Coronavirus

Sevillanos en China: El mensaje de esperanza de aquellos que van un paso por delante

  • Patricia C. V. es una profesora de español en Pekín que, tras haber vivido durante dos meses las medidas restrictivas frente al coronavirus, a día de hoy puede decir que atisba un regreso a la normalidad

La sevillana Patricia C. V. se fotografía en un parque desierto en Pekín.

La sevillana Patricia C. V. se fotografía en un parque desierto en Pekín. / M. G.

Los que han vivido la crisis del coronavirus en China van un paso por delante. En sus propias carnes han sufrido las medidas de contención impuestas por Pekín cuando en el resto del mundo el Covid-19 parecía muy lejos y es por ello por lo que su experiencia es más que valiosa. En España, cuando se cumplen poco más de diez días del confinamiento decretado por el estado de alarma que el Gobierno activó el sábado 14 de marzo, nuestros compatriotas en China se han convertido en el mejor ejemplo a seguir.

Entre las noticias de perfil positivo, introducir los mensajes de ánimo y esperanza de aquellos que acaban de pasar por todo esto es muy importante en estos duros momentos. También lo son los consejos. Sevillanos residentes en China, el país donde el virus empezó a expandirse y que ha servido de ejemplo a muchos otros para empezar a aplicar medidas difíciles, pero necesarias, tienen mucho que contar dos meses después de que la irrupción del coronavirus pusiera sus vidas patas arriba de un plumazo.

Patricia C.V. es una joven sevillana de 26 años que reside en Pekín desde hace un año y medio. Aunque actualmente está en cuarentena domiciliaria obligatoria tras haber vuelto de España, donde tuvo que viajar hace un par de semanas por motivos personales, esta profesora de español admite que el país empieza ahora a remontar tras "dos meses duros".

La joven se fotografía con una carretera totalmente vacía de tráfico en la ciudad de Pekín. La joven se fotografía con una carretera totalmente vacía de tráfico en la ciudad de Pekín.

La joven se fotografía con una carretera totalmente vacía de tráfico en la ciudad de Pekín. / M. G.

"Aunque en principio no tengo claro que haya una fecha concreta para el fin del estado de alarma, sí hay especulaciones que indican que será pronto. Lo que me llega de compañeros que trabajan en universidades y demás es la previsión de que para mediados de abril se vuelvan a abrir las escuelas y eso es señal de que se irá recuperando la normalidad", afirma la joven.

Una normalidad en un país de la que, admite, ha perdido la noción del tiempo desde que desapareció, pero que a día hoy, dos meses después, ya se puede decir que se empieza a ver la luz al final del túnel. 

"Lo que tenéis allí ahora se está viviendo aquí dese finales de enero y ahora es cuando parece que se está empezando a mover un poco la cosa. Aunque estoy encerrada, veo mucho más movimiento desde mi ventana y mis amigas me dicen que los negocios y espacios públicos están abiertos. El buen tiempo está animando a la gente y ya se ven bares abiertos y parques animados con gente jugando con niños y mayores haciendo gimnasia, todos con mascarillas, por supuesto", avisa la joven. 

Patricia explica que, aunque en Pekín "nunca se prohibió salir a la calle", las recomendaciones de prevención del Gobierno chino de no salir salvo por necesidad y del uso de mascarillas fueron rápidamente asumidas por la población. Patricia explica que en la capital de China tampoco hubo una orden de cierre de negocios sino que, aprovechando la celebración del Año Nuevo Chino en el que los comerciantes cierran para pasar la festividad con su familia en sus ciudades natales, nunca más se les permitió su apertura, salvo a aquellos de primera necesidad como supermercados, tiendas de alimentación y farmacias. Sí explica la sevillana que en Pekín "se restringieron las visitas a familiares y amigos y nadie podía entrar a una comunidad en la que no viviera". Matiza que, para comprobar que esto se cumplía, el Gobierno les proporcionó tarjetas de residentes.

"Es verdad que en China hay muchas personas que antes de todo este tema ya usaban mascarillas por el tema de la contaminación. Es verdad que ver absolutamente a todo el mundo con ellas es muy impactante pero ellos están mas o menos acostumbrados", afirma.

Una imagen del aeropuerto de Pekín. Una imagen del aeropuerto de Pekín.

Una imagen del aeropuerto de Pekín. / M. G.

Como víctima de las consecuencias de las duras medidas de aislamiento decretadas para frenar al virus durante dos meses duros que empiezan ya a formar parte de un pasado para olvidar. Patricia puede contar contar que ha salido adelante y traslada a sus compatriotas en España que, aunque "el camino es duro, esto va a pasar". "En China llevamos dos meses, que parecen eternos, encerrados en cuarentena, pero todo pasa- Es un mal trago, pero pasa y hay que aguantarlo. Sé que allí va a haber una crisis muy gorda por las medidas que se han tomado, pero me parece que es bastante más importante velar por la vida de las personas. Tenéis que ser conscientes de que esto es muy grave. Yo al principio tampoco me lo creía, no consideré que fuera más que una gripe, como allí se decía al principio, pero tres meses después de que saliera el brote en Wuhan, en Pekín estamos todavía con los colegios cerrados. Así que paciencia, mucha, mucha paciencia, pero ánimo porque se sale", transmite la joven sevillana.

Sobre cómo afrontar el confinamiento durante un largo periodo de tiempo, Patricia aconseja tomárselo "con tranquilidad" y "prevención". "En China nunca han pensado que pudiera haber desabastecimiento de alimentos ni de nada. La gente ha seguido haciendo sus compras normales y si en China no se ha prohibido salir a la calle y no se han desabastecido los supermercados, en España se tiene que olvidar un poco esa locura", subraya. También avisa sobre la importancia de cumplir a rajatabla las restricciones de movimientos decretadas por el estado de alarma. "Por favor, hay que salir lo justo. Aquí, sin estar prohibido, la gente salía lo mínimo. Si tienes un perro, sal con él a la calle lo justo porque la situación es muy grave", sentencia esta sevillana residente en Pekín. 

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