Los hosteleros de Sevilla tendrán un nuevo presidente. El tabernero Álvaro Peregil será el nuevo presidente del gremio después de que los miembros de la junta directiva de la asociación hayan alcanzado una propuesta de consenso. Antonio Luque, que ha defendido los intereses del sector durante la pandemia, el que puede ser considerado como el período de mayor dureza que han sufrido este colectivo, dará paso a un empresario respetado y reconocido, hijo del recordado Pepe Peregil. Álvaro tiene negocios muy reputados en la calle Mateos Gago y en la Plaza Ponce de León. Es muy probable que siga contando con la ayuda directa de los dos actuales vicepresidentes de la asociación, dos pesos pesados del oficio en Andalucía: Miguel Ángel Jurado y Pedro Robles. Todo indica que el traspaso de poderes en la entidad será absolutamente tranquilo y de común acuerdo entre todas las partes. Y es de esperar que con el apoyo meritorio de los asociados. 

Los problemas derivados de la pos-pandemia sumados a un turismo masificado centrarán la agenda del nuevo presidente de los hosteleros sevillanos, tanto de la capital como de la provincia. Nada en los bares es igual después del coronavirus, que ha modificado los hábitos ciudadanos y que ha transformado las características del negocio en muchos casos.

Su nombre es Álvaro Pérez Medina (Sevilla, 1973) pero todo el mundo lo conoce por Peregil, el tabernero que tiene claro que el motor del negocio es el cliente, el combustible es el botellín y, en su caso particular, los accesorios de lujo son una carta limitada de montaditos y platos de cuchareo. Este Álvaro lleva en la sangre el oficio de atender detrás de una barra y ha heredado la memoria prodigiosa de su padre, honrado por la ciudad con una estatua en la Plaza Ponce de León. El que será presidente de los hosteleros de Sevilla está criado en las aulas del San Francisco de Paula, vinculado a varias hermandades de Sevilla y profundamente arraigado en la sociedad sevillana.