Roban en un bar de la Alameda a escasos metros de dos comisarías
Los asaltantes se llevaron unos 800 euros del Dúo Tapas Cerca del local de la calle Calatrava están las policías Nacional y Local
Eran cerca de las seis de la mañana cuando la alarma del bar Dúo Tapas, en la calle Calatrava, sonó, alertando de la presencia de intrusos en el interior del local. Habían forzado la cerradura de la persiana metálica y arrancado la caja registradora, que el dueño del local encontró destrozada y tirada en la acera una hora más tarde .
"Fue un robo rápido, no estuvieron dentro más de cinco minutos, según he visto en la cámara de seguridad", explicó ayer el propietario del Dúo Tapas junto a la persiana claramente cedida y doblada. "No hay destrozos, ni desorden. Sólo se llevaron el fondo que había en la caja registradora, unos 800 euros. Los ordenadores están intactos".
Éste fue el tercer establecimiento al que los ladrones intentaron entrar la madrugada del sábado al domingo, y el más afectado. Antes, forzaron las persianas de otros dos locales, un kebab y una tienda de alimentación, pero, según los primeros indicios, no sustrajeron nada. Todos los locales están en la misma calle, en Calatrava, a escasos metros de dos comisarías de policía, la Nacional y la Local.
Al mediodía, la dueña de la tienda de alimentación y su hija, ambas de origen asiático, aún esperaban que apareciese la Policía para poder abrir el negocio.
La persiana del establecimiento estaba levantada varios centímetros, el espacio suficiente para que una persona entre rodando por el suelo. "Mi madre llegó a las diez de la mañana y vio la persiana abierta. Hemos ido a la comisaría a poner la denuncia, pero nos dicen que antes tenemos que entrar para ver qué nos han robado", señaló la hija de la propietaria del negocio.
Ambas mujeres esperaban apoyadas en una farola. La persiana estaba atrancada y no se atrevían a forzarla más. Tampoco sabían si dentro había algún intruso. "Llevamos más de dos horas esperando a la Policía. Hemos llamado dos veces y nos dicen que cuando haya un coche libre vendrán", comentó con resignación la propietaria. "Tenemos que trabajar, ya han venido varios clientes preguntando si no abrimos hoy. Estamos perdiendo dinero", continuó su hija.
Ante la ausencia de los agentes, varios vecinos ayudaron a las dos mujeres a abrir la persiana atascada. Tras subirla, aparecieron varios cristales rotos de botellas de cerveza, pero la puerta estaba cerrada. "Todo parece en orden, la puerta no está forzada", exclamó un vecino tras mirar a través del cristal. Las mujeres inspeccionaron el interior del local mientras otro vecino cogía una escoba y les ayudaba a recoger los cristales del suelo.
"Nada, todo ha sido un susto, no le han robado nada afortunadamente. A ver a qué hora pueden empezar a vender pan hoy, porque ya es la una", exclamó una señora del barrio en la puerta del establecimiento, donde se habían concentrado varios curiosos.
Pese a la cercanía de las dos comisarías, una en la calle Crédito y otra en la Alameda esquina con Lumbreras, los vecinos aseguraron que ésta es una zona que sufre frecuentes robos. "Antes de que arreglaran la Alameda había muchos más, pero aún se siguen registrando", indicó un vecino. "En los diez años que llevo aquí, ya han entrado a robar dos veces en el Sidonia, el otro local que tengo en esta calle", admitió el dueño del Dúo Tapas, en cuya cocina ya habían empezado a trabajar. "No les importa que haya dos comisarías cerca, roban igual".
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