El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, anunció este domingo que este lunes presenta en los juzgados un acto de conciliación previo a la interposición de una querella contra el ex jefe de servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento Francisco Amores, después de que haya tenido conocimiento de que este funcionario exigió una mordida de 350.000 euros para la "campaña" del PP y de que asegurara en un pinchazo telefónico que guardaba en una caja de seguridad de un banco documentos que pueden "perjudicar" al ex director de Medio Ambiente Joaquín Peña, al Ayuntamiento y al "propio alcalde de la ciudad". 

Zoido aseguró en un comunicado que esas afirmaciones son "absolutamente falsas", por lo que exigiría en los tribunales al empleado municipal que aclare que él "no ha tenido absolutamente ninguna relación con este asunto, ni ha participado ni ha tenido constancia de ninguna actuación presuntamente ilegal o delictiva". 

El alcalde hizo un llamamiento para que se deje seguir trabajando a la Justicia. "Lo único que pido es que se esclarezca todo hasta las últimas consecuencias, pero si alguien pretende sembrar dudas sobre mí, se va a encontrar con una respuesta inmediata y muy contundente por los cauces legales, porque no voy a consentir ni acusaciones directas ni siquiera insinuaciones veladas que intenten manchar mi honorabilidad, mi nombre y todo aquello en lo que creo a base de falsedades", afirmó. 

Zoido recuerda que si bien Francisco Amores se retractó de la acusación de que la comisión fue exigida para el PP, ya que, según reconoció, hizo creer al empresario que el dinero era para ese fin para presionarlo, le exigirá mediante el acto de conciliación que "desmienta rotundamente algunas otras afirmaciones suyas que aparecen en el sumario a través de algunas conversaciones telefónicas grabadas" y en las que se cita el nombre del alcalde de manera "absolutamente injuriosa". 

Además de sostener que guarda documentación que puede "perjudicar" al alcalde, el funcionario municipal comentaba en esa escucha que "va a amenazar con publicarlo en algún medio de comunicación si el director general [en alusión a Joaquín Peña] no cumple lo que tiene acordado y no se retracta en su forma de tratarle". 

En la conversación interceptada por la Guardia Civil, Amores aseguraba asimismo que se jubilaría pronto porque iba a entrar otro funcionario que llegaba "de la mano del alcalde, porque pa eso Arias Cañete ha llamao al alcalde dos veces y s'a montao el revuelo" (sic). 

Zoido recordó este domingo que siempre, tanto cuando estaba en la oposición como ahora de alcalde, ha dejado claro que tiene "tolerancia cero con la corrupción", porque, añadió, es algo que le repugna. "Quien la haga, que lo pague. Pero yo soy hombre más de hechos que de palabras, no basta romperse las vestiduras en declaraciones grandilocuentes sino que hay que actuar con firmeza llegado el caso. A mí no me tembló el pulso en su día para tomar una decisión fulminante y muy contundente cuando fue necesario, porque siempre lo he defendido así, y por eso espero que los demás actúen igual en similares circunstancias", explicó recordando que cesó a Joaquín Peña el mismo día en que la Guardia Civil registró su despacho y lo implicó en la operación Madeja. 

El alcalde indicó que una decisión como la que tomó "sólo puede adoptarla alguien que tiene la conciencia muy tranquila". "Si alguien dentro de mi gobierno ha actuado mal ya sabe las consecuencias que le esperan. Si alguien ha cobrado comisiones o recibido regalos ha sido a título particular y me encargaré de colaborar en todo lo posible para que pague por ello. Soy el más interesado en saber la verdad de lo que ha ocurrido en el Ayuntamiento de Sevilla, antes de 2011 y también después de 2011, porque llevamos tres años de mandato y desgraciadamente todavía nos sigue persiguiendo la sombra de los numerosos casos de la corrupción anterior, ya desterrada afortunadamente, y voy a seguir encargándome personalmente de que así siga", concluyó Zoido.