Las provincias de Sevilla y Málaga están a la cabeza regional en agresiones a los profesionales del Servicio Andaluz de Salud (SAS), según un estudio realizado por el Sindicado Médico de Sevilla de los años 2015 a 2020, con motivo de la celebración el próximo 12 de marzo del Día Nacional contra las agresiones en el ámbito sanitario. No obstante, el año pasado se registraron importantes descensos en el número total de agresiones -tanto físicas como no físicas- que el sindicato no sólo atribuye al descenso de las consultas presenciales en la Atención Primaria o de las actividades programadas en los hospitales con motivo de la pandemia del coronavirus, sino que no descartar que no descarta que "hayan influido también las medidas adoptadas por la Administración, la presión de sindicatos y medios de comunicación o la actuación de los jueces y las fuerzas de orden público", asevera la organización.

El estudio, que está basado en datos oficiales contenidos en los informes de Prevención de Riesgos Laborales del SAS, pone de manifiesto que en 2019 se alcanzó el pico de agresiones a los profesionales del SAS en Andalucía, con un total de1507 casos (1.218 físicas y 289 no físicas), mientras que en 2020, el año en que se produjo la crisis del coronavirus, las agresiones se redujeron a 1.042 (866 físicas y 176 no físicas), volviendo a niveles similares a los del año 2015, cuando se registraron 935 agresiones (731 físicas y 204 no físicas).

En cuanto a los valores absolutos, Sevilla y Málaga son las provincias que registran más agresiones de todo tipo. Así, en Sevilla se registraron 388 agresiones totales en 2019 (84 físicas y 304 no físicas) frente a las 279 del pasado año (43 físicas y 236 no físicas), lo que representa una caída del 28,09% en el año 2020 con respecto al anterior. En Málaga la caída de las agresiones es aún mayor, del 42,41%, dado que se pasado de 323 agresiones totales (69 físicas y 254 no físicas) a 186 (54 físicas y 132 no físicas).

No obstante, cuando se comparan los valores absolutos en relación con la población de cada provincia se comprueba que la incidencia de agresiones es similar en toda Andalucía, que oscila entre los 9 casos por cada 100.000 habitantes que se registra en Granada, los 11 de Málaga, 14 de Sevilla y los 16 de Huelva, que tiene la tasa más alta de agresiones por cada 100.000 habitantes.

A partir del todos estos datos, el estudio del Sindicato Médico de Sevilla llega a las siguientes conclusiones:

1. Las agresiones a trabajadores del SAS afectan principalmente al personal sanitario, a mujeres y a la Atención Primaria.
2. La proporción de agresiones físicas es mayor en Atención Hospitalaria, pero la proporción de médicos afectados por ellas es mayor en Atención Primaria.
3. Tanto el sexo de la persona agredida como el ámbito asistencial parecen influir de manera independiente en el riesgo de sufrir una agresión, aunque los datos de los que disponemos no permiten precisar la naturaleza de esta conexión causal. En todo caso, estos factores solo modifican el riesgo, puesto ambos sexos son víctimas de agresiones en ambos niveles asistenciales.
4. Los datos disponibles indican que es necesario realizar estudios más profundos de este fenómeno para desentrañar sus causas y ponerle fin.
5. En la medida en que la condición de mujer represente un factor de riesgo independiente para sufrir una agresión, como los datos sugieren, cabría temer un aumento de las agresiones al personal facultativo con la progresiva feminización de la profesión.

Agresiones y personal sanitario

Las principales víctimas de las agresiones son el personal sanitario. La proporción es constante a lo largo del tiempo, situándose el porcentaje de personal sanitario agredido con respecto al total entre el 80 y el 85%. En este sentido, en el año 2020, el 81% de las agresiones las sufrieron el personal sanitario, mientras que el 19% restante fueron trabajadores no sanitarios.

El año anterior a la pandemia, el 2019, la proporción de personal sanitario que agredido alcanzó el 85%, la cifra más alta del periodo analizado, mientras que el 15% de los agredidos era personal no sanitario.