Uno de los principales problemas en la lucha contra el contrabando de tabaco es la falta de voluntad de las compañías tabaqueras para acabar con este problema. Sólo hay cuatro compañías, las grandes tabaqueras internacionales, que tienen firmado acuerdos para combatir el contrabando con la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (Olaf).

Estas cuatro tabaqueras son Imperial, Philip Morris, Jt International y British American Tobacco. A las restantes no les interesa el control de la Olaf, en parte porque algunas de ellas son fabricantes de algunas marcas de contrabando. Un ejemplo de marca ilegal que terminó siendo legal es American Legend, que se distribuyó en España por los circuitos ilegales hasta que generó una demanda y tuvo que ser admitida por los estanqueros porque había clientes que la solicitaban. Primero se vendía únicamente en la calle y, por tanto, ahorrando impuestos y costes, y después se introdujo en el circuito legal.

Las cuatro grandes tabaqueras también estudian el tabaco de contrabando que se introduce en el mercado español, realizando encuestas a los consumidores a través de consultoras externas. También cuentan con personal que recogen cajetillas en las aceras y papeleras para ver si llevan el precinto fiscal que indica que se pagan impuestos en España.