Sevilla cuenta con 50 clubes de montañismo
Los 18 de la capital y los 32 de la provincia aprovechan fechas como éstas para actividades nacionales e internacionales.
En el plano geográfico, Sevilla es una provincia que destaca por estar situada en la llanura aluvial del río Guadalquivir y sus aledaños, por lo que no brilla por sus sistemas montañosos ni sus terrenos escarpados. Por ello, es curioso como en los últimos años son bastantes los clubes de montañismo federados que han florecido en la capital andaluza, aglutinando en la actualidad a 18 asociaciones en la capital y más de 50 en la provincia.
Actividades como senderismo, excursionismo, alpinismo, escalada clásica, descenso de barrancos o travesías son las especialidades que conforman esta disciplina, que cobra cada vez más adeptos gracias a un factor que funciona como potente gancho: ser una actividad que pone en contacto a las personas con la naturaleza.
El Aljarafe, la Sierra Norte o algunos lugares de Sierra Morena han sido utilizados por los alpinistas hispalenses desde tiempos inmemorables, pero éstos se han quedado pequeños y los deportistas han optado por abarcar otros retos, llegando incluso a cruzar el charco, con ascensiones al Himalaya, los Alpes o los Andes. "Una persona siempre busca superarse y se marca nuevos retos. En nuestro caso, buscar montañas más altas", asegura Juan Pérez, presidente del Club Elbruz-Sevilla.
Concretamente, este club ha estado en varios países de Sudamérica, como Ecuador, Bolivia o Perú, conquistando sus picos y aprovechando para hermanarse con otras asociaciones autóctonas. "En nuestros viajes establecemos contacto con otros grupos para compartir experiencias e incluso afrontar estos retos juntos, como hemos hecho con el Club de Andinismo Politécnico (Perú). Luego los invitamos a devolvernos la visita y realizar con ellos otras expediciones".
Las características de los terrenos extranjeros también forman parte del aliciente que los grupos sevillanos buscan, entre los que se pueden llegar a enfrentar a algunos picos que son volcanes en activo, siempre encarando la empresa con las medidas de seguridad pertinentes. "Moviéndonos en condiciones óptimas para realizar las escaladas, nos gusta encontrarnos con desafíos y elementos nuevos como la posibilidad de caída de piedras, nieve, columnas de humo o terrenos como el barro helado", afirma Juan Pérez.
Pero no todo se limita a buscar nuevos picos y desafíos, ya que el montañismo tiene un fuerte componente social, algo que ayuda a crear grandes vínculos entre sus miembros, como destaca Javier Colado, componente del Club Alpino Sevilla, el más antiguo de la ciudad. "Cuando vas a escalar dependes de ti mismo, pero también de la persona que tienes a tu lado. Esto crea lazos que se unen a los que ya de por sí se puedan tener entre amigos".
Esta convivencia ha hecho que los clubes sevillanos también desarrollen un sinfín de actividades que van más allá de las escaladas, albergando cursos de formación, excursiones o charlas de compañeros de otras asociaciones que comentan sus retos, realizadas en plena naturaleza o en los centros de dinamización.
Los diferentes grupos también trabajan para fomentar el acceso al patrimonio público rural, como la labor que realizan en el Parque Natural de Sierra Norte, potenciando el respeto por la biosfera mediante actividades de convivencia.
Otro de los factores que incrementa el número de aficionados a esta práctica en Sevilla es la accesibilidad a ella a través de los rocódromos. Además de su función principal, que es la de servir como elemento para practicar la escalada, acogen otro cometido invisible pero de mucho peso: actuar como lugares de encuentro y centros de dinamización social para todos los amantes del montañismo y sus modalidades. "El papel de los rocódromos ha sido determinante para que el número de aficionados aumente. El efecto llamada y la convivencia que genera entre sus usuarios es única", afirma Javier Colado.
El crecimiento de esta práctica en Sevilla tiene su ejemplo en la formación de sus participantes. En la ciudad no hay escuelas que formen técnicos deportivos de escalada, por lo que los interesados tienen que estudiar fuera. A pesar de ello, la ciudad ya cuenta con dos diplomados por la Federación Española de Motañismo. Como dice Juan Pérez, "el mérito de este crecimiento reside en la ilusión de sus ciudadanos, que hacen que a la ciudad no le haga falta tener montaña para alcanzar relevancia nacional en esto".
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