Calle Rioja

De Tomares a Nueva York el 11-S

  • El Coro Femenino del pueblo del Aljarafe actuará en memoria de las víctimas de las Torres Gemelas y las del tsunami de 2011 con un coro de japoneses de Nueva York

María Elena Gauna, dirigiendo ayer a las voces de la Escolanía de Tomares que viajarán el 11-S a Nueva York.

María Elena Gauna, dirigiendo ayer a las voces de la Escolanía de Tomares que viajarán el 11-S a Nueva York. / Juan Carlos Muñoz

EL 11-S se van a Nueva York. Tomares vivía ayer su segundo día de Feria y en el centro Pablo Picasso la Escolanía Femenina de esa localidad, bajo la dirección de María Elena Gauna (Corrientes, Argentina, 1974) hacía uno de los últimos ensayos antes de cruzar el océano Atlántico. A un kilómetro escaso del real de la Feria, las quince componentes de este coro interpretaban la versión que la directora ha hecho de Lágrimas Negras, la canción que el Cigala cantó con Bebo Valdés, y unas Sevillanas del siglo XVIII, parte de un tríptico lorquiano, que Irene García de la Rosa y Rocío Pérez Chacón bailarán el 12 de septiembre en el Merkin Concert Hall of Kauffman Music, con Daniel Barbosa al piano.

Los diez kilómetros que separan Coria de Tomares son la misma distancia que la música y la solidaridad ponen entre Tokyo y Nueva York. María Elena heredó la música de su padre, Juan Pablo Gauna, que fue alcalde y tiene una calle en Corrientes; la capacidad de luchar y perseguir sueños, de Gladys, su madre, hija de un emigrante húngaro. Se enamoró de España cuando en 1994 vino de gira con el Coro de la Universidad Católica de Santa Fe.

Hizo todo lo posible por volver a España. Cursó un master de Guitarra Clásica y otro de Canto y Dirección, mandó currículum y la llamaron de la escuela Isaac Albéniz de Tomares. El amor hizo el resto. Conoció a Juan Francisco Japón, presidente de la Asociación Hispano-Japonesa y padre de sus hijos Carmen y Diego Japón. Cambió Corrientes por Coria del Río, que un día recibió la visita de Mike Shirota, un filántropo japonés fascinado por la expedición de los samurais y director del Coro Tomo en el que participan japoneses residentes en Nueva York.

Será la primera vez que María Elena ponga los pies en Nueva York. “Shirota empezó a organizar conciertos benéficos para ayudar y recordar a las víctimas del 11-S en Nueva York que hizo extensivos a las del tsunami de Japón el 11-M de 2011”. La directora de la Escolanía sí ha viajado a Japón con el Coro Santa María de Coria para actuar en Ishinomaki, ciudad afectada por el tsunami, y en Sendai, de donde partió la expedición samurai.

La Escolanía Femenina la forman chicas de entre 13 y 22 años, “la mayoría no estudian música”, casi todas de Tomares, también de Mairena del Alcor, Gelves y Gerena. Han recorrido toda la provincia de Sevilla. Actuaron con los Chicos del Coro de la película francesa, con los Niños Cantores de Viena y en la Sagrada Familia de Barcelona; en Florencia obtuvieron los primeros premios en Coro Femenino y Música Folclórica y premios especiales al mejor vestido tradicional –actuaron en trajes de flamenca, como si estuvieran en la Feria de su pueblo– y mejor dirección.

Viajan el día 11 y regresan a Sevilla el 16, un día antes de que empiece el instituto. “Hay estudios científicos que demuestran que cantar, bailar o tocar un instrumento mejora el rendimiento académico. Liberan endorfinas, los que son extrovertidos se calman, los introvertidos se abren. Aprender a trabajar en equipo, dicen que todos los corazones laten al mismo tiempo”.

En su repertorio hay música japonesa, música inglesa –un gospel–, otras composiciones y el tríptico de Lorca, que inicia su libro Poeta en Nueva York con el verso “Asesinado desde el cielo”.

La directora del Coro no descarta aprender a bailar sevillanas con su hija, a la que le encanta el ballet. Su hijo es un caso perdido: lo apuntaron a la escuela de Fútbol. No en vano Coria sigue siendo la Baracaldo del Sur. Gauna lleva dos años dando clases de Coro en el Conservatorio de Pozoblanco. No entiende la poca tradición oral que existe en la música andaluza, “con los polifonistas y maestros de capilla que dio el Renacimiento y el Barroco”. Coria le dio dos Japones y Japón le dio una Nueva York. Volvió a su país para enterrar a su progenitor, el que le regaló la música. A sus hermanas Anahí, Mburucuyá, Irupé –nombres guaraníes– y María Soledad, Elena les dio dos sobrinos corianos y enseñó música a tres sobrinos argentinos. La directora agradece el apoyo y la confianza de los padres, que formaron una asociación de amigos de la Escolanía e incluso chirigotas como Los Chicos del Foro o Los Engolfaos. guiño a Zaudín.

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