"Silvio me llamaba McArthur y el público señorita Rotenmeyer"

Los invisibles. Emilia Pinzón

Mucho antes de 'Operación Triunfo', esta fallida psicóloga ganó en lo que ahora es teatro de la Maestranza el certamen de Canción Femenina de Cita en Sevilla.

Francisco Correal / Sevilla

26 de enero 2013 - 07:47

VINO a Sevilla para hacerse psicóloga y acabó cantante. Emilia Pinzón (San Fernando, 1963), nieta del alcalde de Huelva, bisnieta del alcalde de San Fernando, cuando lo ve le canta la Internacional al alcalde de Sevilla.

-¿Por qué estudió Psicología?

-En el instituto de San Fernando había gente con problemas de droga, de heroína sobre todo, y decidí estudiar Criminología para intentar ayudarlos. Quería ser analista de conductas, pero en Sevilla no lo había.

-¿Y la música?

-En Psicología teníamos un grupo de punk-cabaret, Anís del Gnomo. Me enteré del certamen de la Canción Femenina. El que se hizo en el solar del Maestranza, porque el primero había sido en el Roll Dancing. Me presenté y lo gané con My Way de Frank Sinatra al estilo de Sex Pistols.

-¿Y dejó la carrera?

-Me habían quedado cuatro de Tercero y aprobé todo Cuarto de oyente. Pero a raíz de aquel certamen, gané la final de las finales con Distan Thunder de Bob Dylan y empecé con Silvio y Sacramento. Estuve siete años y medio de los ocho que duró.

-¿La única mujer con Silvio?

-Él me decía la señora o personal de cuerpo, me llamaba McArthur y el público señorita Rotenmeyer; coordinaba los alcoholes que le pasaba el público, la que lo sostenía y controlaba. Participé en el disco En misa y repicando.

-¿Se hizo cantante de autor?

-Después trabajé con mucha más gente. Para Tabletón o La Mata. Con Pascual González en Tele 5 y con José María Sagrista, de Círculo Vicioso, en Punta Paloma.

-¿Hubo trabajo en la Expo?

-La casa Pioneer me encargó que introdujera el karaoke. Muchos grupos se disolvieron y yo me incorporé a un grupo de tríos: tangos, boleros, Rolling.

-En el 92 muere su paisano Camarón...

-Ricardo Pachón me pidió entrar como acompañante de Camarón, para que no se metiera en el mundo de la drogadicción. Pero murió y no fue posible.

-¿Cuántos discos?

-Ninguno. Es mi gran frustración. Senador me prometió grabar dos, pero decían que estaba gorda, que cantaba bien, pero estéticamente no les gustaba. Y otro productor me ofreció cuatro discos en cuatro años. Quería que me dejara el pelo lacio y que aflamencara los tangos. No se hizo porque además el hombre murió.

-¿Se fue con la música a otra parte?

-Creé Mariscos Emilia, un proyecto en una asociación cultural en la que impartimos una serie de talleres de música, de voz y de cuerpo, porque hice Interpretación en la Escuela de Teatro.

-¿Pinzón de los Pinzones?

-Sí señor, descendiente de Martín Alonso. Gente muy aventurera para que al final los honores se los lleven otros, como Colón. Mi abuelo fue alcalde de Huelva, pero Franco lo expulsó del ejército. Mi padre nació en San Fernando porque mi abuelo estaba preso en el penal de El Puerto. Fue pionero de la cultura en Riotinto y cuando he ido allí a cantar han guardado un minuto de silencio en su memoria.

-El último obispo andaluz de Sevilla, el cardenal Spínola, era de San Fernando...

-Me encanta ir a tomar cañaíllas, ostiones, erizos, pero de allí me echó el Levante y el olor de Sevilla. El hueco del patio del lavadero de mi casa huele a suavizante y a pescado frito. A mi infancia.

-¿Toca todos los palos?

-Según. Cuando trabajé con el Lebrijano en su último disco, como no sé tocar las palmas flamencas, tocaba las árabes.

-¿Aficiones?

-Viajar, cocinar, mis magníficas plantas, los libros, cuanto más gordos mejor, odios los tablets. Disfrutar de mi hijo, que acaba de cumplir doce años, los que llevo viviendo en Pío XII. He vivido en muchos sitios de Sevilla y este barrio no lo cambio por nada. En este bar ambientó Silvio su canción Marguerita Margueró. Por aquí viene de vez en cuando el alcalde. A él le canto la Internacional y a su guardaespaldas la canción de Whitney Houston.

-¿Le sigue gustando la Criminología?

-Me encanta. De las series la que más me gusta es Mentes criminales, psicópatas y todo eso. CSI es más científica y a mí me gusta más el lado mental del asunto. Se ha perdido una gran psicóloga de cárceles, sinceramente.

-¿Qué aprendió de Silvio?

-Fue mi mentor, el que me enseñó a estar en un escenario, a improvisar. A saber estar, a saber divertirse, a saber vivir.

-Niña Pastori también es de San Fernando...

-Mi hermana Sacramento, que es profesora, le dio clase a un hermano suyo. Mi abuela también se llamaba Sacramento. Una mujer católica de estar en su casa.

Hace doce años viviendo en la barriada de Pío XII. Hija de José Pinzón y Julia González, por la parte materna viene de una familia de docentes con academia. Su bisabuelo fue alcalde de San Fernando. La entrevista transcurrió en el bar El Tremendo de Pío XII haciendo tiempo para recoger en el colegio a su hijo Damián, que el martes cumplió 12 años. Capicúa.

De Cita en Sevilla a cantar en El Corto Maltés. El sábado pasado cantó en El Corto Maltés, uno de los locales más señeros de la Alameda de Hércules, esquina con la calle Belén. El Certamen de la Canción Femenina formó parte de Cita en Sevilla, iniciativa del entonces delegado de Cultura Bernardo Bueno en la década de los ochenta. Pive Amador, el mánager y batería de Silvio, le encargó los coros del concurso.

Del rock del solar a la ópera en el Maestranza. Rock, punk y soul en un solar que entonces pertenecía a la Maestranza de Artillería, antiguas dependencias militares que actualmente ocupa el teatro de la Maestranza, obra de los arquitectos Luis Marín de Terán y Aurelio del Pozo. De las músicas de aquella movida ejercitadas por la inédita criminóloga a la ópera.

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