"Retransmití una procesión en Bilbao, salen con ruedas y puse 'Amargura"

ECHÓ el currículum a varias televisiones y la llamaron de Canal Euskadi. Reyes Prados (Sevilla, 1982) trabaja junto a San Mamés y presenta Euskadi Directo. La hicieron hermana de la Amargura al nacer y mañana la verá en la calle.

-¿Cómo es la Semana Santa en Bilbao?

-Creen que empieza el Jueves Santo. Los pasos salen con ruedas. Hice un reportaje para la televisión vasca sobre una procesión y puse la marcha Amargura.

-¿Está a gusto allí arriba?

-Yo era de las que pensaba que no se podía vivir en otro sitio que no fuera Sevilla. No es que me guste la Semana Santa. Vivo por y para la Semana Santa. Me hicieron de la Amargura, soy socia del Sevilla, pero me salió esa oportunidad de Bilbao. Era para tres meses y llevo cinco años. Con un intervalo de un año en Telemadrid.

-¿Conocía el País Vasco?

-Fui un año antes a la Aste Nagusia, la Semana Grande de Bilbao. Me invitó una chica de Durango a la que conocí en Sevilla en un máster de televisión. Se llama Ane Ibarzábal, trabaja en Cuatro.

-¿Cómo se lleva con el euskera?

-Donde trabajo todo el mundo lo habla. Tengo la ventaja de que soy muy expresiva, comunico mucho con la cara, con las manos. Y me ayuda mi novio, Imanol, que es de Guecho y trabaja en Erandio.

-¿Fue dura la adaptación?

-Me sirvió el tiempo que estuve de corresponsal de Telemadrid en el País Vasco. Una corresponsalía que me llevó hasta Lourdes. Fui mi reválida. Cuando asesinaron al empresario Ignacio Uría, estuve en Azpeitia tres días con la misma ropa, en un hotel-balneario donde deben rodar las películas de miedo y en el que el cámara me dejó más sola que la una.

-¿Vivió la transición de Ibarretxe a López?

-Estaba allí, sí. Y después de las elecciones vascas fui a Madrid.

-¿Madrid o Bilbao?

-Me gusta Madrid, pero soy de ciudades cercanas como Sevilla o Bilbao, donde conoces a más gente y llegas antes a los sitios. Yo tardo diez minutos en ir en Metro de mi casa al trabajo. En Telemadrid un Jueves Santo hice la retransmisión de la salida de la Macarena y el Gran Poder de Madrid.

-¿Es la única andaluza?

-Estamos un argentino y una sevillana. Es más exótica una sevillana que un argentino. Al presentar Euskadi Directo procuro no tener acento, ser neutral, no soy de Bilbao ni de Sevilla. Cuando tengo que defender mis principios, mis creencias, saco un capote de torero enorme porque entiendo que son culturas diferentes.

-¿Cómo lleva las libranzas cofrades?

-Hasta ahora no he faltado un solo Domingo de Ramos en Sevilla. Prefiero quedarme sin Feria, aunque este año podré ir a la caseta de mi familia en Pascual Márquez y la de mis amigos en Gitanillo de Triana. Pero procuraré cuidarme la voz. Una vez volví a Bilbao bastante afónica y me echaron la bronca. Muy merecida.

-En plena Feria empieza la campaña de las municipales...

-Estoy empadronada en Bilbao por temas de sanidad.

-¿Hay diferencias entre la patria de Ybarra y la ciudad en la que creó la Feria de abril?

-Llámame hipócrita, pero en Sevilla la gente de entrada es abierta: "Ven a mi caseta", "me alegro de verte", "luego te llamo", pero de ahí no se pasa. En Bilbao la gente es más seca, pero cuando te abren los brazos te los abren para siempre. Más que en el carácter, yo noto el cambio en el clima. Allí les da igual que llueva para salir. Cuando mi madre subió a verme, me tuvo que regalar una gabardina.

-¿Ejerce de sevillista?

-He coincidido varias veces con Caparrós. Una vez él iba a maquillaje y yo volvía. Me presenté y me dijo que con ese nombre tenía que ser sevillana. El Athletic jugaba ese fin de semana con el Betis.

-La consigna familiar del Domingo de Ramos es por Viriato de uno en uno. ¿Salió de nazarena?

-Cuando se votó la salida de las mujeres, lo hice para comprobar qué era aquello. Pero me he dado cuenta de que la disfruto mucho más viéndola por fuera y he colgado la túnica. Nunca me separo de la cofradía.

-¿Piensa en volver?

-Algún día lo haré, pero ahora no me lo planteo. Si lo hiciera sería una forma de angustiarme y de no disfrutar el momento. Cuando estás fuera, aprendes a valorar más tu tierra, tu gente. Y de paso, observándolo todo, he enterrado unos cuantos tópicos de esa tierra que ya es un poco mía.