El servicio de alquiler de bicicletas públicas Sevici está sufriendo una nueva forma de vandalismo que consiste en la rotura de los pulsadores de los que se extraen las bicicletas. Este fenómeno se está dando en los últimos días sobre todo en las estaciones del centro y el Ayuntamiento de Sevilla lo atribuye a un grupo organizado que se dedica a causar destrozos en las estaciones de Sevici, según confirmaron a este periódico fuentes de la delegación municipal de Infraestructuras para la Sostenibilidad.

Las tres estaciones de la Plaza Nueva, la de la Plaza de San Francisco, la de la Encarnación, la de la Cuesta del Rosario, la de San Pedro y la de Santa Catalina, entre otras, se han visto afectadas por esta nueva modalidad de vandalismo. La noche del martes al miércoles, por ejemplo, hubo decenas de bornetas afectadas por este problema y resultaba prácticamente imposible tomar una bicicleta en el casco histórico.

La rotura de los pulsadores impide que se pueda accionar el mecanismo para que la bicicleta salga de la borneta. El sistema reconoce la bicicleta y funciona de manera normal, pero cuando el usuario elige un vehículo y trata de retirarlo se encuentra con que no tiene forma de accionar el mecanismo para ello. Ni siquiera es posible utilizando el candado de la bicicleta a modo de punzón, un método que da resultado cuando el botón está bloqueado. Sin embargo, en esta ocasión han sido arrancados los botones, por lo que es imposible pulsar en ellos y llevarse la bicicleta.

Esta nueva modalidad de vandalismo contra el Sevici confirma las sospechas de los responsables del Ayuntamiento de Sevilla, que esta misma semana han apuntado la idea de que hay un grupo organizado detrás de los actos vandálicos contra el servicio de alquiler de bicicletas. El concejal de Infraestructuras para la Sostenibilidad, Antonio Rodrigo Torrijos (IU), ya explicó el miércoles que, "cuando siete estaciones en un radio de dos kilómetros aparecen con todas sus bicicletas pinchadas, está claro que lo ha hecho un grupo".

La reparación de los pulsadores de las bornetas es una de las medidas que ha propuesto la asociación A Contramano para mejorar el servicio de Sevici, ya que este elemento es uno de los más fáciles de romper. Igualmente, los grupos de vándalos se ceban con otras partes débiles como los puños y las cestas. La mayoría de las 2.500 bicicletas con las que cuenta el servicio están sin puños y tienen las cestas rotas o dobladas.

El vandalismo es el principal problema que sufre Sevici y genera unos costes difíciles de sostener para la empresa concesionaria del servicio, la multinacional francesa JCDecaux. De hecho, el Ayuntamiento se ha planteado una revisión de las tarifas para este año después del elevado índice de vandalismo que padece el servicio. Una de cada diez bicicletas ha sido robada y se encuentra desaparecida, según los últimos datos hechos públicos en abril por el Consistorio. La empresa concesionaria afirma que son 220 de las 2.500 las bicicletas que permanecen sin localizar, una tasa de robos que supera a las de otras ciudades. Del millar aproximado de bicicletas que se reparan en los talleres de JCDecaux, unas 250 tienen problemas únicamente originados por el vandalismo y no por el mero rodaje de los vehículos.

El Ayuntamiento está estudiando una serie de medidas para corregir este incremento del vandalismo. Entre ellas destaca una colaboración con la Fiscalía de Menores para evaluar el coste material de los daños causados por menores y la suspensión del abono anual durante unos días en los casos en que los ténicos y operarios de Sevici detecten un mal uso de las bicicletas. En estos dos años de puesta en marcha, la empresa sólo ha ejecutado dos fianzas de 150 euros a sendos abonados de larga duración y se han detraído de la cuenta penalizaciones de entre 30 y 40 euros en varios casos en concepto de desperfectos.