio Ramírez de Arellano ha demostrado en estos cuatro años una importante capacidad de trabajo y gestión en la continuidad del plan de infraestructuras, con logros reseñables como el campus de Ramón y Cajal, por citar solamente uno. Como comentaba ayer una fuente consultada por este periódico, "tiene una energía arrolladora, trabajar con él es una experiencia agotadora". Su entusiasmo está a prueba de bomba.

Además, Ramírez de Arellano tiene una virtud que lo convierte en un candidato con muchas posibilidades: su calidad humana. El vicerrector es cercano y afectuoso, sin el engolamiento de algunos universitarios, lo que lo convierte en una persona muy querida por una comunidad acostumbrada a los tiposflorentinos.

Ramírez de Arellano, que pretende explicar su programa la próxima semana, adelantó ayer por escrito bonitas palabras que no dejan entrever cuáles serán sus verdaderas prioridades. "La igualdad de oportunidades, el mérito y el liderazgo social serán los ejes conductores del programa que me propongo someter a consideración e implementar, en caso de ser elegido", dijo. También, que "el futuro de nuestra Universidad plantea nuevos retos y nuevas oportunidades, que se han de afrontar con una profunda vocación académica y con confianza en el potencial de la comunidad universitaria para abordarlos".

Lo cierto es que le tocará lidiar con un escenario de crisis económica que, parece ya casi inevitable, se traducirá en recortes monetarios en unos momentos en los que la adaptación a Bolonia demanda todo lo contrario.

Al cierre de esta edición no se había anunciado ninguna otra candidatura para rector. El plazo de presentaciones se abrirá el día 23 y se cerrará el 25.